Mantener al sector energético del país en una cuerda floja y la falta de diálogo con los demás actores del sector energético caracterizaron la gestión de Rocío Nahle García al frente de la Secretaría de Energía (Sener), de acuerdo con analistas del sector.
Ante las recientes versiones de que la hasta ahora titular de la Sener podría dejar el cargo esta semana en búsqueda de la candidatura para la gubernatura del estado de Veracruz, analistas del sector energético consideran que tras los casi cinco años que estuvo al frente de la dependencia, Nahle García mantuvo una política energética con apenas lo necesario para evitar brotes de crisis en sus distintos subsectores, pero carente de una visión de largo plazo.
“(Es) administrarlo como en una cuerda floja. Quieren salir adelante a cubrir la demanda, bien o mal, con buenos o malos productos, pagar las deudas, seguir construyendo y mejorando el sistema de refinación principalmente, detener la caída del petróleo, (pero) limitar los espacios a la inversión privada”, comentó Javier Estrada Estrada, director de la firma de consultoría Analítica Energética SC.
“Es hacer todo para que no haya crisis tanto económica o política. Todo de corto plazo”, subrayó.
En las elecciones de 2018, Rocío Nahle resultó electa como senadora por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y, dos meses después de que entrara en funciones la LXV Legislatura, solicitó licencia para tomar posesión como secretaria de Energía el 1 de diciembre de ese año por designación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Para Estrada, los temas más preocupantes que deja Nahle están del lado de los hidrocarburos, especialmente en gas natural.
“El talón de Aquiles sigue en las importaciones de gas natural y en almacenamiento”, comentó el analista.
Explicó que la demanda sigue en aumento, al tiempo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene proyectada la construcción de más centrales generadoras con base en ciclo combinado.
“Tenemos un problema estructural muy fuerte. Se están haciendo muchos proyectos de GNL [gas natural licuado], pero que no benefician mucho al país”, comentó y agregó en este sentido que la llegada de las inversiones en estos proyectos es buena, aunque no necesariamente estén dirigidos a satisfacer la demanda nacional.
La actual administración está impulsando al menos cuatro proyectos de GNL en el país, todos con alguna participación de la CFE. Son las terminales de Energía Costa Azul (Baja California), Topolobampo (Sonora), Salina Cruz (Oaxaca) y Altamira (Tamaulipas) que, la mayoría, tienen la intención de canalizar el gas hacia mercados de Asia y Europa, principalmente.
En materia de almacenamiento, apenas este año el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas) dio a conocer su intención de lanzar una licitación para aprovechar el yacimiento agotado de gas conocido como Campo JAF, en el estado de Veracruz, para aprovecharlo como una unidad de almacenamiento natural de este energético. Este sería el primero en su tipo que se realizaría.
Respecto al petróleo crudo, Javier Estrada comentó que las reservas siguen siendo bajas con una producción estable pero las probadas no alcanzan a cubrir ni una década.
La producción de petróleo crudo al 1 de julio de 2023 llegaba al 1 millón 636 mil barriles diario promedio, menor al millón 707 con que empezó la administración. En gas, la producción cerró al mismo mes de este año en 4 mil 971 millones de pies cúbicos por día de los 4 mil 857 millones del 1 de diciembre de 2018. Esto significa que la producción se estabilizó, pero no ha aumentado.
Lo anterior se refleja en las reservas. Según cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), las reservas probadas y probables (2 P) sumaban 16 mil 161 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce) al inicio de la administración, para descender a los 15 mil 137 mmbpce a 2023.
Javier Estrada calculó que, siguiendo con la lógica de la “cuerda floja”, sería necesario invertir unos 20 mil millones de dólares en exploración y producción para mantener una producción estable.
“Parece que es un número que sí corresponde con un mínimo para mantener cierta constancia. Esto no cubre con suficiencia las reservas que se han ido perdiendo por ajustes y los ajustes tienen que ver con que nunca estuvieron bien definidas las reservas, o que simplemente se han ido abandonando los proyectos para incorporarlas a un sistema más productivo”, estimó.
Otro tema pendiente en opinión del socio de la firma especializada en energía es que no se ha invertido en redes de transmisión eléctrica, especialmente para conectar más energía renovable, cuyos proyectos –además– siguen sin recibir los permisos correspondientes por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Las dos tareas de Nahle
En conversación con Energía a Debate, Arturo Carranza, director de Proyectos de Energía en la firma Akza Consultores, destacó que las dos principales tareas encomendadas a Nahle García fueron la construcción de la refinería Olmeca, en el puerto de Dos Bocas, Tabasco, y la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación (SNR) para incrementar el volumen de procesamiento de crudo, ambas para lograr la autosuficiencia energética en combustibles.
Sin bien el especialista consideró que en estos dos renglones hay cosas positivas qué decir, lo cierto es que la funcionaria se va antes de que Dos Bocas comience a producir combustibles y no se ha alcanzado la autosuficiencia prometida.
“Los números son claros. Podríamos reconocer que la refinería está próxima a su ejecución. En la rehabilitación hay reducción en la importación de combustibles, pero el país aún está lejos de la autosuficiencia”, asentó.
