Entre los factores que pueden contribuir a estimular la producción y demanda de hidrógeno verde a gran escala se encuentra la creación de un Índice de Intensidad de Emisiones de Hidrógeno (HEII, por sus siglas en inglés), según un estudio recientemente dado a conocer por la firma Deloitte.
En su informe “Hydrogen. Making it happen” (Hidrógeno. Haciendo que suceda), la analista de mercados plantea cinco factores con sus respectivas soluciones que pueden ayudar a incrementar la demanda y la producción del energético.
Esos factores son i) atender la “demanda natural” por el hidrógeno verde, entendiendo ésta como la demanda que no está regulada en sectores específicos; ii) la tecnología; iii) los activos, la infraestructura y el abasto; iv) la colaboración, y v) las regulaciones.
En este último punto es donde la firma analista expone la propuesta de creación del HEII.
“Dicho índice tendría en cuenta las medidas económicas y de emisión de las diferentes tecnologías de producción de hidrógeno, lo que permitiría identificar y adoptar soluciones económicamente viables a corto plazo, como parte de un cambio gradual hacia la reducción de las emisiones”, explica el documento.
Para el estudio, la empresa consultó a unos 360 directores generales (CEO) de diversas empresas energéticas. De las conversaciones con ellos resultó que el Índice ayudaría a evitar el diferencial de precios creados por la clasificación de “hidrógenos” gris, azul y verde, de manera que se estimularían las inversiones y ayudaría a reducir las emisiones.
El Índice se compone de la formula kilogramo de bióxido de carbono sobre kilogramo de hidrógeno (kgCO2/kgH2). En este sentido, la producción de hidrógeno a partir de electricidad verde, más electrólisis, tiene un HEII de 1 kgCO2/kgH2, contra 10, o más, por ejemplo, del hidrógeno producido con gas natural (sin captura de carbono) o con plantas carboeléctricas.
Esto es, mientras menor sea el índice, más “verde” es el hidrógeno producido.
Índice de Intensidad de Emisiones de Hidrógeno – HEII
Costo de producción al 2030
(US$ / kg)
(Fuente: Con información de Deloitte)
Donde:
- (A) Se espera que producir hidrógeno verde sea entre 2 y 3 veces más caro que el hidrógeno gris (2030), lo que significa que algunos sectores no pueden permitírselo y los gobiernos deben proporcionar grandes cantidades de subsidios para abordar la gran brecha.
- (B) Dependiendo de las especificidades regionales, se podría seleccionar una solución económicamente más viable que proporcione todavía una reducción significativa en la intensidad de carbono a corto plazo (por ejemplo, electrolizadores con mezcla para aumentar el factor de carga).
- (C) Con el tiempo, mientras se construye la capacidad, los activos, la infraestructura y el suministro descenderán en la curva de costos (por ejemplo, la electrólisis), lo que también reduce el costo de producción de los proyectos de hidrógeno con un HEII más bajo.
- (D) Se pueden implementar políticas que alienten fuertemente una mayor adopción de tecnologías de baja intensidad de emisiones (es decir, pasar a un HEII aceptable más bajo).
Sin embargo, la firma prevé que para 2030, el costo de producir hidrógeno de energías limpias y electrólisis podría ser entre 2 y 3 veces más alto que el del hidrógeno gris, encontrándose entre los 3 y 4 dólares por kilogramo ($/kg), contra un monto de hasta 2.5 $/kg utilizando energía gris más electrólisis.
La producción de hidrógeno a partir de energía nuclear con electrólisis estaría en unos 2 dólares y tendría un HEII que abarcaría de 1 a los 7 kgCO2/kgH2,según plantea el estudio.
El costo de producción del hidrogeno por proceso de reformado de metano con vapor (SMR, en inglés), junto con captura y almacenamiento de carbón (CCS), es más bajo aún, apenas por encima de los 1.5 $/kg, pero su Índice se ubicaría entre los 3 y los 8 kgCO2/kgH2.
“Se espera que producir hidrógeno verde sea entre 2 y 3 veces más caro que el hidrógeno gris (2030), lo que significa que algunos sectores no pueden permitírselo y los gobiernos deben proporcionar grandes cantidades de subsidios para abordar la gran brecha”, prevé el estudio.
Sin embargo, también considera que, con el tiempo, mientras la capacidad se vaya construyendo, los activos, la infraestructura y el suministro irán reduciendo la curva de costos, como por ejemplo, el de la electrólisis, lo que también reducirá el costo de producción de los proyectos de hidrógeno con un HEII más bajo.
De igual manera, Deloitte concluye que, para que lo anterior sea efectivo, los líderes de la industria y los gobiernos deben trabajar juntos para desarrollar y refinar los detalles, lograr una alineación generalizada y establecer mecanismos de garantía.
“Una vez implementado, este enfoque también hará que, en principio, valga la pena mezclar hidrógeno limpio en los procesos existentes (por ejemplo, la producción de amoníaco)”, estima.