Los precios internacionales del gas propano, el gas natural y el petróleo avanzan a pasos agigantados y tendrán un impacto en los precios de la electricidad, la gasolina y el gas doméstico y son el mayor riesgo para la inflación.
La pesadilla de la inflación en México es liderada por el gas LP y la gasolina. El gas doméstico al cierre de septiembre subió más de 20 por ciento, pese a las iniciativas del gobierno federal por poner un tope al combustible en las 145 áreas que se divide el país.
Sobre la iniciativa de poner un tope a los precios del gas, el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath, aseguró en agosto que la creación esa iniciativa podría crear un efecto “ilusorio” en la inflación general del país.
De acuerdo con el banquero, si bien esta iniciativa ayudó a bajar la inflación de la primera quincena de agosto, en el corto plazo podría repuntar y afectar los índices de precios al consumidor.
“Se ha visto que a la larga no es la manera más adecuada para tratar de evitar aumentos en los precios cuando hay cambios importantes a nivel global entre oferta y la demanda en este tipo de bienes. Yo diría que en el muy corto plazo quizá sí estamos registrando esta baja en la inflación, pero pudiera ser algo ilusorio y no creo que pudiera ser permanente”, explicó Heath en una conferencia de prensa realizada en agosto.
El lunes pasado, durante la conferencia de prensa matutina, el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield, tuvo que reconocer que el precio del gas LP se mantiene al alza debido al encarecimiento internacional de los energéticos.
“Los energéticos tienen efectos indirectos fuertes sobre los precios al consumidor. Ahorita representan el mayor riesgo para la inflación”
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base
GAS NATURAL Y PETRÓLEO NO VEN TOPE
El botón de muestra sobre el incremento en los energéticos: al cierre de la sesión de este martes, el gas natural Henry Hub cerró en 5.45 dólares por millón de BTU.
Este es el precio más alto desde enero de 2010, de acuerdo con datos de la Agencia de Información Energética de Estados Unidos (EIA).
En el año, el precio del Henry Hub aumentó 110 por ciento, pues al cierre de diciembre del año pasado, el millón de BTU se vendió en 2.59 dólares.
“Las presiones al alza siguen estando relacionadas con la crisis energética global causada por la escasez de carbón y gas natural en Europa y Asia, previo a la temporada de invierno”, comentó Gabriela Siller, directora de Análisis Financiero de Banco Base.
La propia analista añade que no se ve una disminución de los precios de los energéticos en el corto plazo, muy probablemente, hasta que termine el invierno, es decir, el primer trimestre de 2022.
Por su parte, el precio del WTI cerró la sesión en 80.85 dólares por barril, su valor más alto desde el arranque de 2014.
Pemex reportó que la Mezcla Mexicana de Exportación concluyó el día en 76.27 dólares por barril, lo que representó su precio más alto desde el 9 de octubre de 2018.
El incremento en el costo del hidrocarburo a nivel internacional ya ha mostrado su impacto en los bolsillos de los mexicanos.
Según datos de la Profeco, el precio promedio de la gasolina de bajo octanaje en el país se ubicó en 20.42 pesos al cierre del 8 de octubre.
Esto representa un incremento superior a 10 por ciento, en relación con el precio que reportó la dependencia en diciembre del año pasado, incluso con los incrementos al estímulo fiscal para reducir el IEPS que se cobra a cada combustible por parte del gobierno federal.
“Los energéticos tienen efectos indirectos fuertes sobre los precios al consumidor. Ahorita representan el mayor riesgo para la inflación”, asegura Siller Pagaza.
Apenas a mediados de septiembre, el Bank Of America advirtió que un invierno muy frío en Estados Unidos podría disparar el precio del WTI a los 100 dólares por barril, una marca que no se ha visto en siete años.