(Videocolumna en “República H”, con Sofía García, El Heraldo TV)
Grandes son las diferencias entre los planes del gobierno mexicano y el de Estados Unidos para combatir la inflación a través de una sinergia regional porque no es ningún secreto que ambos países sufren de una inflación que hace años no sentían.
Mientras el primero acordó seguir incrementando la producción de gasolinas y se comprometió a garantizar el abasto de este combustible en la frontera Norte a los estadounidenses para que llenen sus tanques a precios más bajos a costa de nuestras finanzas públicas, nuestro vecino del Norte impulsa un proyecto de inversiones, derrama económica y transición energética que, de paso, también beneficia a nuestro país.
Hace unos días se presentó el paquete ambiental y de energía más grande de la historia de Estados Unidos, en donde a través de la ley para la reducción de la inflación el gobierno de Joe Biden integrará una bolsa de inversiones para los siguientes 10 años, la cual impulsará un subsidio para los autos eléctricos e híbridos que se produzcan en América del Norte. Y sí, efectivamente, México es parte de esta región junto con Estados Unidos y Canadá.
Obviamente estos beneficios los tendremos siempre y cuando continuemos siendo parte del TMEC, el cual es un tratado netamente comercial y no político ni ideológico como hay quienes nos quieren hacer creer.
Y ¿qué ganamos nosotros?
Tan simple como seguir teniendo inversiones y empleos en nuestro país por la fabricación de autopartes, ya que según datos de la Industria Nacional de Autopartes, el 90 por ciento de la maquila es para el mercado de exportación y más del 70 por ciento de ésta va a Estados Unidos.
Nos abre también nuevas oportunidades para que empresas mexicanas fabriquen vehículos eléctricos o híbridos e, incluso, en un futuro no tan lejano hasta autos de hidrógeno. Actualmente, en México solo hay alrededor de 3 mil 360 autos sustentables de un parque vehicular de casi 35 millones. Y solo para su conocimiento, desde el 2018 contamos con una marca mexicana de autos eléctricos.
El impulso a este sector automotriz contribuye también a que podamos avanzar en la tan urgente transición energética y la reducción de emisiones contaminantes.
¿Se imagina Usted qué podríamos hacer si el gobierno realmente tomara consciencia de la importancia de avanzar en esta materia y, en el caso del transporte, generara estímulos fiscales para la compra o fabricación de estos automóviles sustentables, en lugar de continuar perdiendo dinero por subsidios al IEPS en gasolinasy que invirtiera o alentara la inversión en corredores de electrificación?
O mejor aún, que en lugar de tirar 17 mil millones de dólares en una refinería, que cada vez es más cara, invirtiera en la ampliación del Cablebús y del Metrobús para brindarnos un transporte moderno y más seguro? Se lo dejo para su reflexión.
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