Antes que otra cosa, recordemos un principio fundamental del Derecho. El Estado (y quienes lo conforman) solo pueden hacer lo que les dicta el marco jurídico. Su actuar está basado y condicionado por la ley.
Por eso llama la atención lo que sucede con la justificación que hicieron en esta ocasión quienes realizaron el Programa de Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional, mejor conocido como PRODESEN.
En la página 9 del documento citado, y como parte de la presentación, fundamentan el PRODESEN en “la resolución de la controversia constitucional 64/2021” y hacen una serie de resoluciones para desplazar la competencia económica como fundamento Constitucional del sector eléctrico.
Al respecto hay una serie de cosas qué comentar.
1.- La resolución citada no es resolución. Es solo el proyecto que la ministra Loretta Ortiz presentó ante el Pleno de la Corte y que tuvo –hay que señalarlo– solo 4 votos a favor de once, en la mayoría de los asuntos importantes. Pero no es todo.
2.- Incluso los ministros que votaron en el mismo sentido que el proyecto de la ministra Ortiz señalaron que se apartaban de sus consideraciones. En otras palabras, el proyecto de la ministra Ortiz fue solo apoyado por ella misma y una ministra que la acompañó. Y en eso está basada esta versión del PRODESEN. Pero de nuevo, eso no es todo.
3.- En su oportunidad, el ministro presidente y otros ministros hicieron ver que los ministros no debían exponer su visión de cómo debe ser el sistema eléctrico, sino solamente interpretar si la reforma que estaba en discusión es congruente con la Constitución. Por lo tanto, sus perspectivas políticas sobre el sector estaban de lado.
4.- Finalmente, no es una resolución, sino el proyecto. Un proyecto tan mal que la propia ministra ponente se comprometió a modificar ante el rechazo de sus compañeros ministros. El engrose, donde se vierten los argumentos de la resolución como tal, no ha sido publicado, al menos a la hora que esta columna se escribe. Entonces el PRODESEN no se puede sustentar en ese documento.
Por tanto, usar esa cosa como fundamento o como argumento en el PRODESEN es indebido y deja al documento como un castillo en las nubes.
Por otro lado, el PRODESEN sí tiene un marco legal qué obedecer y que debe ser su fundamento y hasta sus objetivos. Por ejemplo, los artículos transitorios de la ley que indican el porcentaje de energía limpia que debe entrar en la red. Y la realidad es que no hay pretextos para dejar de cumplirlos, con o sin reforma a la Ley de la Industria Eléctrica.
Aún con la reforma, están las herramientas de subastas del CENACE, el dinero de la FIBRA-E para desarrollar proyectos de transmisión que permitan la incorporación de energía limpia y aprovechar los corredores de mayor potencial. Existen también esquemas de contratos para licitar en arrendamiento financiero líneas de transmisión, para desarrollarlas aun sin que CFE Transmisión cuente con liquidez para construirlas.
“…desde SENER se construyó un documento que parece una compilación de pretextos y de razonamientos (falaces) sobre cómo bloquear o por qué bloquean la transición energética”.
Contrario a usar estas herramientas, desde SENER se construyó un documento que parece una compilación de pretextos y de razonamientos (falaces) sobre cómo bloquear o por qué bloquean la transición energética.
El problema es que todo se hace para intentar cubrir intereses de negocios (los que han salido a la luz pública en las semanas anteriores alrededor de los ciclos combinados), tapados con supuesta ideología y mucha ineptitud en la planeación.
Y no, el problema de la falta de interés real en la planeación del sistema eléctrico y en la ejecución de obras no es algo que vayamos a vivir en algunos años, sino que lo vivimos ya en apagones que ahora se vuelven cada vez más frecuentes. Y en el futuro se verá en ahuyentar, o por lo menos retrasar, inversiones hasta que se acabe el sexenio.
Y hablando de inversiones, cuentan los que saben que para participar en el proyecto del parque solar más grande de América Latina piden un peaje de millones de fotos verdes de George Washington en cash… Bueno, un negocio inflado a casi el doble tiene ese lindo incentivo ¿no?
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