Con el virtual triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo en las elecciones del pasado 2 de junio, la visión de política pública quedó definida y será la continuación de la Cuarta Transformación de la vida pública del país.
La abanderada por la coalición oficialista “Sigamos Haciendo Historia”, conformada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano (MC), llevaba un máximo de 60.7 por ciento de votos a su favor, según informó de manera preliminar Guadalupe Taddei Zavala, presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), la noche de ayer domingo.
En su mensaje posterior al informe del INE, Sheinbaum Pardo reiteró algunas de las líneas que han regido la política energética de la actual administración y que retomó para su campaña hacia la Presidencia de la República.
“Promoveremos la soberanía energética, las energías renovables y el desarrollo científico y tecnológico”, dijo.
Al igual que el presidente Andrés Manuel López Obrador al inicio de su mandato, Sheinbaum aseguró que en su sexenio no habrá “aumento real” al precio de los combustibles y de la electricidad.
En un ámbito más amplio, también reiteró que en su gobierno se mantendrá “la obligada división” entre el poder económico y el poder político, pero también aseguró que habrá respeto a las inversiones privadas.
“Respetaremos la libertad empresarial y promoveremos y facilitaremos con honestidad la inversión privada nacional y extranjera que fomente el bienestar social y el desarrollo regional, garantizando siempre el respeto al medio ambiente”, prometió.
Igualmente adelantó que se conservara la autonomía del Banco de México y llevar una relación de amistad, respeto mutuo y de igualdad con los Estados Unidos.
Continuidad de la 4T
Durante su campaña, Sheinbaum Pardo repitió en cada foro que se presentaba que dará continuidad a la Cuarta Transformación iniciada por su mentor político, López Obrador, pero inmediatamente agregaba que sería “el segundo piso” de dicha política.
Sin embargo, en ocasiones aclaró que en su gobierno habrá “cambios” y que dicha visión se “flexibilizará”, algo que no ha pasado desapercibido a los diversos sectores, incluido por supuesto, el energético.
De confirmarse los resultados de la elección el miércoles de esta semana, cuando el INE emita los resultados finales, quedará clara la continuidad de lo que algunos han llamado como el “obradorato”, toda vez que la próxima jefa del Ejecutivo federal no se ha desligado de la figura de López Obrador, ni de su política. Todo lo contrario.
Entre sus propuestas de campaña, la también ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México y primera mujer en administrar la capital del país, incluyó el impulso a las energías renovables –un tema abiertamente rechazado por López Obrador– y la transición energética para combatir el cambio climático, además de llevar a cabo acciones orientadas hacia la eficiencia energética.
Fortalecimiento de Pemex
Sheinbaum ha subrayado la importancia de revitalizar a Pemex como un pilar fundamental de la economía mexicana. Entre sus propuestas clave se encuentra la reestructuración financiera de la empresa, enfocada en refinanciar su pesada deuda de 85,400 millones de dólares, al menos una parte en 2025. Igualmente ha propuesto buscar nuevas fuentes de financiamiento que no incrementen la carga financiera sobre el gobierno federal.
En cuanto a la producción de petróleo crudo, Sheinbaum dijo tener una estrategia para aumentar la capacidad productiva de Pemex pero no ha desechado la posibilidad de mantenerla en 1.8 millones de barriles diarios promedio, según los datos oficiales del director general de la empresa nacional, Octavio Romero Oropeza.
En materia de refinación, Sheinbaum reiteró buscar la autosuficiencia energética en producción de gasolinas y diésel, una de las banderas más enarboladas por el actual mandatario, quien también ya reconoció que durante su mandato no se alcanzará.
La intención de ahora y a futuro es reducir al mínimo o eliminar las importaciones de gasolinas. Por ello, Sheinbaum prometió continuar con la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación y, por ende, rechazó cerrar las refinerías de Cadereyta y Tula por motivos medioambientales. Este enfoque, ha dicho, contribuirá a lograr la autosuficiencia en gasolinas y otros derivados del petróleo, alineándose con su visión de soberanía energética.
Relacionado con lo anterior, la ex gobernadora de la Ciudad de México se ha pronunciado por la autosuficiencia energética, mientras que el resto de las necesidades energéticas se cubrirán con energías renovables y la implementación de programas de eficiencia energética. Ello, aclaró, sin frenar el desarrollo económico del país.
