Mucho se ha hablado en México acerca del tema del contenido nacional, particularmente desde que se realizó el proceso de reforma energética con el inicio de las rondas de licitaciones internacionales de áreas y campos no asignados a Pemex para exploración y producción, y las subastas para ampliar la generación de energía eléctrica para complementar y fortalecer a la CFE.
Aunque el tema se ha debatido mucho, no existe un claro entendimiento de este en el sector de la energía, en las instituciones reguladoras, ni en las empresas operadoras y de servicios. Ello tiene que ver, entre varias cosas, con el hecho de que el ente regulador está adscrito a la Secretaría de Economía, siendo esta responsable de los sectores industrial y minero, los cuales deben seguir las directrices establecidas para ellos por esta entidad.
“El contenido nacional es una estrategia de desarrollo destinada a aumentar los beneficios del sector del petróleo y del gas y luego trasladarlos a otros sectores de la economía”.
El contenido nacional es una estrategia de desarrollo destinada a aumentar los beneficios del sector del petróleo y del gas y luego trasladarlos a otros sectores de la economía. Aunque se ha adoptado ampliamente en América Latina y África, poco se sabe acerca de las realidades y experiencias que han tenido otros países en esta materia. Ello se debe a las características del sector energético en cada país y a sus mecanismos de regulación, los cuales están vinculados con su cultura empresarial, así como con los diversos elementos del entorno nacional que pudieran condicionar cada contexto en particular.
El resultado de la aplicación de políticas de contenido nacional tiene que ver con la manera en la cual un país va logrando una importante participación de la industria nacional a lo largo de la cadena de valor y de suministro del petróleo y gas, de las inversiones en el desarrollo de empresas locales de bienes y servicios y del impacto de todo ello en la generación de empleo local.
Una mirada a algunas experiencias en países petroleros con compañías nacionales que poseen reservas pudiera ayudar a explicar el logro de resultados positivos en este tema, identificando aquellas características comunes y aspectos relevantes que han facilitado su aplicación considerando los marcos regulatorios locales. Dado que estos factores comunes ocurren en contextos diferentes, los logros obtenidos pueden servir de orientación para alcanzar resultados similares en otros países con menor experiencia en el tema.
Un asunto clave en estas experiencias ha sido la participación de algunas empresas petroleras nacionales durante el diseño y la aplicación de políticas de contenido nacional. En países como Brasil, Angola y Nigeria, entre otros, estas empresas además de fomentar dichas políticas entre las empresas operadoras y de servicios internacionales participan en sus procesos de diseño y actualización y son las encargadas, con el ente gubernamental correspondiente, de promover su adopción y de medir y supervisar su implementación.
Otro tema relevante está asociado a la promoción del empleo local, el desarrollo de talento y las competencias de la gente para desempeñar los trabajos requeridos, los cuales, en muchos casos, son especializados. Ello está asociado con la cadena de valor de los hidrocarburos y también con las respectivas cadenas de suministro de servicios. En el primer caso, un adecuado conocimiento de las dimensiones de los recursos prospectivos disponibles, así como la ubicación de las reservas en el país, permiten establecer fórmulas que lo relacionen con el potencial requerimiento de mano de obra local –general y especializada– permitiendo una identificación temprana del talento existente.
Entendiendo que cada proyecto de la industria es de largo plazo, desde el momento que se inicia la evaluación de un área, seguido de la perforación de un primer pozo exploratorio, el proceso debe relacionarse con los requerimientos del recurso humano necesario y, a su vez, contribuir a definir la capacidad industrial, la mano de obra y la tecnología necesarias para su desarrollo. En el proceso de perforar un pozo, su evaluación y pruebas, hasta su terminación e inicio de la producción, participan empresas que prestan diferentes tipos de actividades comerciales, bien sea directa o indirectamente. Todo ello requiere más de 40 tipos de servicios discretos. Es allí donde existen las grandes oportunidades para impulsar el desarrollo del contenido nacional, a través de, por ejemplo, empresas pequeñas especializadas en alguno o varios tipos de servicio, así como empresas de manufactura de bienes, herramientas y equipos. Una fórmula exitosa es llevar a cabo alianzas con empresas internacionales para capitalizar su aporte en conocimiento y experticia.
Un tema crítico que podría impactar positivamente en el desarrollo de políticas de contenido nacional está relacionado con los tratados de libre comercio entre las naciones, ya que en ellos se establecen mecanismos que, a su vez, gobiernan la relación entre las empresas de los países firmantes y establecen compromisos de mutuo respeto, los cuales deben ser considerados y negociados en las rondas de discusión, antes de su firma y promulgación.
Como vemos, la participación del sector de servicios es clave cuando se habla de diseñar e implementar acertadas políticas de contenido nacional para la industria de los hidrocarburos. Esta política se convierte en un generador de oportunidades y, por tanto, es un reto impostergable para el fortalecimiento del sector productivo nacional, representado por grandes y pequeñas empresas, la academia, las asociaciones profesionales y las instituciones gubernamentales.
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