Las instalaciones esenciales, como las necesarias para el funcionamiento del agua y de la energía a nivel mundial, están desactualizadas en términos de seguridad cibernética, por lo que son vulnerables a ataques.
Ante esta tendencia global, resulta indispensable la implementación de medidas proactivas y actualizaciones constantes para enfrentar las amenazas emergentes, incluyendo los desafíos presentados por el uso de Inteligencia Artificial en poder de los atacantes, advirtieron Mark Cristiano y Brian Deken, de la rama de servicios de ciberseguridad en Rockwell Automation.
De acuerdo con el informe de riesgos globales de Foro Económico Mundial, citado por ambos, para 2025 el costo de los daños ocasionados por ataques cibernéticos alcanzará los 10 mil 500 billones de dólares.
Durante su participación en el evento Automation Fair 2023, Cristiano aseguró que la ciberseguridad ya no se trata solo de ofrecer soluciones aisladas, como la detección de intrusos o la evaluación de riesgos.
“Hoy en día, es un viaje iterativo y constante”, resaltó.
Por su parte, Deken destacó que, si bien la tecnología es crucial en la lucha contra las amenazas cibernéticas, las soluciones deben ser integrales, coherentes y prácticas para la Tecnología Operativa (OT, por sus siglas en inglés).
También dijo que, además de la tecnología, se requiere del personal y los procesos adecuados para implementarla colaborativa y eficazmente.
Agregó que, aunque la modernización puede ser disruptiva y costosa, trae consigo nueva tecnología, eficiencia y protección, cuyo beneficio es invaluable al momento de salvaguardar y evitar la pérdida de información, infraestructura e incluso vidas humanas.
Cristiano y Deken coincidieron en que, para garantizar una estrategia efectiva, debe ser integral, requiere incluir tecnología, personas y procesos.
El enfoque no solo debe ser reactivo, sino también proactivo y predictivo, integrando la ciberseguridad desde el diseño inicial y fomentando una cultura de concientización y educación continua.