Curioso caso representan, en el sector eléctrico mexicano, los Productores Independientes de Energía (PIE). Son empresas privadas que generan energía a nombre y cuenta de CFE como forma de maquila, autorizadas en la reforma de 1992 de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, y como una forma de permitir la participación privada en la generación sin violentar precisamente al servicio público.
A pesar de que CFE diseñó las bases de licitación internacional, estableció los términos de compra, las características mínimas operativas, la capacidad garantizada y la energía que debían entregar, las garantías que deberían presentar y, en algunos casos, seleccionó los sitios y hasta se comprometió a llevar el gas para evitar costos integrados, se les desconocen como si fueran hijos ilegítimos.
“…son considerados ilegítimos solo porque sus activos son de propiedad privada”.
El absurdo. “Esa energía no es de CFE”, se escuchan los argumentos que esgrimen los actuales directivos de la empresa, como decir que el viaje en taxi o Uber no es tuyo porque no es tu automóvil. O, en términos más energéticos, como si el petróleo que extrae una empresa con un contrato de servicios para PEMEX no se contabilizara como parte de la producción de la petrolera mexicana, solo porque los operadores o las plataformas son privados.
En su afán de ganar la narrativa, los directivos de la CFE han señalado que esta energía no es suya y que la CFE solo produce el 38% de la generación del país, mientras que los PIE producen el 31%. Mientras, en el Informe de Gobierno de este año, CFE reconoce que controla el 84% del total de la energía comercializada.
Esto significa que sin importar si el dueño de la planta es CFE o un privado, la energía que se produce es de CFE y es la empresa estatal la que comercializa dicha energía. Si sumamos el 38% más el 31% de los PIE, entonces CFE controla el 69% de la energía; si a eso le sumamos otro 4% de Subastas de Largo Plazo, el porcentaje aumenta a 73%, y si le agregamos otros contratos con empresas privadas, la cifra alcanza el mencionado 84%.
Existen solo 34 permisos de PIE y no pueden existir más de este tipo porque el modelo se canceló a partir de la reforma energética, con la publicación de la Ley de la Industria Eléctrica en 2014. Bajo la reforma no existen permisos diferentes para la generación de electricidad, sino que, con un permiso de generación, se pueden atender diversos fines.
De los 34 permisos, 28 son ciclos combinados que operan, mayormente, con gas natural y 6 son eólicos que se encuentran en Oaxaca. Los 34 PIE representan en su conjunto una capacidad instalada de 18 GW, de los cuales 12 permisos se otorgaron entre 1997 y 2000; 9 de 2001 a 2006; 7 de 2006 a 2012, y 6 después de 2012 y hasta la entrada en vigor de la Ley de la Industria Eléctrica.
De los PIE, 5 de los 7 entregados entre 2006 y 2012 fueron eólicos, lo que implica que 5 de los 6 PIE eólicos se entregaron en dicho periodo. La capacidad total instalada de todos ellos suma 0.6 GW, por lo que representan menos del 3% de la capacidad total de los PIE, mientras que el 97% restante son ciclos combinados.
A los PIE, además de hijos ilegítimos no reconocidos, se les acusa de leoninos principalmente por ese 3% de PIE eólicos. El argumento es que son muy caros para la CFE y que la empresa pierde dinero por ellos, esto sobre la base de dos referencias: el precio de las eólicas de subastas y el precio de las eólicas de CFE. El primero es el precio más bajo que paga CFE por concepto de energía, de tal forma que el precio ponderado de los PIE eólicos es casi 5 veces más alto que estos.
El otro punto de referencia es el precio de las eólicas de CFE, sobre el cual los PIE serían casi 3 veces más caros que CFE considerando que se trata de la misma tecnología. Hay muy poca información al respecto sobre cómo se calcula el precio de los eólicos de CFE, pero podemos explicar la diferencia entre los precios de los PIE y los de las subastas de largo plazo.
Entonces, ¿CFE tiene pérdidas por operar estos hijos no reconocidos? Realmente no. Gracias a la reforma, se separaron las diferentes unidades de generación de la CFE en subsidiarias. La subsidiaria CFE Generación V es la que maneja exclusivamente a todos los PIE. Es decir, que es el representante legal de estas plantas ante el CENACE y realiza las ofertas a su nombre, a pesar de que las operen privados.
CFE Generación V, el representante de los PIE en el Mercado Eléctrico Mayorista, es la única subsidiaria de CFE que se dedica a la generación que no ha tenido pérdidas de forma consistente en los últimos años. La otra unidad de negocios con esa característica es CFE Transmisión.
Esa es, pues, la historia de los hijos no reconocidos por CFE que, si bien forman parte de la energía que controla de acuerdo con su función de oferta –en los términos establecidos en sus propias bases de licitación y contratos, y que le representan ganancias– son considerados ilegítimos solo porque sus activos son de propiedad privada.