El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presumió en su conferencia de prensa del martes, una inversión de 12 mil millones de pesos en la rehabilitación de la refinería de Madero, en Tamaulipas, misma que, aseguró, ha sido una de las más beneficiadas en su sexenio.
El mandatario recordó que cuando inició su administración, la planta tamaulipeca de Pemex llevaba detenida aproximadamente dos años, pero en su sexenio alcanzó una capacidad de 35 por ciento de procesamiento de petróleo.
Si bien, durante el sexenio el procesamiento de petróleo en la refinería de Madero superó los 102 mil barriles de petróleo, lo que incluyó mayormente la producción de gasolina Magna (31%), diésel (26%) y combustóleo (22%), desde octubre del año pasado la planta regresó a niveles similares a los registrados al final del sexenio pasado.
De acuerdo con datos de Pemex, en octubre del año pasado, la planta sólo procesó 3,655 barriles diarios, mientras que para noviembre, el procesamiento se aceleró a 17 mil 825 varriles diarios.
Sin embargo, en ninguno de los dos meses la refinería logró producir ni un barril de gasolina o diésel.
Dieta inadecuada
De acuerdo con Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, el problema que enfrenta en este momento la planta ubicada en Tamaulipas es que la dieta de crudo que utiliza no es la adecuada, dijo el especialista, pues utiliza crudo tipo Maya, es decir, aceite pesado, lo que “tapa” a la refinería y obliga a frenar la producción.
La planta requiere mayormente mantenimiento correctivo, dijo el especialista, pero gran parte de la inversión que ha hecho el gobierno, ha sido en la parte de catalizadores, donde se va más de 70 por ciento del presupuesto asignado.
Además, el problema de utilizar crudo pesado en la refinería de Madero es que no es una mezcla óptima, lo que congestiona la planta combinada, que se encarga de calentar el crudo para iniciar con el proceso de destilación, que separa el crudo en sus diferentes componentes.