Entre los principales retos que tiene la inclusión de las mujeres en el mundo laboral se encuentran los sesgos y los juicios que han construido un imaginario que es falso, así como el machismo que impera en algunas zonas del país.
“El machismo penetra de manera tan imponente al grado doméstico que puede impedir que una mujer trabaje y sea una contribución para su casa”, comentó María José Cortés, directora de Medio Ambiente, Sociedad y Gobernanza para Latinoamérica de Atlas Renewable Energy.
“Todo tiene que ver con un tema de concepción, de sesgos y de creencia en la capacidad que tenemos las mujeres para realizar cualquier tipo de tarea”, agregó. “Al final lo que buscamos es equidad”.
Entre las responsabilidades de María José Cortés se encuentra impulsar y desarrollar el programa Women Workforce que busca la inclusión de la mujer en el sector productivo, una iniciativa que Atlas Renewable Energy ya tenía en planes pero que se hizo aún más necesario con la llegada de la pandemia por la COVID-19 a inicios de 2020.
“Ya sabíamos que íbamos a iniciar el proyecto y que comenzaba una situación terrible y súper difícil en términos de reactivación económica y necesidad de las familias de tener ingresos más estables y sobre todo de las mujeres de incorporarse a esa fuerza de trabajo”, dijo Cortés para esta entrevista concedida a Energía a Debate.
Women Workforce se está llevando a cabo en Chile Uruguay México y Brasil, y ha logrado elevar la participación de las mujeres en la construcción de proyectos energéticos limpios de 1% a un 15% aproximadamente, pero –además– incluirlas en perfiles que les han permitido incursionar en otros campos laborales, obteniendo mayores ingresos.
“La participación femenina en este tipo de proyectos a nivel de construcción ronda entre el 1 y 2%, normalmente en tareas de housekeeping, doméstica, limpieza, cocina, algunas ayudantías”, refirió la directiva.
“Lo que queríamos era elevar esa cifra, la elevamos del 1% al 15% y además en tareas técnicas., por tanto, en salarios mucho mejor pagados”, especificó.
El programa Women Workforce ha realizado un mapeo del nivel académico y de preparación de las mujeres en las comunidades donde opera, sin dejar de mencionar de manera importante que se ofrece capacitación.
“Hay mujeres que estudiaron hasta un grado superior, hay mujeres que estudiaron la primaria, hay mujeres que son madres, hay mujeres que no maternan. La gama es amplísima”, apuntó María José Cortés. “Hemos dividido nuestros perfiles y capacitaciones en función de eso”.
También dijo que en el caso de las mujeres que habitan en comunidades cercanas a los proyectos de la empresa, con o sin grado de estudios, pueden capacitarse para tareas más mecánicas, más técnicas. “Tienen espacio, como lo tienen sus esposos con la misma escolaridad”, subrayó.
Y enfatizó que en la medida en que las mujeres se van incorporando a proyectos de construcción de las obras de la empresa, incluso de otras compañías, el índice de accidentes laborales relacionados va disminuyendo, un fenómeno que los propios supervisores de obra y directores han notado y apreciado.