Mi Chingón recibe un WhatsApp urgente, lo abre y ve que se trata de una invitación: “Se le invita a participar al mitin abierto foro 15. Enfóquese en el régimen transitorio y en la competencia en la compra de electricidad”.
Pa’ pronto el espíritu de Mi Chingón se arma de valor y de un impulso salta de su escritorio fantasmagórico y toma vida terrenal bajo el nombre de Ecualizador, karateca en leyes energéticas. Pasa por alto la advertencia de que será tratado con hostilidad por tratarse de un gladiador, teniendo que luchar por su honor. Se coloca con calma su armadura metálica, la pule para sacar su mejor brillo, encuentra en el peto la inscripción “idiotus brutus estupidus”. Se identifica, ¡se emociona!
Se alista para acudir a la Cámara de Aficionados, “Salón Coliseo Romano del Edificio C”. Afila las palabras que utilizará como armas.
Escribe:
El reto técnico es cuadrar el triángulo y dar simetría al régimen transitorio, es vaciar la cubeta de agua de los 21 (veintiún) artículos transitorios del Copetón a la vasija de barro de los 9 (nueve) transitorios de la iniciativa de Don Poder y, en el intento, verificar si lo contiene o se desparrama.
En relación con compartir el pastelote de la generación de electricidad bajo la fórmula 54% CIFUE vs 46%para los Billetitos, afirmo que la aplicación del 46% para los privados es una tomada de pelo, es una ilusión, es un agandalle, porque la cadena de valor de la electricidad será un área estratégica y como tal CIFUE ejercerá sus funciones de manera exclusiva (claro que por supuesto que no compartirá su 54%… –¡Achis los mariachis!, ¿cómo por qué?), actividades que no constituirán monopolio.
Considero que en el momento en que CIFUE sea el encargado de la electricidad, entienda que sus funciones son estratégicas, las ejercite de manera –omnipotente– (con timidez iniciará con el 54%, pero cuando agarre confianza, seguro que se atasca con el 100%) y al reconvertirse en un súper monopolio (para no competir), entonces las relaciones de negocio pasarán de competidores a proveedores, de fifís a chairos.
Exhorto a la Cámara de Aficionados a poner –fin- al juego de las venciditas y dar inicio a un nuevo pacto energético que supere al pacto por México Mágico. Les exijo arrastrar el lápiz con una buena técnica legislativa para que redacten un buen acuerdo político que propicie la paz y ¡no la pax!, que se construya en casa, calientitos, y no el puticlub, porque Don Poder Extranjero tomará su tajada y nos bateará hasta lograr un nuevo pacto energético, evitando así la autodestrucción de México Mágico. Obviamente habrá que pasar a la caja a pagar la cuenta de los platos rotos.
Procede a su lectura ante la Cámara de Aficionados.
Los hace reflexionar. Los inspira a realizar los cambios pertinentes con una buena técnica legislativa para lograr un acuerdo político impecable. Le creen y se comprometen. Incluso uno de los aficionados tintos le pregunta a un dependiente de CIFUE por qué no incorporar un artículo transitorio que establezca las indemnizaciones para los billetitos afectados de la iniciativa de Don Poder, a lo cual responde:
–Tendríamos que verlo en Presidencia.
¡Bravo! ¡Bravo!, se escuchan los aplausos, las ovaciones, la audiencia agradece que por primera vez exista un intercambio auténtico de ideas.
Ecualizador logra cambiar la dinámica de gritos y sombrerazos del mitin. Pasa de posiciones a propuestas, de ruido a reflexión, de acusaciones a argumentaciones, del yoyo jugando –a vueltas y vueltas–, al yoyo –saltando la cerca–, de oídos sordos a palabras necias, a la escucha activa de propuestas inteligentes, de la reproducción infinita de playlists y cassettes, a una nueva narrativa cuyo objeto sea la construcción de alternativas de solución, a la conciliación de intereses entre Don Poder y Don Dinero para el bien común de México Mágico, enfocándose en las coincidencias y no en las diferencias.
La prensa participante felicita a Ecualizador. Hay alegría, esperanza, ¡qué agasajo!
Uno de los reporteros le pregunta:
–Si no se puede deshacer la reforma del Copetón debido a las implicaciones jurídicas, pero tampoco es posible ignorar la voluntad popular que apoya a la iniciativa de Don Poder, ¿cómo lograr su ecualización?
Ahí está el detalle, chato. Es necesaria mucha creatividad, códigos y valores comunes, ingeniería inversa y, lo más importante, la ayuda indispensable de –Neutrón–, quien fuera el arquitecto del sistema nervioso central eléctrico, hoy vigente.
Se murmulla entre los presentes:
–¿Neutrón? ¿Quién es Neutrón?
El reportero replica:
–¿Dónde encontrarlo?
Ecualizador contesta:
–Tu tranquilo y yo nervioso.
Ecualizador bien sabe que desde hace años luz, no hay rastro alguno de Neutrón. Tendrá que reconvertirse en el espíritu de Mi Chingón, a efecto de poder viajar a velocidad luz y buscarlo en otras galaxias (¡ojo! según Hawking, la materia no podría viajar a esa velocidad, por eso hay muchas pelis de ciencia-ficción para que te lo imagines. ¿Capisci?).
Se reconvierte: Chu, chu, chu, chu, chú. El espíritu de Mi Chingón está otra vez presente.
Encuentra una pista de su localización por el GPS. Al parecer, hay indicios de su existencia en la galaxia de Protón.
Se apura Mi Chingón. Pasa primero a su bodega de tiliches. Desempolva al Halcón Centenario, el cual es impulsado por agave azul envejecido. Invita a Chiwey de copiloto. Pasan a la tiendita por víveres (cacahuates, papitas, cawabangas –bien muertas– y motitas (chicles para destapar los oídos al accionar la palanca de velocidad luz), pero para variar, no hay electricidad en la miscelánea. La verdad es que se sobrecalentó la instalación por un diablito, pero Chiwey pa’ pronto se presta para ayudar a reparar la instalación bajo las especificaciones de las NOMS, aunque la terminal bancaria nunca funcionó y tuvieron que pagar con morralla.
Se suben al Halcón Centenario. Dan el salto a la velocidad de la luz en el hiperespacio con rumbo a la galaxia de Protón en búsqueda de Neutrón.
To be continued…
-Electrifícate-