México necesita facilitar las inversiones para expandir su infraestructura de gas natural, con la finalidad de aprovechar los beneficios del nearshoring, consideró el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
“El acceso a este hidrocarburo es una condición necesaria no solo para la generación eléctrica, sino también para el desarrollo de las actividades industriales. Sin acceso a este combustible se limitan las posibilidades del país para generar, atraer y retener inversiones y talento en sectores de alto valor agregado”, aseguró.
De acuerdo con la organización no gubernamental, el país no cuenta con una red de gasoductos que permita llevar el gas a todo el territorio nacional y detonar el crecimiento de industrias, especialmente en nueve estados de la República.
En un estudio sobre el transporte del gas, refirió que la oferta de este insumo en 2021 fue de 8 mil 131 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd), de los cuales 2 mil 203 mmpcd provinieron directamente de los campos de producción operados por compañías públicas y privadas, o de centros procesadores de gas de Petróleos Mexicanos (Pemex), mientras que 5 mil 928 mmpcd fueron importados.
Detalló que 48.1 por ciento de la demanda, equivalente a 995 mmpcd, se concentró en las seis entidades fronterizas del norte del país, esto es, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas, en tanto que los nueve estados de la región sur-sureste concentraron apenas 16 por ciento (331 mmpcd) de la demanda del sector.
Con excepción de Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, la demanda del resto de las entidades de la región sur-sureste fue marginal, como en Oaxaca, o nula, en el caso de Campeche, Chiapas, Guerrero y Quintana Roo.
Peor aún, nueve entidades no demandaron gas para uso industrial o autogeneración de electricidad, o bien, su demanda fue marginal, menor o igual a 0.02 por ciento de la demanda total. Fue el caso de Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo y Sinaloa.
La organización bajo la dirección de Valeria Moy explicó que, a pesar de que entre 2011 y 2022 se incrementó en más de 50 por ciento la longitud de la red de gasoductos, la infraestructura de transporte es aún insuficiente para garantizar el suministro en ciertas regiones del país como la sur-sureste, lo que contribuye, en parte, al déficit industrial y a la baja competitividad de la región.
“El acceso y uso del gas natural tienen un impacto en el crecimiento económico ya que afectan directamente el costo de los bienes y servicios que se producen en la economía. En ese sentido, es necesario ampliar la cobertura de gasoductos hacia las regiones que actualmente no cuentan con acceso a este combustible, además de ampliar la capacidad de la infraestructura existente al tiempo que se dota al sistema de transporte de redundancia para garantizar un suministro continuo de gas natural a la industria, al sector eléctrico y a los hogares que lo demanden”, señaló el IMCO.
Solo así, agregó, podrá México aprovechar a cabalidad la oportunidad que presenta el nearshoring y cumplir el objetivo de desarrollar el sur-sureste del país.
En este sentido, el Instituto propuso cuatro acciones para expandir la cobertura del energético:
- Facilitar la inversión en infraestructura de transporte de gas natural para expandir la red de ductos e infraestructura asociada, como cabezales, estaciones de compresión, equipos de medición, control y regulación, con el propósito de garantizar el suministro de este insumo para la generación de electricidad y actividades productivas.
- Concretar la expansión de la red de gasoductos hacia el sur-sureste. Invertir los recursos suficientes y generar las condiciones adecuadas para construir gasoductos en el sur-sureste para que tenga acceso competitivo al gas; con ello, facilitar el desarrollo de actividades económicas de alto valor agregado en esa región.
- Minimizar el impacto de la construcción de infraestructura de transporte de gas natural. Es necesario garantizar que la infraestructura de transporte se realice de acuerdo con la normatividad vigente en la materia, generando beneficios sociales y minimizando la huella ambiental que la construcción de este tipo de infraestructura conlleva.
- Reconvertir centrales termoeléctricas convencionales a gas natural. Las centrales termoeléctricas convencionales, que emplean combustóleo y diésel para generar electricidad, producen más emisiones de dióxido de carbono (CO2), dióxido de azufre (SO2), partículas suspendidas (PM) y otros contaminantes que las centrales de ciclo combinado, que utilizan gas natural.