Esta es una breve historia del recién creado operador independiente del sistema mexicano, el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), que apenas el 28 de agosto conmemoró 7 años de su creación a partir de la reforma energética de 2013.
Antes de entrar en detalles con la historia, me gustaría platicarles sobre el operador independiente de los sistemas eléctricos de potencia comúnmente llamados ISO, o Independent System Operator.
Su máxima responsabilidad, la tarea más importante que tiene encomendada y que está por encima de cualquier otra, es mantener el sistema funcionando las 24 horas del día los 365 días del año al menor costo posible.
“Espero que pronto veamos un CENACE totalmente independiente”.
La tarea es titánica, debe estar pronosticando cada día cuánta demanda va a haber cada hora, considerando qué centrales tiene disponible, qué costo tiene prender o apagar centrales, cuánta energía estarán generando las renovables, qué tan saturadas estarán las líneas de transmisión, qué centrales eléctricas o sectores de la red eléctrica están indisponibles por falla o mantenimiento. Y con todo ello hacer una planeación de qué centrales van a despachar cada hora, qué posibles contingencias se pudieran presentar y determinar los márgenes de reservas necesarios para asegurar la constante operación del sistema. Para quienes quieran conocer más sobre el tema de despacho pueden ver este video:
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Siguiendo con el tema, para lograr toda esta tarea, el operador requiere muchísima información de todos los participantes, desde los generadores y las redes hasta los consumidores. Y no solo eso, porque muchas veces nuestro escenario esperado no termina siendo el real.
Tiene también que estar monitoreando en tiempo real todo el sistema eléctrico y tomando decisiones que aseguren su estabilidad y continua operación, a veces en cuestión de minutos.
Por esta razón, muchas veces absorben otro tipo de responsabilidades, dependiendo la regulación de cada sistema, como es la administración del mercado eléctrico, la supervisión para la integración de nuevas centrales al sistema eléctrico, proponer ajustes a las reglas que busquen mejoras al sistema, identificar malas prácticas entre los participantes que afecten a los consumidores finales, lo cual hace que el operador tenga múltiples áreas que estén colaborando simultáneamente para la operación óptima del sistema.
Todo esto en su conjunto requiere que en la mayoría de los sistemas el operador sea una entidad independiente de los participantes del mercado, con el fin de que no vaya a beneficiar a ninguno por algún tipo de afinidad o beneficio que resulte en mayores costos, algo que ya prácticamente se ha convertido en un estándar a nivel mundial. Hablamos de entidades como CAISO en California, ERCOT en Texas, MISO en el Midwest de Estados Unidos, PJM en la zona noreste de Estados Unidos, AEMO en Australia, Red Eléctrica de España en España y, en el caso de México, el Centro Nacional de Control de Energía.
El fantasma de la Navidad pasada
El ISO mexicano recientemente pasó por una transformación con un alto costo durante su creación. Previo a la reforma energética de 2013, el CENACE era parte de la Comisión Federal de Electricidad al ser éste el monopolio estatal del sector eléctrico.
Con la publicación de la Ley de la Industria Eléctrica, se creó el Centro Nacional de Control de Energía, una entidad pública descentralizada de la Administración Pública Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios, que tiene a su cargo el Control Operativo del Sistema Eléctrico Nacional, la operación del Mercado Eléctrico Mayorista y el acceso abierto y no indebidamente discriminatorio a la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución, así como las demás facultades señaladas en la Ley de la Industria Eléctrica.
Esto significó una separación real, tanto de infraestructura, edificios, activos, actividades y responsabilidades que eran de CFE a una nueva entidad pública, y eso incluyó también a los trabajadores. Imagina tener más de 20 años trabajando en una empresa y de un día a otro, sigues teniendo las mismas responsabilidades, el mismo trabajo, sí, pero ya no es la misma empresa.
En algunos casos tuvo que haber renuncias para poder iniciar de cero con CENACE, perdiendo su antigüedad. Para quienes estaban más cerca de la jubilación con CFE siguieron de cierta forma ligados a la empresa, con el fin de no perder este derecho. No fue una transición sencilla por todos los cambios que esto implicó.
Una vez pasada esta primera etapa turbulenta, se inició la nueva etapa donde, adicional a la responsabilidad operativa, el CENACE tenía un nuevo reto: arrancar el mercado eléctrico mayorista. Esto era particularmente complejo al ser algo nuevo en todo México.
Convenientemente, CENACE Baja California tenía experiencia en mercado, esto porque eran los encargados de preparar las ofertas de importación y exportación con el sistema de California y, después de muchas jornadas extenuantes de trabajo, en 2016 dio inicio oficialmente el mercado eléctrico mayorista mexicano con la entrada en funcionamiento del mercado de corto plazo y las subastas de largo plazo.
