Redacción / Energía a Debate
Petróleos Mexicanos (Pemex) cumple una semana con problemas a raíz del ataque cibernético que afecta a al menos 3 mil de sus 60 mil unidades de cómputo, que mantienen al Centro Corporativo de Marina Nacional y otros edificios administrativos casi paralizadas, ya que el personal no puede usar sus computadoras.
Si bien el discurso oficial, expresado por Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, dice que el ataque cibernético a los sistemas informáticos de Pemex ha sido “totalmente controlado, sin consecuencias”, fuentes de la petrolera comentaron a Energía a Debate este viernes que muchos de los sistemas vitales de la petrolera siguen sin funcionar.
Sigue sin haber conexión interna en la intranet de Pemex. Los correos operativos no están funcionando. Herramientas clave como el SAP, Achilles y Ariba no funcionan y tienen sus bases de datos bloqueadas y encriptadas, afectando a las áreas financiera, de administración y logística. La herramienta Reachcore, clave para los pagos a proveedores, estuvo funcionando apenas este sábado, pero los servicios de administración de contratos y de tiempo real siguen caídos, así como computadoras en algunas refinerías y plataformas petroleras. El sistema Scada de monitoreo de los ductos no está conectado.
Todo esto, a consecuencia de que no se renovó el pago de los contratos de licencia para antivirus. Entre las labores colapsadas se encuentran las de la Gerencia de Servicios Aduanales, pieza clave en le despacho aduanal de mercancías de importación y exportación.
Mientras tanto, la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, ha dicho que Pemex no pagará a los hackers en este caso y el Senado de la República ha solicitado información a Pemex sobre el ataque cibernético.
Pemex desmintió versiones de que no se habían pagado salarios oportunamente a sus trabajadores, pero la caída de herramientas como SAP y Reachcore implica que no se han realizado pagos prometidos a sus proveedores. El portal de Reachcore dice simplemente “Sistema en mantenimiento”.
No obstante, la petrolera informó que sus procesos en el área de recursos humanos, como el del pago a los trabajadores, están operando “con absoluta normalidad”, por lo que el depósito de sus salarios y demás prestaciones a trabajadores en activo y a jubilados se realizó puntualmente esta semana y los próximos pagos se harán de acuerdo al calendario de pagos programado, asegura Pemex.
Así, la austeridad republicana sigue pegando y trastornando a la petrolera de muchas maneras. La realidad cotidiana de la empresa, desde hace tiempo, es que los elevadores no funcionan, no hay papel higiénico en los baños y se observan diversos tipos de deterioro físico en las oficinas tanto en el Centro Corporativo como en provincia.
El ataque cibernético, que ocurrió a las 7 de la noche del pasado viernes 8 de noviembre, empezó por afectar al portal de logística, por lo que los empresarios gasolineros confirmaron que no pudieron realizar sus pedidos y que las terminales de almacenamiento y distribución (TAD) de la petrolera estuvieron fuera de operación el 9 de noviembre. En muchos casos se está recurriendo a la facturación a mano para la venta del combustible que se entrega a las gasolineras desde las terminales de almacenamiento.
Aun así, la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, asegura que la distribución de combustibles no ha sido perjudicada. También manifiesta que no se pagará a un pirata cibernético que demanda el pago de 5 millones de dólares para liberar la información de los sistemas.
Pemex ha enfatizado varias veces que sus sistemas de operación como de producción estaban blindados y no fueron comprometidos. Pero no se sabe realmente si se cuenta con respaldos o hasta qué punto se ha perdido información crítica.
Según Durazo, no se descarta que el hackeo se haya realizado al interior de la empresa. Más bien, ésta es la tesis básica de la investigación oficial. El hacker habría puesto como fecha límite de pago el próximo 30 de noviembre y existe un conteo regresivo que se observa en las pantallas de computadoras infectadas.
Por lo pronto, en las oficinas administrativas de Pemex, este viernes gran parte del personal de Pemex trabajó sin sus equipos de cómputo y sin acceso a Internet.