“El gas siempre será más económico que los derivados del petróleo”
Álvaro RÍos Roca*
Centroamérica avanza hacia la integración de su mercado eléctrico regional. La base de este proceso (al que deben emular los países suramericanos) es la institucionalidad que se da a partir del Tratado Marco de América Central en 1996 y la posterior consolidación del Ente Operador Regional (EOR) y la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE).
Esto permite avanzar con la construcción del denominado Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), con capacidad de transmisión de 300 MW y en 230kV. El Proyecto SIEPAC tiene dos objetivos: apoyar la formación y consolidación progresiva de un Mercado Eléctrico Regional (MER) y establecer la infraestructura de interconexión eléctrica que permita los intercambios de energía eléctrica entre los participantes del MER.
El SIEPAC, con sus dos circuitos, hace viable instalar grandes plantas regionales con economías de escala significativas. Sistemáticamente, los estudios regionales indican la clara conveniencia económica del aprovechamiento de energías abundantes, renovables, económicas y limpias en su combustión.
La fuente renovable más importante y abundante en la región es la hidroelectricidad, seguida por la geotermia. Los proyectos hidroeléctricos, para los cuales es difícil conseguir financiamiento y existe abusiva oposición ambiental, son sin duda la base para la generación eléctrica en Centro América.
Pero no es posible concebir el futuro de la región centroamericana sin el abundante, limpio, económico y complementario gas natural, situación que se coadyuva por la construcción del SIEPAC, que permitirá las plantas regionales de escala que comentamos. Expliquemos por qué se debe apostar al gas natural y veamos lo que acontece en otros países de Suramérica.
América Central es altamente dependiente de los derivados de los productos del petróleo, no sólo en el transporte, como lo tiene el mundo entero, sino también en el sector eléctrico donde la generación con diesel y fuel oil sostiene un gran porcentaje de la matriz eléctrica en casi todos los países, a excepción de Costa Rica.
En Honduras, por ejemplo, la generación térmica con diesel llega a más del 37%. En Nicaragua entre 65 a 70% es con generación térmica de diesel y fuel oil. No escapan a esta dura realidad Panamá y El Salvador (40 a 45%) y Guatemala (35 a 40%).
La demanda eléctrica en America Central seguirá en crecimiento. En 2006 y 2007, se creció en promedio al 5% y se estima que esta tasa se mantenga en los próximos 3 a 5 años. Los precios promedio en Centroamérica en la Red de Transmisión Regional (RTR) en el 2007 han estado entre 110 a 115 US$/MWhr. La peor situación se la llevan Nicaragua y Honduras (léase térmicos con diesel y fuel oil), donde los precios promedio en la RTR en el 2007 han oscilado cerca a los 130 US$/MWhr.
En el 2008, los precios durante las horas pico promedio en la región han llegado a los 500 US$/MWhr y en el pico de la noche a 800 US$/MWhr. Los precios del petróleo y sus derivados están afectando seriamente los costos de generación eléctrica y, por ende, el bienestar de sus ciudadanos, sin olvidar la contribución a la contaminación ambiental.
Un análisis histórica de los precios entre los derivados del petróleo (diesel y fuel oil) y gas natural con precios internacionales de LNG, nos permite establecer que los primeros siempre serán mucho mas costosos que el primero. El petróleo ha subido de 12 a 13 US$/bbl a casi 140 US$ el barril en 10 años (10 veces), mientras que el gas natural (LNG) ha subido de 3 a 3.5 US$/MMBTU a 12 a 15 US$/MMBTU (4 a 5 veces). Complementando, el diesel en abril del 2008 costaba cerca a 30 US$/MMBTU, el fuel oil 19 US$/MMBTU, mientras que el gas natural oscilaba entre 12 y 14 US$/MMBTU.
Centroamérica no puede dispararse a los pies y debe apostar fuertemente al GNL. Chile y Brasil lo han hecho después de analizar la prospectiva futura de largo plazo, en vista de la incertidumbre de suministro de Argentina y Bolivia, respectivamente. No sólo apuestan a más hidroelectricidad, sino también lo hacen al GNL, con cuatro plantas de regasificación en construcción, dos en cada uno de los países y otras más proyectadas en Brasil.
El Salvador ha tomado los pasos necesarios con la Ley del Gas Natural y la apuesta para que allí se pueda anclar una eficiente termoeléctrica de escala para así empezar la era del gas en esta región duramente golpeada por los precios de los energéticos. El gas natural no sólo será útil para cambiar la matriz eléctrica, sino también para dar energía limpia y eficiente a las industrias, domicilios y vehículos.
Los organismos de financiamiento internacionales, como el BID, Banco Mundial y CAF, deben impulsar proyectos de gas natural en esa región. Los países andan en un sálvese quien pueda y alguien debe mirar el bosque y no las ramas.
* Fue Secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana
de la Energía (OLADE) y ministro de Hidrocarburos de Bolivia.