El presidente de México tuvo tal vez su descalabro más grande hasta el momento, perdió en la aprobación de la Reforma Eléctrica.
El mandatario mexicano necesitaba dos terceras partes de la Cámara de Diputados y apenitas rebasó la mitad, ganó por 52 votos, y ni siquiera logró que todo su bloque (PVEM, Morena PT) votara en conjunto, pero ni así le alcanzaba.
Todavía es temprano para pensar que no habrá cambios que puedan revolucionar (todavía más) el panorama en el sector eléctrico nacional: quedan pendientes dos judicializaciones de controversias constitucionales de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) y muchos recursos de la chistera que pueden salir de la CRE, como ya ha ocurrido a través de decretazos, como el de la Sener y el Sistema de Confiabilidad que emitió en 2020.
Sin embargo, la derrota del domingo es particularmente dolorosa, el objetivo de la reforma, lo sabemos desde el principio, no es técnico ni económico. No, se trata de mostrar músculo, pero en esta ocasión la carga fue demasiado grande y la derrota moral, que es la que pesa más, también es tremendamente visible a nivel nacional e internacional.
Las benditas redes sociales
En tiempos de la posverdad el youtuber es rey, podríamos parafrasear el viejo refrán. Resulta que ayer, mientras se llevaba a cabo la maratónica discusión de la reforma eléctrica previa a su votación en la Cámara de Diputados, afuera del recinto parlamentario se manifestaron a favor de la propuesta presidencial organizaciones populares y ciudadanos espontáneos.
A pregunta explícita a varios de ellos, todos manifestaron que su principal fuente de información sobre el tema no son los ahora llamados “medios chayoteros”, es decir, los medios tradicionales en radio, televisión, prensa y plataformas digitales, tan denostados frecuentemente desde Palacio Nacional.
Las campeonas de la información son las redes sociales y, principalmente, los youtubers, obvio, de quienes justifican incondicionalmente cualquier política pública de la actual administración.
Sin embargo, también a la pregunta directa de si los asistentes a la congregación de ayer habían visto todos o algunos de los foros de Parlamento Abierto efectuados por la Cámara de Diputados a principios de año, las respuestas ya no fueron tan entusiastas.
Este medio hizo un breve sondeo entre los manifestantes y los comentarios recabados se centraron en repetir a la letra los mismos argumentos ideológicos oficiales, pero no percibimos ni un solo intento por expresar un razonamiento de otro tipo.
El poder del aparato del Estado está más vivo que nunca, solo que ahora es a través de las benditas redes sociales, por donde llega a su público.
Premio de consolación
Al presidente le queda una última alternativa para “nacionalizar” el litio y quedarse con una victoria menor: la reforma minera. Este dictamen llegó, se discutió y aprobó en lo particular y en lo general San Lázaro en menos de 24 horas, en fast track, y con la menor discusión posible, justo como lo ordenó Palacio Nacional.
A diferencia de la reforma eléctrica, para lograr este cambio, solo necesitó una mayoría relativa, es decir, la mitad más un diputado.
Para eso sí le alcanzaron los votos al presidente y representó obtener un poco, casi nada, de la iniciativa eléctrica que envió desde septiembre del año pasado.
¿Los fieles de la balanza empiezan a cambiar?, ¿cómo reaccionará el mandatario?