El robo de gas LP es un fenómeno que va al alza, pues la cantidad de tomas clandestinas ha pasado de siete a 11 diarias, lo que representaría un costo de hasta 20 mil millones de pesos al cierre de este año, estimó Carlos Serrano, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas).
En entrevista, el directivo mencionó que el número de tomas clandestinas aumentó 57.1 por ciento en el último año.
Aunque el fenómeno no es nuevo, Carlos Serrano mencionó que se ha agudizado en los últimos años.
Entre 2021 y 2022, dijo, el huachigas se disparó “más de mil por ciento”, pues pasaron de 222 tomas en un año a más de dos mil.
En este sentido, urgió a las autoridades a implementar una estrategia específica para reducir el robo de gas.
“Consideramos que así como hubo una estrategia muy determinante y muy efectiva en el combate el robo de gasolinas y al combate de robo de diesel, hace falta implementar algo similar, obviamente adecuándolo a las características del producto y de estas prácticas y que sí se puede hacer”, dijo.
El directivo consideró que una parte de la estrategia se tiene que dirigir a los distribuidores independientes, pues son el eslabón más débil de la cadena de distribución.
“Se tiene que garantizar el canal de distribución. Las empresas formales se niegan a participar en eso (vender gas robado), porque ha habido no solamente ofrecimientos, si no ha habido hasta amenazas. Sin embargo, el crimen organizado se centra en el eslabón más débil, que es la persona física que tiene su propia pipa, que no tiene la capacidad de reaccionar, porque lo amenazan o porque le ofrecen una cantidad de dinero muy grande, y al que tiene su propia pipa o al que tiene su propia estación de servicio. Entonces, es ahí donde se canalizan miles de pipas y en cientos de estaciones de servicio ilícitas, la distribución de este producto y es donde hay que atacar. Hay que atacar la extracción, pero también hay que atacar la distribución ilícita”, comentó.
El especialista mencionó que alrededor de 80 por ciento de la venta de gas LP robado se concentra en Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Estado de México y Veracruz.