México podría llegar a exportar hasta 40 millones de toneladas anuales de gas natural licuado (GNL), lo que colocaría al país como el tercer exportador más grande de gas proveniente de Estados Unidos, pero solo beneficiaría a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Ante los proyectos de construcción de cinco terminales de importación y/o exportación de GNL anunciados en la presente administración e impulsados por la CFE, además de los dos ya en operación en Ensenada, Baja California, y Altamira, Tamaulipas, la empresa eléctrica podría aprovechar la red de gasoductos de privados en los que ya tiene contratada capacidad para mover el energético.
“México podría llegar a exportar hasta 40 millones de toneladas anuales, lo cual significaría que México solito sería el tercer exportador más grande de gas natural de Estados Unidos”, expresó Gonzalo Monroy, CEO de la firma de consultoría energética GMEC.
Explicó que utilizando todos los gasoductos privados en donde CFE tiene la capacidad reservada, la empresa estatal puede internarlo al territorio mexicano, vender a la entrada de cualquier de las la terminales y exportarlo.
“Se agrega el ‘valor agregado’ y en la última válvula, antes de subirlo a los barcos, es donde cambiaría el factor de referencia”, dijo el especialista.
Monroy participó en la celebración de los 25 años de presencia de la empresa energética ENGIE en México, llevada a cabo esta semana, con la ponencia magistral “Una mirada en detalle al mercado del gas natural en el contexto actual y hacia 2023”.
En el proceso de exportación, señaló Monroy, la CFE resulta ser un aliado estratégico de los proyectos de terminal de GNL que se han anunciado.
Actualmente, la empresa norteamericana Energía Costa Azul (ECA), filial de IEnova, opera la terminal de licuefacción de gas natural en Ensenada, con una capacidad de exportación de 3.25 millones de toneladas métricas anuales (mmTMA), en una primera fase, y de 12 mmTMA en la segunda, según cifras presentadas por el propio consultor.
Por su parte, la terminal de Altamira, operada por Vopak y Enagas, tiene una capacidad de exportación de 1.4 mmTMA, volumen que podría llegar a triplicarse.
En cuanto a los proyectos anunciados por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra la terminal de Puerto Libertad, al sur del estado de Sonora, que tendría una capacidad de exportación de 12 mmTMA, más otros 7.2 mmTMA del proyecto de Guaymas, también en la entidad sonorense.
A estos se sumará el proyecto de Topolobampo, Sinaloa, de donde se mandarían al extranjero otras 4 millones de toneladas del energético.
El gobierno federal también ha dado a conocer la intención de construir dos terminales más en los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz, y de Salina Cruz, Oaxaca.
El modelo de negocio serían muy conveniente para CFE, la cual comercializaría el gas, pero no habría mayor rentabilidad para los privados dueños de los ductos.
“El transportista sigue siendo el mismo. El transportista no captura nada de este nuevo modelo comercial. CFE le va a seguir pagando lo mismo, se lo entregue para una planta de ciclo combinado, o para una planta de licuefacción de gas natural”, apuntó Monroy.
Suben las exportaciones, baja la producción nacional
En un escenario en el que el gobierno federal busca la soberanía y la autosuficiencia energéticas, el caso del gas natural parece ir en el sentido contrario, esto aunado a que la demanda por el energético al interior del país continúa creciendo.
“Cuál es el resultado de que la demanda sigue aumentando, porque va a seguir aumentando y la producción doméstica no crece al mismo ritmo, pues se llaman importaciones. Y las importaciones se ven bien disparadas hacia arriba”, dijo el analista.
En su ponencia, asentó que la cancelación de las rondas petroleras, especialmente la 3.3 que iba por la producción precisamente de gas; el abandono de cuencas en aguas profundas y de Burgos, así como el otrora Proyecto Estratégico de Gas, reducen la disponibilidad en el mediano plazo.
Según las cifras oficiales, la producción del gas pasó de los casi 5 mil millones de pies cúbicos diarios (mmmpcd) de 2016, a un poco más de 4 mmmpcd para este año, pero las proyecciones de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) indican que para 2028 caerán hasta los 3,115 millones, en un escenario bajo.
En este sentido, si bien las reservas y recursos prospectivos siguen presentes en el subsuelo, además que México tiene el sexto potencial más grande de gas de lutitas (shale gas) del mundo, no logra abastecer su mercado interno.
“Veinte por ciento del gas natural producido, Pemex lo reinyecta para mantener la producción petrolera”, dijo Monroy. Esto, agregó, se traduce en mayores importaciones, en lo cual CFE es la mayor importadora del país.
Desde 2003, refirió, las internaciones de gas han crecido a una tasa anual promedio de 24 por ciento, pasando de poco más de los mil millones de pies cúbicos diarios, a 5,827 millones en lo que va de 2022.
En algunos meses, detalló, las importaciones han representado hasta el 92% del consumo nacional de gas natural.
“La gran pregunta es qué quiere hacer la CFE”, aseguró a manera de conclusión y en referencia a las perspectivas del gas en México.
“Mientras una parte del discurso está enfocada –al menos de manera pública– en ganar más participación de mercado en la generación eléctrica, para mantener ahí sus plantas de generación, por el otro ya está muy posicionado para ser un participante muy activo que da sostén al gran negocio del gas natural licuado en México”, indicó.
En este mismo sentido, comentó que las perspectivas que tenga la CFE van a determinar la disponibilidad de gas natural que tenga México. “Si CFE lo piensa de una manera mucho más proactiva, obviamente puede ser un despegue muy importante de la economía mexicana en esto”.
Y por último, aventuró: “No es exagerado (decir) que las exportaciones potenciales de gas natural licuado puedan estar rivalizando con las exportaciones de petróleo. No está lejos”.