El modelo actual de rescate financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una serie de desafíos estructurales que amenazan tanto la sostenibilidad de la empresa, como las finanzas públicas de México, encontró un estudio realizado por Natural Resource Governance Institute (NRGI).
En él, indica que desde 2019, el gobierno federal ha destinado más de 2.8 billones de pesos, unos 140 mil millones de dólares, en apoyos financieros a la empresa estatal.
Este monto, equivalente al doble del presupuesto en salud para 2024, busca mantener a Pemex a flote en medio de una deuda superior a los 100 mil millones de dólares y una transición energética que complica su panorama financiero, agregó.
El estudio, lanzado a finales de noviembre pasado bajo el título de “Apoyos condicionales a Pemex: Hacia la sostenibilidad financiera en tiempos de transición energética”, refiere los tipos de apoyos que ha recibido Pemex y expone las razones por las cuales dichos apoyos deben contar con condiciones.
Los desafíos del modelo actual
El esquema de apoyos a Pemex ha sido calificado como discrecional e ineficiente. Según el informe, los mecanismos de asignación carecen de claridad y previsibilidad. La mayoría de los recursos ha sido otorgada bajo criterios políticos en lugar de objetivos estratégicos claramente definidos. Esto ha llevado a una dependencia insostenible del apoyo estatal, debilitando la autonomía operativa y financiera de la empresa.
Entre los problemas que NRGI detecta, se encuentra la falta de supervisión en el uso de los fondos asignados, especialmente en proyectos emblemáticos como la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco.
“Ante la ambigüedad sobre si la construcción de la refinería responde a una lógica de interés público o a una de negocio, Pemex ha tenido dificultades para justificar la rentabilidad y viabilidad comercial del proyecto”, dice el documento.
Por ello considera que la ausencia de evaluaciones costo-beneficio rigurosas ha generado incertidumbre sobre la viabilidad económica de las inversiones, incrementando la presión sobre las finanzas públicas.
Costo del rescate para las finanzas públicas
Desde 2019, el gobierno mexicano ha implementado una combinación de medidas para sostener a Pemex, incluyendo transferencias directas de fondos, beneficios fiscales y estímulos extraordinarios.
Un ejemplo claro es la reducción de la tasa del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC), que pasó del 65 por ciento en 2019 a 30 por ciento en 2024, representando una renuncia recaudatoria de más de medio billón de pesos en el periodo 2020-2024.
Además, se han otorgado estímulos fiscales como diferimientos y condonaciones en el pago de impuestos, lo que ha implicado un costo fiscal significativo.
“Cuando las reducciones de la tasa del DUC no han sido suficientes para atender las presiones financieras de Pemex, el Gobierno le ha otorgado estímulos fiscales a través de decretos presidenciales. Estos estímulos han incluido diferimientos en los pagos, condonaciones y créditos fiscales”, añade.
En total, los estímulos aplicados por el gobierno entre 2019 y 2024 representaron cerca de un tercio de los beneficios fiscales que Pemex recibió en este periodo, destaca el análisis.
Por ello, considera que aunque estas medidas alivian temporalmente las presiones financieras de Pemex, también limitan los recursos disponibles para sectores prioritarios como educación y salud.
Recomendaciones para una sostenibilidad financiera
El informe propone reformar el esquema de apoyos a Pemex bajo un enfoque de condicionalidad. Entre las medidas sugeridas destacan:
1.- Alineación estratégica: Vincular los planes de negocio de Pemex con las metas climáticas de México, asegurando una transición energética ordenada y justa.
2.- Condiciones de desempeño: Establecer objetivos medibles que incluyan la eficiencia operativa y la reducción de emisiones.
3.- Supervisión transparente: Crear mecanismos de monitoreo independientes para garantizar el uso eficiente de los recursos públicos.
4.- Reestructuración de deuda: Aprovechar la próxima refinanciación de deuda prevista para 2025 como una oportunidad para negociar mejores términos y condiciones.
El informe subraya que un enfoque basado en condiciones no busca limitar los apoyos financieros, sino garantizar su efectividad y sostenibilidad.
En conclusión, el documento de NRGI señala que el futuro de Pemex depende de una reforma integral que asegure tanto su viabilidad financiera como su contribución al desarrollo nacional en un contexto de transición energética global. Mientras tanto, los contribuyentes seguirán siendo los principales financiadores de una empresa que aún enfrenta enormes retos para reinventarse.