Así es, lo leyó usted bien. CFEnergía, la empresa filial de la CFE dedicada a la comercialización de combustibles para la industria eléctrica y el sector industrial en México, lanzó una convocatoria pública para que el ganador desarrolle infraestructura de distribución de gas natural a los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Cabe preguntarse: ¿por qué CFE?
CFEnergía fue muy limitada en los primeros tres años de esta administración en encontrar maneras creativas para utilizar la capacidad contratada por CFE en los distintos gasoductos y, en contraste, optó por renegociar tarifas. ¿Lo recuerda?
En estos últimos años, CFEnergía incrementó sus esfuerzos para suscribir contratos de gas natural. Los resultados han sido limitados, pero como CFEnegía expuso el pasado junio en el Mexico Gas Summit en San Antonio, poco a poco más empresas industriales se suman a ArcelorMittal en utilizar los servicios de CFEnergía para el suministro de gas natural, en contratos bundled (molécula y transporte, juntos).
Pero en este caso, la creatividad sobresale. CFEnergía trae un proyecto que sorprende, particularmente en su ejecución. ¿Usted qué opina?
El pasado 26 de julio, la empresa con permiso de comercialización otorgado por la CRE H/8100/COM/2015 indica que “CFEnergía y la CFE cuentan con una red de gasoductos con la capacidad y disponibilidad necesaria para transportar gas hasta el gasoducto Mayakán, ubicado desde Reforma, Chiapas, hasta Valladolid, Yucatán; mismo que tendrá una expansión para suministrar a las nuevas centrales de generación eléctrica de la CFE y, para la potencial distribución de GN a la industria y hogares en dicha región”.
[Énfasis añadido]
La convocatoria plantea el potencial suministro de hasta 30 mil MMbtu/d en alguna de las interconexiones del gasoducto Mayakán en un contrato por diez años contados a partir del inicio de suministro. CFEnergía busca interesadas que desarrollen, construyan, operen y mantengan esta infraestructura de distribución.
Esta es una licitación completamente distinta a las que condujo por muchos años la CRE para atender diversas zonas geográficas a lo largo y ancho del país donde los ganadores se obligaban al desarrollo de una red a cambio de una contraprestación (tarifa) regulada que –sin garantía– en principio resultaba suficiente para cubrir costos y obtener una rentabilidad razonable. Vale la pena resaltar un elemento crucial de aquellas licitaciones: los permisos que de ellas se derivaban conllevaban un periodo de exclusividad sobre las zonas geográficas correspondientes. Vea este interesante documento de 1997.
La existencia de zonas geográficas se justificaba en un contexto en donde el otorgamiento de un permiso de distribución de gas natural por medio de ductos confería un periodo de exclusividad para llevar a cabo dicha actividad; en este sentido, las zonas geográficas fungían como una delimitación territorial en donde el permisionario podía extender su sistema de manera exclusiva y donde ningún otro sujeto podía operar en virtud de aquel arreglo monopólico.
Sin embargo, la Ley de Hidrocarburos eliminó la posibilidad de exclusividad, por lo que la CRE en última instancia acabó retirando la restricción de zonas geográficas. En otras palabras, a partir del acuerdo A/070/2017, todos los permisos de distribución permiten a sus titulares realizar la actividad en todo el territorio nacional.
Esto es relevante porque parecería implicar que cualquier empresa tiene posibilidades reales de participar en esta licitación de CFE y levantarse como un distribuidor más en la zona. Sin embargo, me parece que solo aquellas empresas que ya han entrado a la Península se constituyen como verdaderos contendientes: la francesa Engie (además propietaria del Gasoducto Mayakán) y la mexicana Simsa han mostrado desde años interés en la región y conducen actividades comerciales en la actualidad, por lo que parecen amplias favoritas. En un tercer sitio, Igasamex también opera y conoce la región, además de que tiene experiencia sólida en la construcción de ductos.
Sin embargo, ninguna de las tres ha desarrollado infraestructura de distribución de gran calado, básicamente porque el suministro de gas natural lleva años comprometido y limitado en la Península. La participación del Estado para asegurar que existen condiciones de certeza para el desarrollo del proyecto parece entonces indispensable, ¿cierto?
Bien, pues el mecanismo elegido es sorpresivo. Si bien el presidente públicamente le encargó a CFE llevar a cabo acciones para resolver el problema de gas natural en Yucatán, esta licitación no parece haber sido concebida para cumplir una instrucción.
La diferencia entre las licitaciones que condujo la CRE por años y esta primera licitación de distribución que plantea CFEnergía son enormes. Sobresalen dos puntos, soportados en lo explicado anteriormente:
- Riesgos acotados: las licitaciones que conducía la CRE incluían exclusividad, una tarifa regulada y mecanismos de control de riesgos de ingresos, mientras que la licitación de CFE no habla nada sobre los ingresos del ganador, solo describe las obligaciones de pago.
- Pago a CFE. No solo hay riesgos abiertos, ¡hay que pagar una contraprestación variable a CFEnergía por correrlos!
Eso sí… no les cuesta trabajo escribirlo: CFEnergía ayuda a obtener los permisos y autorizaciones nacionales. Sin duda es bueno tener amigos en las agencias regulatorias.
Si hubiera sido CENAGAS quien detonara esta licitación como un proyecto de cobertura social bajo lo previsto en el artículo 69 de la Ley de Hidrocarburos podríamos suponer que efectivamente existe un interés del Estado en garantizar el desarrollo eficiente del país. O si CFE hubiera licitado, bajo las reglas de este mismo artículo, un proyecto bajo su propia cuenta y riesgo con bases aprobadas por la CRE, podríamos suponer que se trata de un intento de arriesgarse para detonar infraestructura pública para el servicio a los usuarios. Pero no es así. Es un acto comercial por CFEnergía.
“Es un acto comercial de CFEnergía”.
Regresamos así a nuestra pregunta inicial: ¿por qué CFE? La respuesta, en nuestra opinión, es tautológica: porque puede.
Simplemente es un proyecto donde CFEnergía colocará aproximadamente 30 MMpc/d de gas natural y –además– busca que su cliente le pague parte de sus utilidades como contraprestación. Esto, me parece, es lo que podemos llamar poder de mercado. “Casi casi” un ejemplo de libro de texto.
¿De casualidad tendrá usted, amable lector, el teléfono de COFECE?
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