Se sugiere instrumentar un plan institucional de mejora continua, supervisado al más alto nivel, que permita medir resultados.
Gerardo R. Bazán Navarrete, Gilberto Ortiz Muñiz, Jesús Cuevas Salgado *
Uno de los nuevos mandatos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) es operar con eficiencia (suministrar energía eléctrica a costo mínimo); anteriormente sólo interesaba que se desempeñara con eficacia (suministrar electricidad a cualquier precio).
En este contexto, parece oportuno conocer la visión del gobierno actual y sus propuestas para que la CFE cumpla sus cometidos.
Veamos algunos elementos del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2019 -2033.
El apartado III establece: “… la Reforma Energética en materia de electricidad tuvo como resultado principal, reducir las capacidades operativas, financieras, de inversión y de servicio de la Empresa Productiva del Estado CFE, lo que demuestra el imperativo de su rescate, mediante una política energética fundada en el principio del interés general, público y nacional, que le permita participar en igualdad de condiciones en la industria eléctrica.”
De lo anterior se desprende que la intención de la actual administración es aplicar medidas tendientes a fortalecer la CFE, sin regresar al monopolio, y que opere en un ambiente de competencia.
El estado actual de CFE, en términos contables, lo muestra en forma sucinta esta tabla publicada en el diario EL ECONOMISTA (2 de junio de 2019).
Como se puede ver, efectivamente CFE se encuentra en un estado de quiebra técnica. El reto de fortalecer a la Empresa Productiva del Estado es enorme. No obstante, existen indicios de que se puede avanzar en ese sentido.
Se trataría de evitar los resultados negativos.
En principio, el objetivo se puede alcanzar debido a que existen condiciones favorables:
– La política de austeridad y combate a la corrupción promovida por el Jefe del Ejecutivo,
– El mandato explícito para que la CFE opere con eficiencia, y
– El esquema de competencia natural del Mercado Eléctrico Mayorista.
En este sentido, para llegar a la meta se requiere de la colaboración de todas las áreas, de todos los niveles, y desde luego del compromiso del sindicato para actuar en consecuencia.
Para tal efecto se deben apretar coordinadamente algunas tuercas de la cultura administrativa de la CFE, entre otras:
Reducir costos
Es fundamental la reducción de costos en todos los segmentos de la industria: Generación, Transmisión, Distribución, Comercialización y Administración. Habrá que eliminar redundancias y sobrecostos.
Si bien la componente principal de los costos es el gasto en combustibles, la construcción de infraestructura es otro segmento importante de vigilancia. Existen diversos ejemplos donde los costos se disparan en obras que serían propiedad de CFE como los casos de las hidroeléctricas El Cajón y La Yesca, que al final resultaron 50 por ciento superiores al presupuesto de licitación.
Chicoasén II puede ser un proyecto demostrativo sin costos extraordinarios.
Costos ocultos
Es el caso particular de las energías renovables intermitentes que no tienen costos de combustible. Sin embargo, los costos de capital y los costos inducidos a las redes de transmisión y distribución necesariamente se traspasan a los consumidores.
En este punto, es relevante el documento del Consejo Mundial de Energía (World Energy Perspectives. Renewables Integration | 2016) (1), con el objeto de analizar los pros y los contras en la integración de la fuentes renovables intermitentes en la generación eléctrica. Participaron 32 países, incluyendo México, como miembro de esta organización plural e independiente.
Entre sus conclusiones se tienen las siguientes:
– La necesidad de atender subidas y bajadas de energía impone costos adicionales, en equipo y en combustible (de otras centrales de respaldo), así como mayores emisiones en general.
– La importancia de medidas de compensación y regulación (en la red) para que la nueva generación tenga éxito en la implementación de fuentes de energía renovables intermitentes.
– Adicionalmente, alerta sobre la posible volatilidad de los bajos precios ofrecidos en las licitaciones: El desempeño financiero de los ganadores en los años siguientes posiblemente verán sobrestimación de factores de capacidad para el viento y solar y subestimación de costos reales, si ofrecen bajos precios en el proceso de licitación.
