Una de las fuentes de generación renovable que todavía no tiene presencia en el país es la eólica offshore, o costa afuera, que implica la instalación de aerogeneradores mar adentro, pues requiere una inversión multimillonaria en puertos especiales para la construcción de estos equipos, la regulación del sector y al menos 10 años para desarrollar cada parque.
En entrevista con Energía a Debate, Russel Guzmán, gerente de Ventas para México Centroamérica y el Caribe de Vestas, señaló que es urgente para las autoridades energéticas comenzar a desarrollar la regulación del sector, que hoy no tiene la infraestructura básica que requiere para su implementación.
El especialista de la compañía danesa dedicada a la fabricación, venta, instalación y mantenimiento de aerogeneradores aseguró que es “urgente” empezar a sentar las bases para el desarrollo de la industria eólica offshore, debido al tiempo que tarda en construirse la infraestructura necesaria para su funcionamiento.
El mercado de la energía eólica marina experimentó en 2021 el mejor año de su historia, con la puesta en marcha de 21.1 Gigawatts (GW). Esto representa tres veces más que el año anterior. En este sentido, China representó 80 por ciento de ese crecimiento, lo que le permitió superar al Reino Unido como el mayor mercado eólico marino del mundo en cuanto a instalaciones totales, de acuerdo con datos del Informe Eólico Global 2022 del Consejo Mundial de la Energía Eólica (GWEC).
Además, Washington presentó una estrategia elaborada por el presidente Estados Unidos, Joe Biden, quien busca incentivar la generación de energía renovable costa afuera y cuyo objetivo es construir al menos 16 granjas eólicas antes de que concluya 2025 y contar con al menos 30 gigawatts (GW) de energía eólica offshore antes de 2030.
En octubre, la Casa Blanca reveló el plan que propone el desarrollo de siete granjas eólicas offshore de gran escala en la costa Este, la costa Oeste y el Golfo de México.
Sin embargo, México todavía no pinta en el panorama internacional de la generación de energía offshore y sin la regulación puede retrasarse todavía más en la implementación de esta tecnología, advierte Russel Guzmán.
De acuerdo con el experto, los aerogeneradores que se utilizan mar adentro y que son anclados al lecho marino, son muy grandes y pesados para que puedan transitar por las carreteras, lo que obliga a desarrollar puertos especializados para trasladar las turbinas a las zonas de instalación.
Russel Guzmán detalla que las aspas de una turbina eólica tienen un diámetro de 236 metros, lo que equivale al área de seis campos de futbol, a lo que se suma un peso de 500 toneladas solo del motor, lo que equivale al peso aproximado de 78 elefantes adultos.
“El motor pesa 500 toneladas en un área relativamente compacta. Los puertos que tenemos no están preparados para esos pesos, tu pones un almacén de estos en un puerto y se desmorona. Necesitamos puertos reforzados y con un área de almacenamiento grande para meter todos los componentes para almacenarlos en el puerto y ensamblarlos y mandarlos.
El motor tiene la altura de dos o tres pisos promedio de un departamento”, mencionó.
Sin embargo, señaló que el costo de un puerto especial para ensamblar las turbinas cuesta aproximadamente 300 millones de dólares, y su construcción tarda de tres a cinco años para.
Por si fuera poco, para recuperar esa inversión, abunda, se necesitan parques con una capacidad total de 15 Gigawatts y 20 años de funcionamiento.
Además, Russel Guzmán reconoció que el costo por megawatt en parques offshore asciende a un promedio de tres millones de dólares, mientras que en las instalaciones en tierra el costo se ubica en un millón y medio, aproximadamente.
Sin embargo, hay zonas del país que tienen un déficit energético y un costo de generación de energía muy alto, como la Península de Yucatán, donde, consideró, se pueden instalar parques mar adentro que resulten competitivos y puedan abastecer a la región, sin la necesidad de generar subsidios.
“Es una muy buena combinación, a lo mejor habría que revisar el puerto, que sería Puerto Progreso o tal vez Campeche, ese sería el componente que haría falta, y obviamente desarrollar la infraestructura eléctrica para que toda esa energía se absorba en toda la península, pero lo veo bastante viable que sea una zona muy productiva para el offshore”, aseguró el especialista de Vestas.
Impacto ambiental positivo
Russel Guzmán asegura que la instalación de parques eólicos offshore tiene impactos ambientales que resultan más positivos que dañinos para la vida marina.
El especialista reconoce que al inicio del proyecto, las cimentaciones que se conforman por tubos de acero con 10 metros de diámetro se martillan en el lecho marino y encima se instala la turbina.
Uno de ellos, detalla, es que un proyecto offshore se vuelve un área de exclusión, porque no puede haber barcos pesqueros cerca de la zona y se vuelve algo similar a una “zona natural protegida”.
Aseguró que la industria no hace proyectos encima de los arrecifes naturales.
“Recientemente salió un artículo en Reino Unido que genera otro impacto positivo, que es que en las zonas donde se instalan las estructuras se crea una especie de turbulencia en el agua, y lo que han registrado es que la turbulencia empieza a mezclar el mar. Hay zonas superficiales del mar que son desérticas porque no tienen oxígeno ni nutrientes del fondo del mar, pero la turbulencia que generan las cimentaciones, empiezan a mezclar las aguas y a llevar nutrientes del fondo del mar a la superficie y con el sol, empieza a crear fitoplancton y ayuda al ecosistema”, dijo.