Petróleos Mexicanos debe realizar un análisis profundo sobre las áreas de negocio en las que participa para mantener su competitividad, aseguró Roberto Díaz de León, ex presidente de la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo).
Durante su participación en la XIII Conferencia Conjunta de Asociaciones de Energía, el empresario gasolinero mencionó que al país le conviene un Pemex fuerte y competitivo.
“Queremos un Pemex fuerte por sus capacidades, por sus competencias y no por otros favores, no los necesita. Pemex es una gran empresa y tendrá que hacer un análisis profundo para ver dónde tiene esas competencias y esas capacidades para poder desarrollar y capturar las eficiencias que el mercado requiere”, aseguró.
Sin embargo, agregó, también es necesario que la empresa reconozca sus debilidades para dar un paso de costado en esos negocios para que sean atendidos por empresas competitivas.
“Creemos que Pemex es un gran competidor y donde destaca nadie le va a ganar, pero también hay otros lugares donde es imposible que Pemex llegue competitivo y ahí es mejor que los suelte, porque hay una curva de competencia y llega un momento en el que pierdes competitividad y te vuelves incompetente por querer atender otros mercados”, abundó Díaz de León.
Futuro de la infraestructura
Durante el panel “Midstream y downstream. Retos en materia de refinación y comercialización de petrolíferos”, Claudia Bernal, gerente comercial senior de Terminales de Almacenamiento de Sempra Infraestructura, aseguró que en México el pico de la demanda de combustibles se alcanzará hasta 2035 o 2040, por lo que todavía es buen momento para invertir en el desarrollo de infraestructura, lo que incluye terminales de almacenamiento.
En este sentido, la especialista advirtió que México todavía es vulnerable a posibles choques externos que afecten el abasto de combustibles, debido a que la capacidad de almacenamiento es insuficiente.
Sobre lo anterior, Díaz de León consideró que ante el periodo por delante de decadencia para algunos productos refinados, la planta de Dos Bocas alcanzaría a recuperar el valor de inversión, situación que podría repetirse con las coquizadoras de Tula y Salina Cruz.
“Hay que considerar que ciertos productos van a tener una decadencia. Entonces hay que saber si vamos a invertir en reconfigurar una refinería, echar a andar otra, comprar otra. Hay una gran oportunidad de análisis”, consideró.