Combatir las pérdidas de energía eléctrica
Será prioritario el combate a la pérdidas, particularmente las derivadas de usos ilícitos, que, aunque han estado disminuyendo, al consultar el Balance Nacional de Energía 2017, se obtiene un valor de pérdidas en transmisión y distribución de 18 por ciento, con respecto a la generación bruta.
Evitar inversiones ociosas
Un punto sobresaliente en el PRODESEN se refiere a: “En el presente ejercicio de planeación, de conformidad con la nueva política energética de la administración pública federal, no se considera el retiro de centrales eléctricas.”
No queda claro si una gran cantidad de centrales marginales, muchas de ellas con factores de planta muy reducidos, serán rehabilitadas para competir o solamente se trata de mantener los activos y su personal adscrito.
El caso es que la CFE puede generar información confusa sobre el margen de reserva real, tanto física como operativa. Altos niveles de reserva fría producen sobrecostos en CFE.
La reserva fría es la diferencia entre el margen de reserva y la reserva operativa (la de tiempo real) que se supone que es del 6 por ciento.
Entonces, la reserva fría oscilaría entre 25 y 40 por ciento, en algunas áreas. Esto quiere decir que más de la cuarta parte de la capacidad instalada permanecerá ociosa, con inversiones infructuosas.
Promover tarifas eléctricas equitativas
La principal fuente de ingresos de la CFE es la venta de energía eléctrica.
Las tarifas deben mandar señales a los consumidores sobre el costo del suministro y resarcir los costos eficientes incurridos en todas las actividades que lleva a cabo la CFE. Una de las tareas pendientes es evitar traspasar ineficiencias de CFE a los consumidores o al erario público.
Sobre la competencia que tendrá CFE se aprecia que:
Todo indica que el segmento de la generación mantendrá un esquema de propiedad mixto, es decir, centrales públicas y privadas. De hecho, se ha manejado públicamente que la CFE realiza el 54 por ciento de la generación en el país y los particulares el 46 por ciento y que la política en la materia, avalada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) será tratar de mantener esa proporción.
El Mercado Eléctrico Mayorista se encuentra en una etapa incipiente, pero creciente, que espera mayor definición sobre las medidas que aplicará el régimen actual en el negocio de la electricidad.
Lo que al final del día está en juego para CFE es la posibilidad de que sus mayores consumidores, los de las tarifas de mediana y alta tensión, que representan el 60 por ciento de las ventas de CFE (22 por ciento son unas 1,000 empresas grandes y 38 por ciento son cerca de 300,000 empresas medianas) decidan comprar su electricidad en instancias diferentes a CFE.
Hay que recordar que para estas empresas la electricidad es un insumo. Las tarifas eléctricas altas incrementan los costos de sus productos, lo que les hace perder competitividad.
Como ejemplo, refiriéndose a los permisos de autoabastecimiento, el PRODESEN menciona:
– Un ejemplo de empresa autoabastecedora sin consumo propio, con capacidad superior a 200 MW, tiene más de 7,000 socios, de los cuales 80% son oficinas y comercios de grandes corporativos.
– En este esquema de exenciones participa otra empresa con 14 centrales eléctricas, más de 1,700 megawatts de potencia, que tiene 1,316 “socios” que dan servicio a grandes consumidores industriales.
– La participación de las empresas privadas en el Sistema Eléctrico Nacional incluye a 255 autoabas¬tecimientos, pequeña producción, exportación e importación; que generaron 45.8 terawatts, que repre¬senta el 14% del consumo nacional.
Los adelantos tecnológicos inevitablemente van a posibilitar que cada vez más usuarios se desliguen de la CFE.
No se puede omitir la creciente participación de las energías distribuidas, como se puede observar en el cuadro siguiente (PRODESEN 2019-2033).
En un caso extremo CFE se quedaría con el sector residencial, comercial (Pymes) y servicios públicos (las áreas rurales).
¿Y la energía nuclear?
