Este año lleva 10 días y a la “empresa de clase mundial” ya se le cayó una torre de alta tensión en Iztapalapa, un aerogenerador en el parque eólico La Venta II, ya tuvo apagones que afectaron a más de 400 mil usuarios y, la cereza en el pastel de los primeros 10 días del año es que ya hasta los peces pueden afectar la confiabilidad del sistema eléctrico mexicano.
¡Sí! Un cardumen de sardinas saturó los cárcamos de bombeo en la termoeléctrica Plutarco Elías Calles, en Petacalco, Guerrero y afectó, por primera vez en la historia, dos generadores de la planta. Dicen en CFE que están trabajando con PROFEPA para determinar las causas del fenómeno.
Qué bueno que no fueron esturiones desovando caviar, eso hubiera olido a peces neoliberales fifís, que quieren sabotear la reforma del presidente…
2022 pone a la CFE en el foco
Viene el Parlamento Abierto para discutir la reforma constitucional en materia de electricidad propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador y ya se dieron a conocer los temas sobre los que versarán los 19 foros que lo van a conformar.
La Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la Cámara de Diputados prometió un diálogo abierto en el que participarán nombres de todo tipo que expondrán posiciones y argumentos tanto a favor, como en contra de la iniciativa presidencial.
Algo que nos tiene tronándonos los dedos es la expectativa por ver la manera en que quienes están a favor de la reforma presidencial sustentarán los “otros datos” que ha venido manejando el discurso oficial para justificar y defender la viabilidad de los cambios a la Carta Magna.
Y es que algunos argumentos no nos cuadran. Recordamos que el mismo presidente López Obrador ha dicho que, como consecuencia de la reforma energética de 2013-2014, ahora la Comisión Federal de Electricidad que comanda Manuel Bartlett Díaz puede vender solo 35% de la energía que produce, o que los precios de la energía de las centrales renovables –concretamente las “odiadas” solares y eólicas– son más altos que los de la empresa que a Usted le cobra por la luz que consume.
Y ya que hablamos de la luz que usted consume, nos intriga saber cómo en el Parlamento se justificará que la propia secretaria de Energía, Rocío Nahle García, dijo en televisión nacional que los mexicanos pagamos a 5.2 pesos por cada kilowatt-hora. ¿Ya revisó Usted su recibo?
Y, bueno, cómo olvidar a Luis Bravo Navarro, titular del área de Comunicación Social de la empresa estatal de clase mundial, asegurar en un noticiero transmitido por YouTube que las centrales de ciclo combinado privadas contaminan porque funcionan con diésel y combustóleo (spoiler: funcionan con gas natural y vapor).
No estamos muy optimistas de que los legisladores del partido dominante y sus aliados vayan a tomar en cuenta los argumentos de la “oposición”, pero recordemos que la vez pasada el diputado Manuel Rodríguez dijo que los argumentos en contra no se tomaron en cuenta porque ellos eran mayoría; pero esta vez no les bastarán sus votos para que la iniciativa sea aprobada, por lo que ahora sí los tendrán que tomar en cuenta.
Pecado y penitencia
A la CFE le hicieron el feo. Sin importar los 35 mil mdp disponibles para que el sector privado construyera y acabara antes de octubre de 2024 seis centrales de ciclo combinado (tarea que raya en lo imposible, pues el tiempo más rápido es de 36 meses), las compañías decidieron no presentar ofertas económicas para el proyecto más grande de la Empresa Productiva del Estado en materia de generación durante este sexenio.
El objetivo era abastecer principalmente a las dos penínsulas, en las que estaban destinadas cuatro de los seis proyectos, ya que estas dos regiones sufren constantemente por el desabasto de energía.
Parece que tanto ataque al sector privado se pasó de intensidad, y ahora nadie confía en las licitaciones de la CFE para la construcción de infraestructura, por lo que ya no presentan ofertas.