Soberano, pero improductivo
Petróleos Mexicanos (Pemex) obtuvo enormes pérdidas, los atribuyó al covid-19, pero más bien revelan una grave crisis de improductividad en la empresa nacional. Como sea, al Presidente López Obrador ya no le queda más remedio que mitigar los problemas financieros de la petrolera mediante cambios en su régimen fiscal e inyecciones masivas de dinero, esperando que para ello haya remanentes del Banco de México. El gobierno tendrá que enfrentar vencimientos de deuda de Pemex por 14.7 mil millones de dólares en este 2021. Obviamente, lo idóneo sería que ese dinero se pudiera invertir en ciencia y tecnología, en salud o en programas sociales. Los males de la compañía no empezaron en este sexenio. Los criterios políticos y hacendarios siempre han hecho daño a la petrolera. López Obrador piensa que la misión de Pemex es ser un ícono nacionalista y un pilar de su proyecto político. Plantea que los ingresos petroleros deben contribuir al bienestar del pueblo. Pero no quiere ver que ese modelo ya caducó. La petrolera del Estado ya no pone huevos de oro y necesita ser transformado. Su pobre desempeño operativo y financiero aumenta costos, dilapida capital, resta competitividad y crecimiento a la economía, todo ...