La dependencia de México del gas importado de Estados Unidos continuará creciendo, impulsada por el aumento de la demanda, la producción nacional restringida y la expansión de la infraestructura de gasoductos, previó Fitch Ratings.
“Las importaciones de gas de Estados Unidos proporcionan una fuente de energía confiable y rentable para México, pero exponen al país a la volatilidad del tipo de cambio y a interrupciones en el suministro en medio de crecientes incertidumbres sobre las relaciones comerciales bilaterales”, advirtió el día de ayer.
En este escenario, la calificadora dijo esperar que la participación de mercado del gas enviado desde Estados Unidos hacia México aumente en los próximos años a medida que los nuevos proyectos de infraestructura de gasoductos y el aumento de la utilización de la capacidad de los gasoductos existentes permitan que más importaciones de gas norteamericano satisfagan la creciente demanda de adiciones de capacidad de generación de energía y nuevos proyectos de gas natural licuado (GNL).
Fitch recordó que el gas natural representa más de 60 por ciento de la generación de electricidad en México y más de 70 por ciento del abasto se importa de los Estados Unidos.
También refirió que Petróleos Mexicanos (Pemex), el productor estatal de petróleo y gas de México y que representa 95 por ciento de la producción nacional de gas, ha incumplido continuamente los objetivos de producción y ha visto disminuir su producción desde 2010.
“La proximidad estratégica y la conectividad de infraestructura de México con los Estados Unidos facilitan el flujo eficiente de gas natural a través de aproximadamente 19,000 km de gasoductos con una capacidad total de transporte de alrededor de 6.5 MMpcd”, dijo Fitch.
Gas para electricidad
En un reporte difundido el jueves de esta semana, Fitch Ratings explicó que las nuevas centrales eléctricas de ciclo combinado apuntalarán el crecimiento de la demanda de gas natural en los próximos años.
Recordó igualmente que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está desarrollando dos plantas en la Península de Yucatán con una capacidad total de 1.5 gigawatts (GW), mientras que los proyectos en el resto del país agregarán más de 3.3 GW de nueva capacidad.
“Para hacer frente a la creciente demanda en la Península de Yucatán, TC Energy Corporation y CFE están desarrollando el gasoducto Puerta al Sureste, un proyecto de 715 km que combina tramos terrestres y submarinos desde el sur de Tuxpan hasta Coatzacoalcos y Paraíso, Tabasco, a través del Golfo de México. Conectará los ductos existentes Sur de Texas-Tuxpan y el Mayakan, y se espera que las operaciones comiencen a mediados de 2025”, señaló.
Riesgos de la dependencia en las importaciones
La calificadora expuso que la relación comercial con Estados Unidos proporciona a México una fuente de energía confiable y rentable, pero también lo expone a riesgos cambiarios, ya que los contratos se cotizan en dólares. Los fenómenos meteorológicos extremos en Estados Unidos también pueden interrumpir el suministro, como se vio en la tormenta invernal de Texas de 2021, alertó.
Del mismo modo, apuntó a que las incertidumbres sobre el estado de las relaciones bilaterales han aumentado desde que Donald Trump asumió el cargo. Por ahora, la administración Trump se ha centrado principalmente en las exportaciones de México a Estados Unidos, y Fitch consideró que las interrupciones impulsadas por políticas en el comercio de gas son un riesgo menor.
Sin embargo, dijo que un fuerte aumento en los precios del gas importado será negativo para la CFE, que deberá absorber el aumento de costos inicial, ya que el gobierno mexicano (BBB-/Estable), que subsidia a los usuarios agrícolas y residenciales de bajo consumo, y para los usuarios de electricidad industrial y comercial, que eventualmente pagarán precios más altos. Una interrupción más permanente también podría descarrilar la economía de la infraestructura de GNL recién construida.