Redacción / Energía a Debate
La demanda mundial de petróleo crudo se podrá recuperar no antes de 2026, estimó este miércoles la Agencia Internacional de Energía (AIE), pues será entonces cuando podría alcanzar los 104.1 millones de barriles diarios (mbd), apenas 4.4 mbd por encima de los niveles que registró en 2019, antes de la desaceleración económica provocada por la pandemia del coronavirus en 2020.
En su análisis del mercado petrolero “Oil 2021, Analysis and Forecast to 2026”, la Agencia bajo la dirección ejecutiva de Fatih Birol también expuso que la demanda global cayó 9 mbd en 2020 con respecto al periodo anterior y consideró que no se espera que se recupere a un nivel similar antes de 2023.
El empuje del crecimiento está en las economías emergentes y en desarrollo, destacó el documento. “Todo este crecimiento de la demanda relativo a 2019 se espera que llegue de parte de las economías emergentes y en desarrollo, apuntalado por el incremento en la población y de los ingresos”, explicó la AIE.
Detalló que la demanda en la región de Asia continuará aumentando fuertemente, aun cuando será más lenta que en años recientes. Por contraste, en los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) no regresará a los niveles de la llamada pre-crisis.
Por sectores, la Agencia prevé que será improbable que la demanda de gasolina regrese a los niveles de 2019 debido a las ganancias en eficiencia y el cambio al vehículo eléctrico que eclipsarán el crecimiento de la movilidad en los países en desarrollo.
Los combustibles para aviación, por su parte, que fue el sector más golpeado por la crisis, llegarán a los mismos niveles pero hasta 2024, aunque las reuniones vía online podrían quedarse permanentemente alterando las tendencias de los viajes de negocios.
En cuanto a la petroquímica, esta industria permanecerá como el pilar del crecimiento en el periodo de proyección. El etano, el gas licuado de propano y las naftas representan 70% del incremento proyectado en la demanda de productos petrolíferos para 2026.
Por otra parte, la AIE consideró que el choque inducido por el COVID-19 y el cambio en la mentalidad hacia energías más limpias reducirán la capacidad de la producción de petróleo crudo en el mundo.
Como resultado, se han reducido las inversiones y los planes de expansión en el segmento del ‘upstream’. “En 2020, las operadoras gastaron un tercio menos de lo planeado al comienzo del año (y 30% menos que en 2019). En 2021, se espera que el total de la inversión en ‘upstream’ se eleve solo de manera marginal”, detalló la Agencia.
Estos recortes en la inversión y la postergación de los proyectos ya están constriñendo el crecimiento de la demanda mundial, con una capacidad global de producción ahora establecida para su crecimiento en 5 mbd para 2026. “En ausencia de una acción de políticas más fuertes, la producción global de crudo necesitaría incrementarse 10.2 mbd para 2026 para satisfacer el rebote de la demanda esperada”, apuntó.
Sin embargo, la AIE anotó que, del lado de la refinación, este sector está luchando con el exceso de capacidad. El shock de la demanda por el COVID-19, la expansión a gran escala y las expectativas de un declive estructural de largo plazo en la demanda están creando un excedente que solo puede ser erradicado mediante cortes masivos.
A nivel mundial, ya se anunció la caída de 3.6 mbd, pero se requiere de un total de por lo menos 6 mbd.
En su reporte, la Agencia también explicó que los rápidos planes de los gobiernos por acelerar la transición hacia un futuro más sustentable han creado un alto grado de incertidumbre que está poniendo a prueba a la industria del petróleo.
“Es crucial invertir en el sector el ‘upstream’ aun en los periodos de rápida transición en los cuales aun tomaría años cambiar los fletes de transporte global de motores de combustión interna a vehículos eléctricos y otras alternativas de bajo carbón”, afirmó.
Algunos sectores, agregó, como la aviación, la navegación y la petroquímica, continuarán dependiendo en el petróleo por un tiempo más.