Una Transición Energética está generalmente focalizada en modificar el modelo energético de un país o sociedad, es decir, evolucionar de un modelo basado principalmente en combustibles fósiles a un modelo con bajas emisiones de carbono, que saque partido de las fuentes renovables que ofrece cada región.
Derivado de lo anterior, se vuelve prioritario identificar tanto las vocaciones energéticas regionales como los potenciales de ahorro de energía que existen en los diversos sectores productivos, la vivienda y toda aquella actividad que requiera energía para llevarse a cabo.
Siguiendo con esa lógica, entendamos que, si bien el kilowatt (kW) más barato es aquel que no se consume, ambiental y económicamente el kW ideal es aquel que no se genera. Sin embargo, la implementación de Eficiencia Energética es la ruta para lograr que aquel kilowatt que ya ha sido generado se aproveche al cien por ciento de su capacidad. Por esa razón, es Eficiencia Energética la mejor aliada para alcanzar una Transición Energética efectiva.
¿Cómo realizamos Eficiencia Energética? El camino a seguir para su implementación es inicialmente identificar los usos y consumos de la energía eléctrica y térmica mediante la realización de un Diagnóstico Energético. Se puede realizar ya sea por equipo, proceso o planta y se recomienda llevar a cabo en todos los sectores: la vivienda, la gran industria, un estado e incluso el país, y puede ser tan minucioso o general como se pueda o quiera llevar a cabo, considerando que esto impactará en la exactitud y precisión de los resultados.
Posteriormente, se deberá generar una Plan de Eficiencia Energética, en el cual se incluyan los hallazgos a partir de los cuales se propondrán las Medidas de Ahorro y Uso Eficiente de la Energía. Además, se deberán establecer metas e indicadores que permitan evaluar la efectividad del Plan para posteriormente hacer una revisión y posibles ajustes. Es importante aclarar que la implementación de un Plan de Eficiencia Energética no es acción de una sola vez y el éxito del mismo radica en darle seguimiento y llevarlo a un ciclo de mejora continua.
“Lograr la implementación óptima de Eficiencia Energética lleva a beneficios económicos y ambientales antes del medidor”.
Lograr la implementación óptima de Eficiencia Energética lleva a beneficios económicos y ambientales antes del medidor. Sin embargo, se requiere también una red eléctrica en perfectas condiciones de funcionamiento, razón por la cual el Código de Red –mismo que tiene obligatoriedad de cumplimiento, lo cual se establece en Disposiciones administrativas de carácter general– establece criterios técnicos de acceso y uso de la infraestructura eléctrica (Sistema Eléctrico Nacional), de tal suerte que los centros de carga y centrales eléctricas no filtren disturbios a la red.
Si bien la Eficiencia Energética no cuenta con la regulación que la vuelva obligatoria, la soportan 32 Normas Oficiales Mexicanas enfocadas en: acondicionadores de aire, edificaciones, electrodomésticos, iluminación e industria.
¿Qué representaría la adecuada y oportuna implementación de la dupla Eficiencia Energética y Código de Red? Esto resultaría en ahorros económicos en la facturación eléctrica y mantenimiento, reducción de paros inesperados y afectaciones a terceros, por mencionar algunas. Sin duda, la innovación tecnológica es fundamental para esta dupla. Así, la Eficiencia Energética se posiciona como una aliada de la transición energética, apoyando la economía de todas las personas y, al mismo tiempo, promoviendo una responsabilidad con el medio ambiente.
*Fabiola Jazmín Torres Martínez es ingeniera mecánica y especialista en Ahorro y Uso Eficiente de la Energía por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, y es alumna del Efficiency Energy Training Week en Edificaciones impartido por la Agencia Internacional de Energía. Es experta en eficiencia energética, diagnósticos energéticos, energías renovables, normatividad y regulación. Se ha desempeñado en el sector privado y en el sector público tras haber colaborado con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y posteriormente en la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Actualmente se desempeña como Subdirectora de Gestión Regulatoria en la Agencia de Energía del Estado de Puebla y es líder del proyecto Puebla Ahorro y Uso Eficiente de la Energía.
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