Día de Muertos
Que me lleve la huesuda un lunes, porque el domingo disfruto del atardecer, que me hace sentir, la persona más feliz, por lo mucho por hacer, y lo poco que lograré. Se dice por ahí que el día de muertos en México representa una celebración a la memoria de un ser querido, un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido. Claro que para cómo están los tiempos políticos, más vale privilegiar el olvido sobre el recuerdo. Quien anda queriéndose regresar –otra vez– de la dimensión del Más acá es el fantasma de la contrarreforma energética constitucional, quien ha tomado la forma de ánima primorosa. Es un ente primoroso que le gusta que le llamen Alma Primorosa o Alma Primorose, por sentirse inclusiva o simplemente rasposa, es igual. Justo cuando todo el mundo creía que ya estaba bien enterrada y envuelta en un petate, a consecuencia de la crudota del “no pasará, “no pasará”, “no pasará” de aquél reventón maratónico que se echaron en la Cámara de Aficionados, a la porra de la TNT no les quedó de otra que guiarla a su recorrido al Mictlán. Ahora se les ocurre traerla de vuelta en el día de muertos y, para ...