Conferencia impartida el 13 de julio de 2022 en el “Foro sobre Reuniones Temáticas Nacionales 2022”, organizado por el Colegio Nacional de Ingenieros Químicos y Químicos, el Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos y Químicos, y la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros.
Panorama mundial
El año pasado, en el mundo se produjeron 95.6 millones de barriles de petróleo. La demanda excedió a la producción, por lo que hubo necesidad de echar mano de los inventarios.
En la siguiente gráfica se muestra la evolución reciente de la producción y la demanda.
La evolución de precios del crudo siguió un patrón similar al de la demanda, hasta que, en febrero de este año, empezó la guerra de Ucrania y se dispararon los precios.
La lista de los principales países productores la encabezan los Estados Unidos, seguidos de Arabia Saudita, Rusia, Canadá y China. México se encuentra en el duodécimo lugar, superado por Brasil, que produce ya casi el doble que México.
La lista de los principales países exportadores la encabeza Arabia Saudita, seguida de Rusia, Canadá, Iraq y los Estados Unidos. Los EEUU, además de ser el principal productor e importador de crudo, se han vuelto el quinto país exportador, despachando excedentes de crudo ligero y superligero.
México ha caído al decimocuarto lugar entre los principales países exportadores. Brasil también nos ha superado ya en este renglón.
México, sin embargo, mantiene el segundo lugar entre los exportadores de crudo a los EEUU, superando a Arabia Saudita.
Panorama nacional
La producción actual es de 1.7 millones de barriles. Llevamos más de tres años sin poder incrementar la producción de petróleo crudo, por lo que se ve muy difícil alcanzar la meta de 2.2 millones de barriles para el año 2024, planteada por el presidente.
Más de la mitad de la producción de crudo se destina a la exportación, por los problemas que sigue enfrentando el Sistema Nacional de Refinación (SNR).
Cada vez se envía una mayor proporción de crudo pesado a proceso, afectando aún más el desempeño del SNR. Si bien las plantas de destilación primaria están operando ya al 52% de su capacidad nominal de diseño, este no es el caso de las plantas de cracking catalítico, que siguen enfrentando serios problemas de operación. Como resultado, el SNR continúa teniendo una baja conversión a productos de alto valor (gasolina y diesel), al mismo tiempo que se produce un exceso de combustóleo por barril de crudo procesado. Este problema se agrava aún más al incrementar el porcentaje de crudo pesado en la carga que se envía a proceso. Por otra parte, parece también difícil alcanzar la meta de 1.2 millones de barriles procesados en el SNR para 2024.
Resulta una gran contradicción que, al mismo tiempo que se envía una proporción mayor de crudo pesado a las refinerías no reconfiguradas (Tula, Salamanca y Salina Cruz), se haya renovado la exportación de crudo ligero a partir de 2020, y ésta aumente trimestre a trimestre.
La explicación es que el crudo ligero se está utilizando como diluyente para poder exportar el combustóleo que producen nuestras refinerías a las refinerías del Sur de Texas y del Pacífico para ser utilizado como carga, en sustitución de crudo Maya. Así, mientras que las refinerías que importan nuestro crudo aprovechan la oportunidad para mejorar su desempeño, nosotros sacrificamos el de nuestras refinerías para poder deshacernos por esta vía del combustóleo.
Una de las consecuencias de esta política es que el crudo ligero se ha estado exportando prácticamente al precio del crudo pesado e, incluso, por debajo de éste, y aun así, el descuento en el precio del combustóleo, frente al precio del crudo, ha tenido que ser cada vez mayor.
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