El gobierno federal podría estar promoviendo gasolinerías que venden combustibles de origen ilícito mediante el Quién es Quién en los Precios de las Gasolinas, consideraron analistas de este mercado.
Lo anterior, porque en el ejercicio que realiza la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) cada lunes durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, no se sabe si una estación de servicio vende más barato que las demás por tener costos más bajos, o porque adquiere el combustible del llamado “huachicol fiscal”, entre otras actividades ilícitas, explicó Alejandro Montufar, CEO de PetroIntelligence, consultora y analista de los mercados de combustibles en México.
“No podemos diferenciar si una estación es cara en razón de que su competencia compra combustible de contrabando; es barata porque no paga IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), o es cara porque tiene que pagar algún costo relativo a la situación particular de dicha región”, expuso Montufar.
“En este sentido, es claro que el Quién es Quién podría estar promoviendo estaciones que el mismo gobierno federal está combatiendo en su lucha contra el huachicol fiscal”, destacó.
Y es que actualmente, entre tres o cuatro de cada diez estaciones de servicio de las más de 12,800 que operan en el país podrían ya estar vendiendo gasolinas y diesel de procedencia ilícita, porcentaje en el que estarían incluidos establecimientos bajo bandera tanto de empresas privadas, como de Petróleos Mexicanos (Pemex), según estimaciones de Santiago Arroyo, director general de Ursus Energy, consultora también especializada en este sector.
Ambos expertos coincidieron en que el Quién es Quién en los Precios de las Gasolinas, que expone cada lunes Ricardo Sheffield, titular de la Profeco, en esencia podría ser un buen ejercicio de cara al público consumidor, toda vez que fomenta la competencia económica y, particularmente, en el sector de las gasolinas y del diesel.
Sin embargo, Montufar y Arroyo subrayaron que en los datos que cada semana la dependencia expone, solo da los precios finales por gasolinería, asumiendo que solo reflejan los costos de producción, importación, almacenamiento, transporte (por vía férrea, auto-tanque o ducto), distribución, comercialización, impuestos y ganancias, entre otros, y no externalidades, como el robo de combustibles o el huachicol fiscal.
“No tienen ninguna metodología, solo toman la información de la CRE”, expresó Arroyo en referencia a la Comisión Reguladora de Energía que recopila los precios que le reporta cada estación de servicio.
También consideró que no se hace una consulta a los regulados para elaborar un estudio de cómo y por qué fijan sus precios de la forma en que lo hacen, ni se consideran las opiniones técnicas de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
“Se hace solo con finalidad política”, estimó. “Solo para demostrar que Pemex tiene mejores precios”, añadió.
Calculó de igual forma que, por ejemplo, en trasvase, el litro de diesel de una empresa privada podría estar entre los 18.60 y 18.70 pesos por litro, mientras que en el mercado negro puede venderse en 13 pesos.
Al respecto, Alejandro Montufar encontró áreas de oportunidad en este ejercicio del gobierno federal.
“En muchas ocasiones se han equivocado de ubicación o de señalar quién es el más caro, además de que no es claro cómo calculan el margen bruto, lo que es una preocupación constante del sector”, apuntó.
También mencionó que existe un desfase de información que confunde al consumidor, debido a que es frecuente que los datos presentados en la conferencia no son del día, factor importante en estos tiempos debido a la alta volatilidad en los precios. El directivo de PetroIntelligence detalló que hay casos especiales de ciertas marcas que saben que son los más caros, pero eso no resulta un problema para ellos, debido a que su producto tiene un valor agregado.