En el ámbito medioambiental, Sheinbaum ha enfatizado en la necesidad de reducir las emisiones de carbono y otros contaminantes. Su propuesta incluye la implementación de tecnologías más limpias en las operaciones de Pemex y la promoción de prácticas más sostenibles en toda la cadena de valor del sector energético.
Transición Energética e Inversiones
Sheinbaum ha dicho que apuesta por una transición energética que potencie el desarrollo de energías renovables, principalmente solar y eólica. Cabe recordar que en su plan se contempla la instalación de unos 80 gigawatts (GW) de energía limpia con un requerimiento de inversión por 13.6 mil millones de dólares, parte de los cuales será para la rehabilitación de las centrales hidroeléctricas. En este sentido, ha urgido al sector privado a incluirse.
Relativo a ello, el equipo económico de la ex candidata invitó al empresariado a analizar el esquema de participación en el sector eléctrico de 54 por ciento reservado a la CFE y el restante 46 por ciento para los capitales privados, impuesto por el presidente López Obrador, en un guiño que podría sugerir su modificación.
Litio, Electromovilidad y el Sector Eléctrico
Respecto al litio y otros minerales considerados como críticos especialmente para la transición energética y electromovilidad, Sheinbaum ha refrendado la política de mantenerlo bajo la rectoría y monopolio del Estado, ahora bajo el organismo público LitioMx.
Sin embargo, fue más allá al proponer que Pemex también comience a realizar actividades de exploración y explotación de estos recursos, al igual que en el renglón de geotermia para generación eléctrica.
En cuanto a la electromovilidad, Sheinbaum ha planteado el desarrollo de una infraestructura adecuada para vehículos eléctricos, incluyendo estaciones de carga y redes de distribución.
El TMEC
Sheinbaum Pardo es consciente de que durante su mandato se hará una revisión de los acuerdos del tratado comercial de América del Norte, conocido como TMEC, prevista para 2026; sin embargo, ha intentado enviar un mensaje tranquilizador para calmar los ánimos luego de meses de una relación “fuerte” en el contexto de las mesas de controversias iniciadas por el gobierno norteamericano.
Las controversias son un asunto que heredará de la administración lopezobradorista derivadas del malestar de las empresas norteamericanas del sector energético ante los cambios regulatorios en México que buscan a toda costa la preponderancia de las empresas estatales, Pemex y CFE.
Sin mayores detalles, Sheinbaum ha reconocido la importancia del TMEC y su impacto en el sector energético, pero las pláticas entre los equipos que se encuentran dirimiendo las diferencias han sido un “fuerte diálogo”, según reconoció la representante comercial de EE.UU., Katherine Tai.
Diferencias con Xóchitl Gálvez
En segundo lugar en la contienda electoral con un máximo de 28.6 por ciento, Xóchitl Gálvez Ruiz presentaba un modelo de gobierno con una visión distinta a la de la virtual presidenta electa.
Mientras Sheinbaum promovía una mayor intervención estatal y la autosuficiencia energética, la candidata por la coalición opositora “Fuerza y Corazón por México” abogaba por una liberalización del mercado y una fuerte participación del capital privado.
Como se mencionó, Sheinbaum ha centrado su propuesta en reforzar el control estatal sobre el sector energético a través de Pemex y CFE como pilares de la soberanía energética, alineada con la política energética de López Obrador.
En términos de inversión, Sheinbaum ha sido más cautelosa con respecto a la participación del sector privado. Si bien reconoce la necesidad para impulsar el sector, su enfoque prioriza la intervención estatal y las alianzas estratégicas que mantengan el control en manos mexicanas.
Por su lado, Xóchitl Gálvez, ex senadora y empresaria, proponía una visión más liberal y abierta al mercado para el sector energético, al defender una mayor participación de la iniciativa privada en el sector energético. Su plan incluía simplificar los procesos regulatorios para atraer capital y tecnología.
Gálvez proponía que el sector privado jugara un papel crucial en la generación de energía, principalmente renovable, promoviendo la competencia y la innovación. En su visión, el Estado debe actuar como regulador y facilitador, asegurando que las reglas del mercado sean justas y que las inversiones contribuyan al desarrollo sostenible del país.