Seguramente usted estará de acuerdo con nosotros en que el gran ausente en los mejores eventos del sector energético es Cuitláhuac García Jiménez, director general del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), por no mencionar las conferencias matutinas de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, cuando se dan importantes anuncios en la materia.
Apenas el viernes de la semana pasada, el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) bajo la batuta de Elizabeth Mar Juárez realizó un evento para celebrar los 60 años de vida de ese think-tank científico y tecnológico. El equipo de la directora general del IMP logró reunir a la crème de la crème del sector energético nacional, pero el único que faltó fue el ex gobernador de Veracruz.
Tampoco ha honrado con su presencia otros acontecimientos relevantes, como la presentación del Plan Estratégico para Petróleos Mexicanos 2025-2035 que se anunció con bombo y platillo en la nueva sede de la Secretaría de Energía (Sener) hace un par de semanas.
La “timidez” del ahora funcionario federal es notoria considerando que la presidenta Sheinbaum y la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, acompañadas de los titulares de los demás organismos del sector, han dado a conocer importantes mensajes sobre los planes y programas para esta administración, en los cuales indudablemente el gas natural tiene un papel relevante.
Solo piense usted en los Polos de Desarrollo para el Bienestar (PODEBI) y los Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (PODECOBI), así como en los proyectos para –a ver si ahora sí– llevar gas natural a la Península de Yucatán. Y ya para qué hablar de la alta dependencia del gas proveniente de Estados Unidos.
En fin, esperemos que estas ausencias no sean porque le debe a su casero o porque traiga otros asuntos por ahí pendientes, pero consideramos que es importante su participación porque, ya usted sabe, el gas natural sigue siendo fundamental para la electricidad y la industria. Nada más.
Fracking o no fracking
Y ya que hablamos del Plan Estratégico para Pemex, permítanos comentarle que nos ha llamado la atención que la administración de la presidenta Sheinbaum Pardo, al parecer, está tomando en serio la idea de ir a explorar y extraer hidrocarburos de los yacimientos no convencionales ante la cada vez más difícil y cara actividad en campos maduros, tanto en tierra como en agua. Esta intención es clara en el Plan.
Por otra parte, casi siempre asociamos “yacimientos no convencionales” con la técnica de la fractura hidráulica, conocida como fracking, muy cuestionada y rechazada no solo en México, sino en otros países, como Estados Unidos, por su impacto medioambiental y el uso intensivo y abundante de agua.
Las autoridades del sector, sin embargo, se cuidan mucho de no mencionar la palabra fracking, incluso el director general de Pemex, Víctor Rodríguez Padilla, ya precisó públicamente –ante versiones periodísticas– que la empresa estatal no hará fracking… El problema es que no explicó lo que sí van a hacer.
Quienes saben del asunto nos han comentado que las técnicas del fracturamiento de las rocas, como cualquiera otra técnica, han avanzado con el tiempo, se han hecho más eficientes y han reducido significativamente su impacto ambiental, especialmente en el uso y contaminación de mantos acuíferos.
Sin embargo, lo importante no es lo que nosotros sepamos. En realidad sería socialmente más útil que alguna autoridad saliera a explicar con peras y manzanas cómo se explotarán los recursos de los no convencionales.
Es propuesta.
Bienvenida inversión en transmisión eléctrica
Siempre es bueno escuchar juntas las palabras “inversiones” e “infraestructura”. Pero en esta ocasión resulta doblemente reconfortante ver que estos dos términos se refieren a transmisión eléctrica.
Como usted recuerda, la semana pasada autoridades del sector, encabezadas por la secretaria de Energía, Luz Elena González, y la directora general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Calleja Alor, anunciaron inversiones por 163 mil 500 millones de pesos (8 mil 117 millones de dólares) en proyectos de ampliación y modernización de la red de transmisión eléctrica, con lo que se agregarán 6 mil 735 kilómetros-circuito de nuevas líneas y se instalarán 524 nuevas subestaciones en distintos puntos del país. Estas inversiones están proyectadas de aquí a 2030.
¿Por qué es relevante? CFE tiene el monopolio de las redes de transmisión y las de distribución eléctrica en el país, pero durante la administración federal pasada no atendió esta obligación que, hay que decir, es constitucional. Algunos pocos kilómetros se construyeron, pero fueron parte de la infraestructura que las empresas privadas realizan al instalar sus centrales de generación eléctrica para interconectarlas a la red nacional.
Lo anunciado recientemente significaría un crecimiento de aproximadamente 6 por ciento en líneas de transmisión, considerando que actualmente el país cuenta con unos 111 mil 138 km-c. Quizá a usted no le suene mucho, pero es suficiente para que otras centrales eléctricas, preferentemente de energía limpia, pudieran interconectarse a la red nacional y atender el crecimiento de la demanda eléctrica que promedia 3 por ciento anual.
Ojalá se haga.