Redacción / Energía a Debate
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los países aliados al cártel petrolero acordaron este viernes aplicar una reducción a la producción de crudo en 1.2 millones de barriles diarios, con el fin de frenar la caída de los precios.
“Después de liberaciones en las prospectivas inmediatas del mercado petrolero y en vista del creciente desbalance entre el abasto y la demanda global de petróleo en 2019, se decidió ajustar la producción total en 1.2 millones de barriles diarios, efectivo en enero de 2019 por un periodo inicial de seis meses”, dijo la OPEP en un comunicado de prensa.
En su 5ª Reunión Ministerial de países miembros y no miembros de la OPEP, celebrada en Viena, Austria, la organización explicó que las contribuciones de sus miembros sumarán 800 mil barriles diarios, mientras que las contribuciones voluntarias de los países fuera de la organización serán en total 400 mil barriles diarios.
La Organización también informó que dos tercios de la reducción, que representa un poco más de 1 por ciento de la producción mundial, serán realizados por los 14 países miembro de la OPEP. La baja de 400 mil barriles diarios provendrá de diez países del cártel, en particular de Rusia, uno de los tres productores más grandes a nivel mundial, junto con Arabia Saudita y Estados Unidos que no forman parte de la OPEP.
Esta decisión, que fue tomada ante el deslizamiento del precio en 30 por ciento en dos meses, cayendo a los 60 dólares por barril el jueves pasado, es el resultado de complejas negociaciones entre los miembros de la alianza establecida en 2016 entre la OPEP y otros diez productores, asentada en una “Declaración de Cooperación”.
Agencias dieron a conocer que las negociaciones rondaron sobre el reparto de las cuotas de reducción entre los diferentes países. Rusia, particularmente, estimaba que le era “mucho más difícil” reducir su oferta de crudo en pleno invierno, tomando en cuenta sus necesidades de mayor energía para el periodo de mayor frío.
Por su parte, Arabia Saudita hace frente a las presiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se opone a toda reducción en la producción y a la alza de los precios internacionales. El gobierno árabe especificó que es delicado para su país oponerse a la presión estadounidense, ya que se ha debilitado por las repercusiones del asunto Khashoggi, el periodista asesinado.
En cuanto a Irán, cuyo sector petrolero sufre de sanciones americanas, rechazaba la baja en la producción, pero anunció el viernes verse satisfecho.