La Agencia Internacional de Energía (AIE), un organismo que integra a más de 30 países-miembro, anunció que se liberarán 60 millones de barriles de petróleo de reservas estratégicas internacionales para garantizar el abasto del hidrocarburo a nivel mundial, en medio de la crisis militar entre Rusia y Ucrania.
Rusia es el tercer mayor productor de petróleo, al extraer un estimado de 10.4 millones de barriles por día, pero las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea podrían cerrar la puerta a las exportaciones de crudo del país euroasiático.
En este sentido, la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, presidió una reunión de emergencia de los países que integran la AIE en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
“Hoy presidí una reunión ministerial de emergencia de la Agencia Internacional de Energía (AIE), fundada hace 50 años por EU y otros aliados, en la que Estados Unidos y otros 30 países miembros, con el apoyo de la Comisión Europea, acordaron liberar colectivamente 60 millones de barriles iniciales de petróleo de reservas estratégicas. Esta decisión refleja nuestro compromiso común de abordar las importantes interrupciones del mercado y del suministro relacionadas con la guerra del presidente Putin contra Ucrania”, detalló la titular del Departamento de Energía de Estados Unidos en un comunicado.
La funcionaria estadounidense mencionó que la AIE en su conjunto trabaja en acelerar la diversificación de los suministros de energía en Europa para reducir su dependencia de Rusia “y proteger al mundo de los intentos de Putin de convertir los suministros de energía en armas”.
De acuerdo con información de la Comisión Europea, la dependencia del Viejo Continente del gas ruso alcanza hasta 40 por ciento, siendo Alemania, la principal economía de la región, la que depende más de este insumo.
Asimismo, la mitad del suministro de carbón de la nación teutona depende también de Moscú.
Jennifer Granholm aseguró que Estados Unidos considera que la mejor manera de reducir la dependencia del petróleo y gas de Rusia es invertir en la generación a través de energías limpias.
“Las tecnologías de energía limpia están disponibles y son rentables en la actualidad y ofrecen el camino más seguro hacia un mundo en el que el suministro de energía no se puede utilizar como un medio de coerción política o una amenaza para la seguridad nacional, y donde las familias y las empresas están protegidas de precios y mercados volátiles. En consecuencia, continuamos apoyando ambiciosos objetivos internacionales de energía limpia y acciones a corto plazo, incluida una fuerte acción climática nacional, y la búsqueda de una economía de cero emisiones netas para 2050”, concluyó Granholm.