No se lo pierda, por eso le avisamos tempranito. Hoy la directora general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Calleja Alor, estará en la Cámara de Diputados rindiendo cuentas con motivo de la Glosa del Primer Informe de Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Contrario a su empresa “hermana”, Pemex, la CFE no está tan emproblemada pero eso no quiere decir que no enfrente retos. Uno de ellos, de acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) advertía que las seis ex empresas subsidiarias de generación eléctrica sumaron pérdidas el año pasado por 62.7 mil millones de pesos, con una deuda total que llega a los 526 mil millones.
Otro asuntito es el de la ampliación y modernización de las redes de transmisión eléctrica, un tema prácticamente olvidado durante el sexenio pasado. Si no hay más redes, no puede haber ampliación de capacidad de generación, así de simple, según dicen los que saben de esto. Hace poco de más de dos meses, la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, anunció inversiones por 163.5 mil millones de pesos (unos 8.3 mil millones de dólares) para estos rubros durante los próximos cinco años.
Lo mismo, los proyectos de nuevas centrales de gas y las compras de carbón para las carboeléctricas del norte. En fin, hay mucha tela de dónde cortar.
Nada más que, ojalá no pase, no faltará quien quiera echar el muertito a la titular de la CFE de las famosas plantas de generación eléctrica de Iberdrola, ésas que adquirió el fondo privado Mexico Infrastructure Partners con apoyo del Fondo Nacional de Infraestructura.
Nosotros, por nuestra parte, ya tenemos listas las galletas y el cafecito para mañana ver qué se dice… y cómo se dice.
Pemex capoteando la deuda
El que la libró el viernes pasado fue el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, en su comparecencia en San Lázaro por el tema de los pagos a proveedores de la empresa del pueblo.
Ante diputadas y diputados de la Comisión de Energía, presidida por la morenista Rocío Abreu Artiñano, el campeón de Pemex dijo que a la fecha se ha liquidado aproximadamente la mitad de los adeudos a las empresas e, incluso, mencionó algunos plazos y montos para continuar cumpliendo con estas obligaciones. Entre lo que dijo destaca que para finales de año se pagarán unos 116 mil millones de pesos.
Cabe recordar que todos estos recursos están saliendo del vehículo de financiamiento aprobado hace unos meses por 250 mil millones de pesos para impulsar proyectos prioritarios y ayudar a que Pemex con sus deudas. Los recursos vienen de la banca de desarrollo, garantías del gobierno y de las instituciones financieras privadas.
Con respecto a las medianas y pequeñas empresas que subsisten en los estados petroleros, Rodríguez Padilla afirmó que, bueno, en muchos casos no es que Pemex no pague, sino que en realidad el adeudo es con las grandes y éstas son las que no pagan a las más pequeñas. Así lo dijo.
Y nosotros decimos que le fue bien porque en realidad ninguno de los legisladores cuestionó al respecto en una comparecencia más bien tersa. ¿Será?
Ni fósiles, ni renovables
Y ya que hablamos de Víctor Rodríguez, nos comentan que uno de los puntos que llamó la atención de su comparecencia es la afirmación del directivo con respecto a la producción de petróleo crudo.
Insistió en que actualmente la petrolera se encuentran en un nivel de 1.6 millones de barriles diarios. Pero este monto corresponde a hidrocaburos líquidos –le recordamos–, es petróleo crudo más condensados.
La meta de la presidenta Sheinbaum Pardo, volvió a decir, es llegar a 1.8 millones de hidrocarburos líquidos, volumen muy lejano de los 2.6 millones prometidos en 2018 tan solo de crudo. Y el argumento es, pues, que Pemex se está convirtiendo de una empresa petrolera a una empresa de energía, con renovables incluidas. Entonces, ¿para qué queremos más petróleo?, dio a entender Víctor Rodríguez.
Los que saben de estas cosas nos explican que, tan solo en combustibles, México sigue siendo deficitario y el parque vehicular en el país continúa siendo predominantemente de combustión interna, con un incremento marginal de las unidades eléctricas. Las divisas por concepto de exportación de crudo han caído significativamente; tan solo entre 2023 y 2024 el país recibió alrededor de los 12 mil millones de dólares menos. Del lado del gas, la dependencia de las importaciones lejos de bajar se ha incrementado y la producción doméstica no despunta. Y si la idea es sustituir crudo por renovables, recordemos que la administración pasada frenó sistemáticamente este sector y, aunque ahora se ha reabierto la puerta a las inversiones privadas, estarán sujetas a la planeación vinculante que no termina de convencer a los monederos.
En fin, ni fósiles, ni renovables. Ya usted dirá.
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