El su 5º Informe de Gobierno del pasado 1 de septiembre, el presidente López Obrador aseguró que ese mismo día Dos Bocas comenzaría a procesar petróleo, lo que no ha sido confirmado hasta esta fecha.
Lo más reciente que Nahle o la Sener han dado a conocer con respecto a la producción de la refinería fue un post en la red social X (@rocionahle en el que da a conocer la primera producción de gasolina primaria.
En su mensaje a la nación, el jefe del Ejecutivo federal también anunció que el SNR había alcanzado alrededor de 80 por ciento de su capacidad de refinación, por encima del 35 por ciento que tenía al inicio de la administración.
Cifras de Pemex indican que la producción de petrolíferos aumentó 19 por ciento entre 2018 y 2022, de 740.6 mil barriles diarios promedio anual (mbd/a) a 915 mil barriles.
La producción de gasolinas creció en 30 por ciento en el mismo periodo, de 207 mbd/a a 271 mbd/a. El diésel lo hizo en 25.3 por ciento y el combustóleo en 39.5 por ciento.
De lado de las importaciones, el volumen de los petrolíferos descendió en el mismo plazo un 25.1 por ciento, de los 988.9 mbd/a a los 739.7 mil barriles. Las gasolinas descendieron 29.9 por ciento y el diésel en 27.6 por ciento. Pero estas cifras son solo de Pemex, no de las importaciones privadas.
Falta de diálogo y una política impuesta
Para Carranza, uno de los aspectos que más falló en la gestión de Nahle García al frente de la Sener fue el diálogo con otros actores del sector energético, derivado de una política energética dictada directamente por el presidente de la República.
“La instrumentación de la política misma está sujeta a críticas, fue más bien una imposición. Resumirla en el rescate y el fortalecimiento de las empresas productivas del Estado [Pemex y CFE] fue un manotazo en la mesa, faltó diálogo con privados, academia”, expuso el analista.
No dejó de lado las consultas en materia de energía por parte de Estados Unidos y Canadá en el contexto del tratado comercial entre los tres países, el TMEC.
“Es un sello distintivo no solo de Nahle, sino del círculo más cercano del presidente. Es la forma en que llevan a cabo los proyectos que el gobierno les encarga. No hay espacio para diálogo, el convencimiento”, insistió.
En este sentido, Beatriz Marcelino, presidenta de la Asociación de Distribuidores y Expendedores de Energía (ADEE), coincidió con Carranza en la urgencia de que el nuevo titular de la Sener en el último tramo de la administración del presidente López Obrador deberá abrir las puertas a la iniciativa privada, especialmente para dar certidumbre a las inversiones y con ello asegurar los productos que la población requiere, como son las gasolinas, el gas doméstico y el gas natural vehicular, por mencionar algunos.
“El que llegue, lo único que pedimos es la apertura, que nos digan el cómo sí”, dijo la empresaria.
“Lo que queremos es trabajar, que nos dejen trabajar, [traer las] inversiones. Por el bien de todos, queremos una política energética para todos, es para la población”, enfatizó.
Refirió que, tan solo en la Sener se encuentran atoradas alrededor de 400 solicitudes de resolución de la Evaluación de Impacto Social (EVIS) para diversos proyectos de estaciones de servicio, plantas de distribución y otras, además de los permisos correspondientes por parte de la CRE.
También lamentó que desde 2019 no se ha expedido ningún permiso a privados en el campo de los petrolíferos.
“De 2019 no ha habido ni un solo nuevo permiso privado. De mil permisos, 5 son privados”, dijo y agregó que están ligados a proyectos de Pemex.
“No estamos en contra de rescatar a Pemex, así fue muchos años. Mejor ábrenos la puerta y dinos cómo sí”, volvió a insistir.
Al platicar con este medio, Marcelino expresó que afortunadamente otras instancias de gobierno sí han tenido apertura hacia las inversiones privadas, como la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
Un sector judicializado
Un aspecto importante en la gestión de Rocío Nahle en la Secretaría de Energía es el alto número sin precedentes de procesos judiciales en contra de diversas disposiciones normativas que el gobierno actual ha intentado establecer en el marco regulatorio del sector energético.
Destacaron las varias modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) respecto a los Certificados de Energía Limpia (CEL), con la finalidad de otorgar estos mecanismos a las centrales hidroeléctricas de la CFE, todas inauguradas antes de 2014.
También promovieron un número importante de amparos las reformas a la LIE para frenar las pruebas necesarias para poner en operación las centrales eólicas y solares de privados, entre otras más dirigidas especialmente contra la energía renovable de capital privado.
En materia de hidrocarburos hubo igualmente una lluvia de solicitudes de juicio de amparos por cambios en la Ley de Hidrocarburos en distintos campos, todo ello con la intención de dar preponderancia a Pemex y CFE en los mercados energéticos del país limitando lo más posible a la iniciativa privada tanto nacional, como extranjera.
Estos cambios incluso llevaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación dos acciones de inconstitucionalidad y una controversia constitucional, entre muchas más.