¿Qué tienen en común Biden y Bolsonaro? La respuesta es simple: ambos, por distintos motivos, decidieron pelearse con las petroleras.
Por una parte, el presidente Biden está desesperado porque bajen los precios de las gasolinas en Estados Unidos, pues han llegado a niveles récord que superan los seis dólares por galón, algo así como 31 pesos por litro en la gasolina regular y se espera que dentro de poco sea peor.
El inquilino de la Casa Blanca exige que bajen los precios de la gasolina, debido a que los precios del crudo ya son menores y hasta acusó que había márgenes excesivos de ganancias en las refinerías de Estados Unidos, situación que para Biden es intolerable en un contexto de guerra y que terminan pagando los consumidores estadounidenses, aunque no faltó una voz republicana que se escuchó a lo lejos, diciendo que los reclamos y medidas tienen fines electorales.
En el cono sur del continente, Jair Bolsonaro causó la renuncia del tercer presidente de Petrobras en lo que va de su mandato.
El mandatario brasileño se enojó con José Mauro Cohelo, quien anunció un incremento en el precio de los combustibles.
Bolsonaro tiene muchos incentivos para mantener los precios de la gasolina controlados a como dé lugar, pues en octubre de este mismo año enfrenta su proceso de reelección, donde un viejo conocido, Luiz Inácio Lula da Silva, tiene un 48 por ciento de aprobación de cara a las elecciones que llegarán el domingo 2 de octubre, de acuerdo con el corte de mayo de las encuestas del Instituto Datafolha.
Refinerías y mantenimiento
A menos de dos semanas de que se inaugure la Refinería “Olmeca”, una de las tres mega obras orgullo de la actual administración, la refinería de Cadereyta en Nuevo León presentó una explosión y luego un derrame de combustible.
A pesar de que el campeón de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero, ha insistido en que nunca como ahora se había invertido en mantenimiento, lo cierto es que los accidentes en las instalaciones de la petrolera son más frecuentes.
En abril pasado se presentó un incendio considerable en la refinería de Salina Cruz, Oaxaca, y en diciembre de 2021 un accidente similar surgió en la de Minatitlán, Veracruz. Esto por mencionar solo dos, pero la lista hacia atrás es ya larga.
No han sido pocas las ocasiones en que los trabajadores de los distintos centros se han manifestado para exigir precisamente mantenimiento a las instalaciones, equipo de seguridad y garantías para sus actividades.
De continuar las cosas como van, Dos Bocas seguirá el mismo destino que las refinerías más “jóvenes” del país, Cadereyta y Salina Cruz, y en cuestión de algunas décadas presentarán las mismas problemáticas que hoy enfrentan éstas por falta de mantenimiento. Y eso si arranca, porque va para largo que empiece a producir su primer barril de gasolina.
¿Cuba solar?
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, reconoció que a la Isla no le caería mal aprovechar la energía solar. De ese tamaño la declaración de uno de los más grandes y combativos aliados del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
El problema de Cuba es que no han invertido en sus centrales termoeléctricas y la inversión que quieren realizar para estabilizar la generación a partir de reparaciones de averías y mantenimientos necesarios a la centrales termoeléctricas es demasiado cuantiosa, una historia que suena familiar.
Hoy, según datos oficiales de Cuba, solo cinco por ciento de la energía se genera a partir de las renovables. Pero hasta en los regímenes más radicales se están dando cuenta de la ruta a seguir para el sector energético. ¡Imagínese nada más!