En el mundo hay unas 500 centrales nucleoeléctricas, entre las construidas, poco más de 450, y unas 50 en construcción.
México tiene una sola central con dos generadores, Laguna Verde, en Veracruz. Aunque desde hace sexenios se han mencionado planes e incluso el Programa de Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional (PRODESEN) lo contempla, en realidad no hay algún proyecto para algún reactor nuevo. Curioso: desarrollar un proyecto de este tipo lleva al menos el mismo tiempo de vigencia del PRODESEN, unos 15 años.
A pesar de la operación las casi 500 centrales en el mundo desde hace décadas, dos son los accidentes popularmente conocidos en la historia de la humanidad: Chernobyl y Fukushima. El desastre de la primera provocado por una central construida con la “austeridad” del socialismo soviético y operada peor. Por otro lado, Fukushima, víctima de un desastre natural de magnitudes no previstas. Hay un tercer caso mayor, Three Miles Island, un accidente que debido a la buena construcción de la central, no tuvo el desenlace de Chernobyl y es, en general, poco conocido.
Los desastres son menores al 1 por ciento de las centrales desarrolladas.
Podemos decir que una central bien construida, bien mantenida, bien modernizada y bien operada es bastante segura.
Cuidado: bien construida, bien mantenida, bien modernizada y bien operada.
¿Cómo está Laguna Verde? ¿Es segura? Aquí van algunos comentarios para intentar guiar el debate.
La central inició su construir en 1976, pero entró en operaciones en 1990. El tiempo entre la construcción y el inicio de operaciones es relativamente normal. La segunda unidad comenzó operaciones en 1994. Se repotenció en alrededor de 2010, un proceso también de varios años, con lo que se incrementó su capacidad de generación en 20 por ciento.
El jueves pasado hubo un incidente en el cual quedaron inservibles algunos tableros de control de unidades auxiliares. A pesar de lo escandaloso de los videos que se hicieron públicos, la realidad es que ese hecho, evaluado en forma aislada, no necesariamente representa por sí mismo un riesgo para la central. Algunos de estos sistemas funcionan solo en caso de emergencia y, dado lo delicado de una central nuclear, no hay uno, sino 3 sistemas paralelos redundantes que buscan dar seguridad a la planta. Si uno de ellos tiene un problema, hay dos sistemas más listos para operar.
El problema es que el incidente del jueves no parece ser aislado.
En 2022 Laguna Verde tuvo por lo menos tres salidas de operación no programadas. El diseño de este tipo de centrales hace que cuando el sistema detecta un riesgo, se apaga para proteger su propia integridad. Eso no quiere decir que haya estado a punto de explotar o un riesgo mayor, pero sí que hubo alguna falla y el sistema se protegió.
“En 2022 Laguna Verde tuvo por lo menos tres salidas de operación no programadas”.
Adicionalmente a eso, se ha filtrado y difundido muchísima información sobre grietas, daños en la central, radiación detectada por encima de los límites permitidos y, si todo esto lo combinamos con la desafortunada política de opacidad que ha caracterizado a este gobierno, las dudas abundan y crecen. ¿Esta información es real o no? Es algo que debería intentar aclarar los propios administradores de la central, no solo aclarar el incidente de los sistemas auxiliares.
El sábado pasado escribí en X que los reactores nucleares están construidos a prueba de tontos (fue otra la palabra). Sin embargo, un reactor nuclear no se construye a prueba de abandono, ni a prueba de falta de mantenimiento preventivo, predictivo ni correctivo, ni mucho menos a prueba de omisiones operativas o administrativas. Menos a prueba de “austericidios”.
Y aunque el problema no habría nacido en este sexenio, podría no haberse corregido y eso ya es responsabilidad de este gobierno.
Por lo mientras, legisladores veracruzanos iniciarán una cruzada para conocer las condiciones en las que se encuentra la central, alarmados originalmente por el suceso del jueves pasado, pero ya con mayor información de los riesgos que hay.
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