Uno de los grandes problemas de integrar empresas que abarquen todo un sector, como el eléctrico, es que cada parte de ellas suele tener metas distintas. Por ejemplo, mientras un generador busca tener más ingresos y para eso requiere asegurar la venta de su energía a un precio más alto, por otro lado tienes al suministrador que busca energía a costo más bajo para pagar lo menos posible y venderla a un costo competitivo. O sea, uno quiere vender alto, el otro comprar bajo. Y ambos en la misma empresa.
Pues bueno, la inacción del gobierno actual generará una de esas condiciones en las que una parte de las empresas de CFE puede entrar en crisis, en beneficio de la otra. Me explico.
Recordemos que para vendernos energía, CFE Suministrador de Servicio Básico (CFE-SSB) solo puede comprar la electricidad mediante contratos de subastas que organice el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE). Si hiciera falta energía, la adquiere en el mercado eléctrico. Como era obvio que la industria eléctrica no nació en 2014, sino que había decenas de centrales de generación operando previamente, CFE debió cumplir con sus contratos y lo hizo mediante el esquema de contratos legados. Es decir: se respetaba el contrato de compra-venta de energía con el generador privado mientras estuviera vigente y se le seguía comprando hasta el término del contrato. A las decenas de centrales de CFE también se les generó un esquema de contratos legados para que CFE Generación (CFE-Gen) le vendiera a CFE-SSB. Sin embargo, esos contratos se iban a acabar poco a poco y la energía que antes provenía de ahí ahora tendría que ser obtenida mediante subastas, con lo que se aseguraba que las centrales de generación viejas fueran sustituidas por proyectos nuevos al costo más bajo posible.
“El problema es que desde 2018 se cancelaron las subastas”.
El problema es que desde 2018 se cancelaron las subastas, así que no hay proyectos nuevos para entrar en operación para vender energía eléctrica a CFE.
La dirección general de CFE, al tiempo que frenaba las subastas, intentó mediante contratos ilegales y modificaciones a la ley meter como legados proyectos nuevos de generación. O sea: construir centrales nuevas que se consideraran legalmente como viejas, hacerlas operar y así vender energía eléctrica a CFE-SSB. Los tribunales pararon eso (para beneficio de usted y mío).
El asunto es que hay contratos legados de CFE-Gen con CFE-SSB que están por vencer.
Eso ¿qué significa?
Que CFE-SSB tendrá menor volumen de energía adquirida en contratos, lo que le obligará a comprarla en el mercado spot.
¿Eso es más caro o más barato?
Pues en este momento significaría dejar de comprar, por ejemplo, energía a centrales con costos de generación de 2,257 pesos por cada megawatt-hora (MWh) de ciclos combinados de CFE para comprarla en mercado spot a unos 1,125 pesos. Vale la pena señalar que aunque más bajo, este costo es aún mayor que comprarle a privados en subastas o productores independientes de energía.
Entonces a CFE-SSB le conviene, pero a CFE-Gen no. ¿Por?
Porque el precio de la energía en el mercado eléctrico es el costo de generación de la central eléctrica más cara en ese momento. En otras palabras: las centrales tienen costos fijos y costos variables, el precio de la energía en el mercado eléctrico es solo el costo variable del generador más caro que esté en ese momento y solo se le paga eso.
Lo anterior significaría que, al acabarse los contratos legados entre CFE-Gen y CFE-SSB, y al no haber más contratos nuevos, CFE-SSB comprará la energía en mercado, donde la central de CFE-Gen la venderá, pero solo recuperará los costos variables, esos 1,125 pesos.
Esto significará un problema para CFE-Gen, pues disminuirá sus ingresos por venta de energía, con lo cual agravará su ya grave crisis financiera.
Tan solo recordemos que hace unos días nos enteramos de las pérdidas millonarias históricas de CFE, que desde 2019 volvió a tener pérdidas después de unos años de ganancias. Más de 100,000 millones de pesos fueron las pérdidas en 2021.
¿Cómo se pudo evitar este problema?
Con subastas, subastas y más subastas.
Si, probablemente con cambios a las subastas, como regionalizaciones, como incentivar a los generadores renovables a instalar baterías o electrónica de potencia, pero finalmente haciendo subastas en las que también podría participar CFE, anclando proyectos nuevos, competitivos y limpios.
Pero en lugar de eso, la dirección de CFE pretendió durante tres años burlarse primero de la ley y de la Constitución, luego cambiar la ley contra la Constitución, después cambiar la Constitución, todo esto mientras entregaba pérdidas a todos los mexicanos por su incapacidad de comprender el modelo.
Cuidado, podrán decir que hubo una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica y que las cosas son distintas; sin embargo, hay un par de centenas de juicios de amparo que aún no permiten que entre en vigor totalmente. En lo que eso se resuelve, la Ley se debe aplicar en su versión original.
Esto resultará caro para todo México y más para CFE.
Las opiniones vertidas en la sección «Plumas al Debate» son responsabilidad exclusiva de quienes las emiten y no representan necesariamente la posición de Energía a Debate, su línea editorial ni la del Consejo Editorial, así como tampoco de Perceptia21 Energía. Energía a Debate es un espacio informativo y de opinión plural sobre los temas relativos al sector energético, abarcando sus distintos subsectores, políticas públicas, regulación, transparencia y rendición de cuentas, con la finalidad de contribuir a la construcción de una ciudadanía informada en asuntos energéticos.