El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está afectando la disponibilidad de algunos productos y el precio de otros, como los relacionados con la generación de energía, aseguró la firma de consultoría y análisis KPMG.
Lo anterior pone en evidencia la importancia de esas economías en el mundo y cómo las repercusiones políticas, económicas y sociales derivadas de la guerra impactan al mundo entero, agregó en relación con la inflación en la industria de las manufacturas en México.
Mencionó que en los últimos meses se ha visto cómo se han incrementado los índices de inflación tanto en México, como en el mundo. “Esto causa alarma y preocupación por el efecto que puede generar en la contracción de las economías de los países y en las expectativas de crecimiento de las empresas”, dijo Mario Hernández, socio líder del segmento IMMEX de la consultora en México.
Si bien la inflación en Estado Unidos registró en agosto el segundo mes de descenso, sigue por encima de los 8 puntos porcentuales, según dio a conocer esta semana la Oficina de Estadísticas Laborales se esa nación. Ayer, el índice inflacionario se ubicó en 8.3 por ciento.
Países de Europa, como España, continúan con niveles por encima del 10 por ciento de los últimos meses. Este martes registró 10.3 por ciento.
México, por su parte, continúa al alza, con 8.7 por ciento en su inflación, una cifra que no se veía desde hace más de dos décadas.
Los precios de los energéticos a nivel internacional continúan a la baja, pero siguen siendo altos. El petróleo referencial West Texas Intermediate (WTI) cotizó este mediodía a 86.76 dólares por barril (dpb), mientras que el Brent estaba a 93.08 dpb, los dos con descensos de 0.83 y 0.98 por ciento, respectivamente. El gas, por su parte, se vendía a 8.23 dólares el millón de BTU.
En su análisis, Mario Hernández consideró que no es la primera vez que enfrentamos efectos inflacionarios, pero en esta ocasión se están dando en el ámbito global y son generados por diversos factores.
Entre ellos, enlistó los efectos de la pandemia por el COVID-19 que, aunque son menores ahora, todavía generan disrupciones y afectan el ámbito laboral de las diferentes industrias.
También comentó la disrupción de la cadena de suministros, causada por la falta de productos y la saturación de los medios de transportación y puertos de entrada en los diversos países.
Como ejemplo de lo anterior, destacó la escasez de productos electrónicos, que son usados tanto en aparatos de todo tipo, incluidos los electrodomésticos, y en la producción automotriz.
Asimismo, las necesidades de los consumidores se transformaron drásticamente a raíz del distanciamiento social.
Respecto a la región de Norteamérica, Hernández afirmó que en esta ocasión la presión inflacionaria no se está dando únicamente en México, sino también en Estados Unidos, que es el país destino de la mayoría de los productos terminados que se manufacturan en nuestro México. “Esta presión tan pronunciada no se había visto en años”, destacó.
Por lo anterior, consideró que el mayor riesgo es la disminución de los productos que se fabrican y explicó que esto obedece a que aumentan sus precios y baja su demanda, ya que el poder adquisitivo de la gente no crece en la misma proporción que la inflación.
Esto genera mayor presión inflacionaria, a lo que se suma el alza en las tasas de interés tanto en Estados Unidos como en México.
Analistas del sector prevén que el Banco de México podría ubicar la tasa de interés por encima del 9 por ciento para fin de año.
KPMG recordó que en los últimos meses, ambos países han estado tratando de controlar la inflación mediante el incremento en las tasas para desincentivar la adquisición de artículos por medio de endeudamiento con tarjetas de crédito, créditos automotrices o hipotecarios.
Por ello, Hernández advirtió que, si vemos que la inflación no se controla con las diversas medidas que se están tomando, podrían generarse problemas económicos que pueden impactar la industria manufacturera en México.
En primer lugar, expuso las presiones de los salarios al alza en un esfuerzo por mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores.
“Desafortunadamente, la historia nos ha enseñado que el incremento de los salarios en épocas de inflación tiende a generar mayores presiones inflacionarias porque se eleva el costo de la producción. No obstante, los empleados o sindicatos pueden exigir un aumento salarial para contrarrestar los efectos de la pérdida del poder adquisitiv0”, dijo.
En segundo lugar, apuntó menores niveles de producción derivados de la baja en su demanda tanto en México como en el extranjero, lo cual puede generar disminución temporal o permanente de fuentes de empleo, que difícilmente podrán ser compensadas con otros sectores de la economía.
Subrayó que la manufactura ha sido y es uno de los pilares de crecimiento de la economía en México y funge como importante generador de divisas, empleo e inversión extranjera para el país.
Por ello, alertó que si este sector disminuye su crecimiento ante los efectos inflacionarios, las repercusiones pueden ser muy relevantes.
Desafortunadamente, en esta ocasión los factores inflacionarios se están generando, en gran medida, por factores externos a México y Estados Unidos y probablemente pasarán varios meses para que volvamos a ver niveles de inflación más controlados, que resulten favorables para el crecimiento de las economías de ambos países, concluyó.