Por último, llama la atención el hecho de que la energía nuclear ya no aparece en el PRODESEN, ni siquiera Laguna Verde; si no es una omisión involuntaria, se incrementaría el riesgo para la seguridad del sistema eléctrico al reducir la diversificación de las fuentes primarias para la generación eléctrica.
CONCLUSIONES
El plan que propone el gobierno a través del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2019 -2033 es fortalecer a la CFE (en quiebra técnica) para que opere en un ambiente de competencia, en igualdad de condiciones con los generadores privados.
Se entiende que las políticas públicas reconocen que ahora se trata de competir en materia de energía eléctrica, y que con el estado actual de las cosas, existe el riesgo de que los grandes consumidores (60 por ciento de los ingresos de CFE por venta de electricidad) obtengan su energía eléctrica en el Mercado Eléctrico Mayorista o con diversos generadores privados a través de contratos bilaterales.
En principio, existen las condiciones y la voluntad política para que el colectivo de la CFE opere bajo criterios de eficiencia.
Se presume que se llevarán a cabo diversos ajustes a la cultura administrativa de la CFE, desde la Dirección General hasta los niveles operativos, con la participación del sindicato.
No obstante, persisten diversas interrogantes sobre temas como las subastas o el aprovechamiento de proyectos de cogeneración con PEMEX que podrían aligerar las necesidades financieras de CFE o los costos de oportunidad del alto margen de reserva planeado.
Lo mismo sucede con la desaparición de la energía nuclear en el PRODESEN. ¿Pasará lo mismo que en Alemania, donde se elimina este tipo de generación?
RECOMENDACIONES
1.- Además del PRODESEN, sería conveniente contar con un plan de mayor detalle sobre los objetivos y sus análisis financieros.
2.- De ser el caso, se sugiere instrumentar un plan institucional de mejora continua, supervisado al más alto nivel, que permita medir los resultados en las acciones emprendidas y retroalimentarlos a las instancias de toma de decisiones, a través de evaluaciones frecuentes.
3.- La CFE o la Secretaría de Energía deben enviar señales claras a los inversionistas sobre las oportunidades de negocios en la industria eléctrica.
4.- Sería conveniente que la decisión de cancelar el programa de retiros fuera el resultado de un análisis financiero considerando el cuadro de méritos que maneja el Centro Nacional de Control de la Energía (Cenace).
5.- La CFE podría participar como licitante en competencia con los permisionarios de generación en concursos futuros. Esto tendría dos vertientes:
– Los generadores privados tendrían un contrapeso en la formulación de sus ofertas económicas
– CFE podría participar en licitaciones internacionales.
6.- El tema de las subastas eléctricas de largo plazo está en el centro del escenario y tiene tres aristas, en general.
– Los que están a favor, como los inversionistas y los ambientalistas, sobre todo por los bajos precios obtenidos en el caso de las energías renovables.
– Los que están en contra debido a la intermitencia del aire y del sol, y que conlleva costos adicionales ocultos para su vinculación a la red eléctrica,
– Y los escépticos, porque la literatura internacional muestra resultados contradictorios o no contundentes.
No obstante, se requiere una definición sobre el uso de este tipo de esquemas, porque el crecimiento de la demanda es alto y la construcción de centrales no es inmediata.
El tema es saber cuál es interpretación racional del concepto tradicional de costo mínimo en el suministro de energía eléctrica.
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REFERENCIAS
1.- World Energy Council. World Energy Perspectives. Renewables Integration | 2016. VARIABLE RENEWABLES INTEGRATION IN ELECTRICITY SYSTEMS: HOW TO GET IT RIGHT.
2.- Consejo Mundial de Energía. Presentación de cursos de actualización en energía. Gerardo R. Bazán Navarrete.
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* Gerardo Bazán es Premio Nacional de Química y ex vocal de auditoría en CFE (garardobn@Yahoo.com). Gilberto Ortiz es miembro del Comité de Energéticos de Canacintra. Jesús Cuevas es ex funcionario de CFE y consultor independiente en temas de energía.