Aún había retos por delante, faltaba por implementar las subastas de mediano plazo, el mercado de balance de potencia, las subastas de derechos financieros de transmisión, implementar la cámara de compensación, sí es que se quería arrancar con la segunda etapa del mercado eléctrico mayorista, pero los primeros pasos ya se habían dado.
El fantasma de la Navidad presente
Nos vemos a 2021 y ahorita está sobre la mesa la posibilidad de regresar CENACE a Comisión Federal de Electricidad. El mercado eléctrico mayorista ha sido prácticamente suspendido, quedando solo operando el mercado de corto plazo, el mercado de balance de potencia, los derechos financieros de transmisión legados y el protocolo correctivo de emergencia cuando es necesario.
Se detuvieron por completo las subastas de mediano y largo plazo, así como las de derechos financieros de transmisión y, al momento, no hay fecha para la entrada de la segunda etapa del mercado.
Por momentos se siente que CENACE estuviera mucho más relegado a un papel secundario que en el pasado. Por dar un ejemplo, el 28 de diciembre de 2020 hubo un apagón que afectó aproximadamente al 25% de los usuarios. CENACE, al tener la responsabilidad de mantener el sistema operando, es quien debería dar respuestas sobre lo sucedido.
Sin embargo, quien llevó la batuta de de las explicaciones no fue CENACE, sino CFE, quien armó a un grupo de expertos para llevar a cabo el análisis de lo sucedido ese día y posteriormente dar las conclusiones del mismo.
Esto extralimitó sus funciones, y no solo eso, sino que hay riesgo de tener conflicto de interés. ¿Por qué?, el fallo pudo haber sido en transmisión, o en generación, de los cuales CFE es participante y tiene activos que pudieron ser responsables de dichos errores.
Por otro lado, CENACE no cuenta de hecho con ningún activo en red de transmisión o en generación, esto le permite ser neutral ante la evaluación del evento y quien debe dar tanto el dictamen, como las acciones de corrección que sean necesarias a todos los participantes, sea transmisión, distribución o generación.
Si algo ha marcado el presente me parece que es la incertidumbre. Durante los últimos tres años se han tenido cuatro directores generales, de los cuales tres no estaban dentro de la entidad a la hora de su incorporación, y de ahí para abajo, las áreas de mercado, por ejemplo, con la incertidumbre de cuál será su trabajo si ya no existirá el mercado.
Hoy en día, la propuesta de cambios a la Constitución establece la desaparición de la figura de operador independiente del sistema para regresar la operación del sistema a Comisión Federal de Electricidad y, con ello, a CENACE y sus actuales responsabilidades.
Eso sí, sin crecimiento en las redes de transmisión, sin un impulso a nuevas tecnologías que ayuden a mitigar el impacto de las renovables en la operación del sistema, su responsabilidad y exigencia para que el sistema siga operando 24/7 no cambia.
El fantasma de la Navidad futura
El futuro del operador a largo plazo me parece que es claro, a menos que alguna disrupción tecnológica haga que los ISOs evolucionen o desaparezcan. México tendrá Sí o Sí un operador independiente del sistema sí queremos un sistema eléctrico sólido, confiable y sostenible. La verdadera cuestión será, qué camino se tendrá que recorrer para llegar a ese futuro.
Por un lado, aun bajo las reglas actuales, ¿cuándo será realmente independiente? Este también es un tema pendiente desde su creación, al final un sistema eléctrico y su operación no son un tema menor, separar la política de esto no es un tema menor.
Por otro lado, supongamos que se diera esta reintegración de CENACE a Comisión Federal de Electricidad. ¿Qué pasaría si tuviera que haber una segunda separación de CENACE de CFE? Existen justificantes de por qué separar la operación de otros participantes del mercado, sobre todo en la generación y suministro de energía, dos actividades de alto valor para CFE.
¿Es sano volver a pasar por el mismo proceso que ya una vez fue tan costoso? Al menos, creo, que vale la pena poner también esta conversación sobre la mesa.
En lo personal, espero que pronto veamos un CENACE totalmente independiente, tanto de otros participantes del mercado como de decisiones políticas que pueden estar por encima de las necesidades del sistema eléctrico nacional.
Su creación fue un paso adelante para un sistema eléctrico más fuerte y competitivo, sus responsabilidades son muy altas, y los retos en el corto, mediano y largo plazo, con un sistema con cada vez más energías renovables, generación distribuida y mercados eléctricos más complejos, hacen necesaria la continuidad y alta capacidad de este organismo, único en la industria eléctrica mexicana.