Solo uno de cada diez clientes que adquieren un sistema fotovoltaico en la modalidad de generación distribuida contrata una póliza de seguro de Operación y Mantenimiento (O&M) para proteger sus equipos.
“Las pólizas de operación y mantenimiento son en aras de poder asegurar las garantías de los equipos”, comentó Ulises Rivera Pérez, responsable comercial para la empresa Becquerel Power, firma asociada a Solar Power Group.
Sin embargo, alrededor de 90% de quienes instalan un sistema para generación distribuida no contrata esta protección, refirió.
De acuerdo con su experiencia, en México, como en la mayoría de los países latinoamericanos, no hay una cultura de la contratación de un seguro de O&M para los equipos que se adquieren, cuando en realidad el costo de esta protección representa menos de 5% del potencial de ahorro que se obtiene al instalar un sistema de este tipo. “Es un porcentaje bajo con respecto al ahorro que generan al año”, comentó para Energía a Debate.
Y es que un sistema que no está en buenas condiciones, sea comercial o residencial, además de reducir su eficiencia energética, alarga el periodo promedio en que se recupera la inversión, haciéndolo financieramente menos rentable.
Tan solo en el caso de la limpieza periódica de los páneles solares, la falta de este proceso de mantenimiento puede llevar a una pérdida de entre 10% y 40% en su eficiencia energética, lo que provoca que el ahorro que deberían aportar en términos económicos se reduzca en la misma proporción, explicó Rivera Pérez.
“El retorno de la inversión proyectada para ese proyecto se empieza a alargar”, dijo y agregó que un retorno de inversión promedio en condiciones óptimas se encuentra entre los 3 y 5 años a partir de que el sistema empieza a funcionar. “Siempre limpiarlos será más rentable que la pérdida por no hacerlo”, apuntó Rivera Pérez.
Pero un servicio de mantenimiento para este tipo de instalaciones atiende seis puntos: el buen estado y la correcta conexión del cableado; el buen estado y limpieza de los páneles solares; una inspección general; el buen estado y correcto funcionamiento de los inversores; en general, la estructura.
Adicionalmente, se verifica y corrigen otros aspectos que no forman parte del sistema, como eliminar flora y evitar la fauna que pudieran afectar el funcionamiento o dañarlo físicamente; control de sombras, entre varios otros.
Ulises Rivera destacó que las actividades de mantenimiento están relacionadas con las de operación del sistema. En la parte de operación, es importante estar al pendiente del funcionamiento, normalmente se hace de manera remota, en donde se verifica que todos los inversores están prendidos, que no haya alertas, variaciones de frecuencia, etc.