Redacción / Energía a Debate
Las economías avanzan con lentitud y la demanda de energía, sobre todo de petróleo, está deprimida debido a la pandemia de Covid-19. El tema del cambio climático hace probable que el sector energía esté sujeto a regulaciones más estrictas en el futuro.
En ese marco cobra relevancia el nuevo reporte de investigación “Reimaging Big Oil: The Age of Transformation,” publicado por la banca de inversión Goldman Sachs, que analiza la nueva reglamentación de la Comisión Europea, misma que plantea que la industria petrolera puede ser una impulsora del cambio energético, al requerir a las compañías clasificar sus actividades en materia de sustentabilidad.
“Las grandes compañías petroleras (Global Big Oils) siempre han estado verticalmente integradas, desde la producción hasta el procesamiento del petróleo y la comercialización y el menudeo de los petrolíferos, y en los últimos años han podido desarrollar y manejar cadenas complejas de suministro de energía en gas natural. Creemos que tienen la capacidad para hacer la transición desde ser compañías globales del petróleo hasta ser compañías integradas de energía y las vemos integrándose verticalmente en áreas como la electricidad de bajo carbono, fomentando su marca y desplegando sus capacidades de trading para hacerse de clientes en el ramo eléctrico”, escriben los analistas de Goldman Sachs, liderados por Michele Della Vigna.
En el contexto de la llamada “taxonomía” de la Unión Europea, los analistas de Goldman han identificado cinco categorías que pueden verse como sustentables, en las cuales las grandes compañías petroleras tienen una presencia relevante o creciente: electricidad de bajo carbono, petroquímica, biocombustibles, hidrógeno limpio y secuestro de carbono.
Estiman que las grandes compañías europeas podrían incrementar su participación de ingresos “taxonomía-elegibles” al 25 por ciento del total de sus ingresos en el año 2030, desde el 7 por ciento actualmente, y sus gastos de capital al 50 por ciento en esas actividades, desde el 10 por ciento actualmente.
Repsol y BP son compañías con metas ambiciosas para ampliar sus negocios bajos en carbono y esas actividades podrían representar el 20 por ciento del valor de esas empresas en el año 2030, dicen los analistas de Goldman Sachs. El reporte también analiza los casos de ExxonMobil, Chevron y Saudi Aramco.
Sin embargo, por el momento la mayoría de esos negocios bajos en carbono no están consolidados y permanecen fuera de la hoja de balance, señalan los analistas. “Consideramos, por lo tanto, que en la medida en que se amplíen esos negocios de electricidad bajos en carbono, será más importante que esos negocios sean consolidados y las compañías brinden visibilidad suficiente sobre esos negocios”, dice el equipo de Goldman.