La política energética de México cada vez es más confusa, no sabemos si es intencional o si de plano las agendas electorales ya están pesando demasiado en el actuar de algunos funcionarios federales.
Es claro que para el presidente de México, las energías limpias no son prioridad, le apuesta directamente a los combustibles fósiles.
Pero no cuenta con la astucia de una de las corcholatas, el canciller Marcelo Ebrard.
Resulta que para el encargado de la diplomacia mexicana, México debe producir energías limpias más rápido que Estados Unidos para garantizar que cumple con la demanda de bienes fabricados con insumos más amigables con el medio ambiente.
El funcionario dijo que se reunirá en Egipto, donde se realiza la COP27, con el enviado especial para el Cambio Climático de EU, John Kerry, nada más y nada menos que para discutir la expansión de la producción de energía limpia en México” y que su país va “a tener que hacerlo a un ritmo incluso más rápido que en Estados Unidos”.
Aquí hay dos, o la 4T ya tiene algo en el horno para (por fin) meterle acelerador a la transición energética, o bien, es un discurso coyuntural. Veremos.
Predicar con el ejemplo
Gabriel Yorio, el subsecretario de Hacienda, estuvo en Egipto, también en la COP, donde presumió que México es pionero y líder en el financiamiento sustentable. Fue más allá, pidió a los ministros de Finanzas asistentes que prediquen con el ejemplo.
El ejemplo de México es invertir menos de 10 mil millones de dólares en “Recursos para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático”, un eje transversal del presupuesto del año que entra, que representa la mitad de lo que ha costado la refinería de Dos Bocas y que, además, no cuenta con una justificación técnica o metodológica según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, que señala que el país tendría que destinar al menos 1.1% del PIB cada año para este fin. El presupuesto de 2023 apenas destina la mitad, es decir 0.6% del PIB, y con dudosos resultados.
Bonito ejemplo.
¿Por qué se fue?
La plataforma de movilidad, Beat, misma que impulsa la electromovilidad en el transporte, anunció su salida de Latinoamérica, un mensaje que sorprendió a propios y extraños.
La empresa dejará activas las cuentas hasta el 7 de diciembre en México, pero después de esa fecha, se acabó el encanto de la empresa de origen griego en la región, pues también se retiró de Chile, Argentina, Perú y Colombia.