Es imposible que la Refinería de Dos Bocas entre en operaciones en estos días, toda vez que faltan múltiples detalles principalmente de infraestructura y de logística, coincidieron expertos en el sector.
Durante la semana se ha estado manejando la versión de que este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador atestigüe el tan esperado arranque de operaciones de la refinería “Olmeca”, una de las obras insignes de su administración.
El mandatario federal estaría acompañado por Octavio Romero Oropeza, director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), en un acto que se ha venido posponiendo por lo menos en cuatro ocasiones desde julio de 2021, fecha en que López Obrador inauguró la obra con apenas 50 o 60 por ciento de avance.
Sin embargo, analistas consultados por Energía a Debate han dicho que por el momento no es posible que esta refinería, con capacidad instalada de hasta 340 mil barriles diarios y con un presupuesto ejercido estimado en más de 20 mil millones de dólares, ya pueda entrar en operación.
Para Bernardo del Castillo, experto en infraestructura energética, es posible que este viernes se pueda obtener algún producto, pero cuestionó si dicha “producción” –en caso de que la haya– podrá sostenerse, o vaya a ser solo un acto simbólico “para la foto”.
En este sentido, destacó el aspecto de la falta de transparencia en la información sobre los avances de la obra y recursos ejercidos.
“Creo que lo relevante es saber si ya funciona en serio, pues también es relevante el hecho de que, luego de cinco años y 17 mil millones de dólares –y contando–, nadie sabe nada”, comentó para este medio.
Esta semana, el presidente López Obrador justificó que la refinería no haya empezado a producir los tan anhelados barriles de gasolinas que contribuirán a alcanzar la prometida autosuficiencia energética.
“Se está tardando porque no son tamalitos de chipilín, o guajolotas, o tlayudas, pero ya va a empezar a producir en unos días más y vamos a informar sobre todo”, aseguró en su conferencia matutina del pasado 29 de abril, mes en que empezaría a producir, según prometió en marzo, otro mes en que deberían haberse iniciado las operaciones.
Para Del Castillo y otros analistas, lo más probable es que para el acto de “inicio de operación” solo se introduzca el llamado “diésel de arranque”, un combustible sin terminar que se utiliza básicamente para comprobar el fluido en ductos, pero no es una producción propiamente dicha.
“Es bastante probable que si haga algo así. Ya lo hicieron de hecho cuando simularon circular producto, se llama diésel de arranque. Ese producto sirve para probar que haya flujo por las tuberías. No está destinado a ser producto final”, coincidió una fuente con conocimiento del proyecto.
En este sentido, la misma fuente que solicitó el anonimato consideró que es imposible que la nueva refinería produzca diésel sin producir turbosina, gasolina y combustóleo y demás productos, por el proceso mismo de refinación.
Sin tren, sin ductos y con puerto limitado
La refinería “Olmeca” está ubicada en una plataforma construida en lo que era un manglar cerca del Puerto de Dos Bocas, en el municipio de Paraíso del estado de Tabasco.
El Puerto es una instalación preexistente propiedad de Pemex que contiene, entre otros, espacios de almacenamiento de algunos productos, pero no cuenta con vías férreas para desahogar algunos refinados, como el combustóleo, el azufre o el coque.
El propio presidente reconoció a mediados de febrero de este año que terminará su mandato sin que Dos Bocas tenga su tren.
El plan es la construcción de un ramal a partir de la vía principal del Sureste a través de la estación de Chontalpa, ubicada en el municipio tabasqueño de Huimanguillo. El ramal correría por los municipios de Cárdenas, Cunduacán y Comalcalco hasta llegar a Dos Bocas.
Según analistas, la refinería estará produciendo unas 6 mil 200 toneladas diarias de coque y otras 1 mil 800 toneladas de azufre que requerirán del ferrocarril.
Igualmente, hasta donde se conoce del proyecto, la refinería no cuenta con gasoductos que la alimenten con gas natural, energético indispensable para sus procesos. Pero en todo caso, el mega ducto que llevaría este gas a la refinería, desde el Puerto de Tuxpan, Veracruz, pasando por Coatzacoalcos, aún no comienza obras.
Se trata del proyecto “Puerta al Sureste” de la empresa TC Energía, propietaria del ducto Sur de Texas-Tuxpan y que estará a cargo de la ampliación hasta Dos Bocas. De salir todo bien, el ducto de 715 kilómetros y con capacidad de transporte de 1 mil 300 millones de pies cúbicos diarios (pcd), entrará en operaciones el próximo año.
Según analistas del sector, la refinería Olmeca necesitará unos 180 millones pcd en su etapa de máxima producción.
Del lado del mar las cosas tampoco parecen ser fáciles. En opinión de los expertos, el Puerto no tendría la capacidad para recibir buques tanques del calado que requeriría una refinería del tamaño de la Olmeca.
“Entiendo que pueden acercar un barco, pero la carga está limitada por el calado, o sea que tendrías que acercar varios”, especuló Del Castillo.
Los analistas coinciden en que los buques tanque que operan en México son de rango medio, con una capacidad de carga de unos 300-320 mil barriles.
Pero la pregunta que plantea Bernardo del Castillo es si las monoboyas que estarán instaladas en el Puerto podrán operar en dos direcciones; esto es, que permitan operaciones de carga y descarga de productos.
Pérdidas
En caso de que la refinería Olmeca efectivamente entrara en operación comercial este viernes, lo hará con una considerable pérdida financiera, comenzando por el sobrecosto entre el presupuesto asignado y los gastos realizados.
“La refinería de Dos Bocas, al menos en números, en papel, no agota la capacidad de refinación. A esto le sumamos, la pérdida financiera que ello conlleva. Estaba calculada en que iba a costar 8 mil millones de dólares y ahorita ya van en 24 mil. Entonces, esa curva de retorno no la vamos a conocer hasta quién sabe cuándo”, comentó Santiago Arroyo, analista del sector especializado en combustibles.
A eso sumó los gastos de operación, u OPEX, además de los gastos de infraestructura anexa, como ductos, carreteras, ampliaciones y acondicionamientos del puerto, almacenamiento, transporte y muchos más.
“Si lo comparas al precio/barril de importación contra el precio/barril producido no hay punto de comparación”, expuso el también director general de la consultora Ursus Energy Consulting.
El plan del gobierno es que la refinería Olmeca alcance su punto de operación máximo en 2027, pero los especialistas dudan de ello.
“Una vez que llegue a su punto de operación óptimo, es decir, que empiece a aportar valor al Sistema Nacional de Refinación, no nada más es aportar ese valor, sino a recuperar su inversión”, agregó Arroyo.
Por ello, prevé que el precio de los combustibles para los usuarios finales será elevado y, en opinión de otros expertos, requerirá de una política de subsidios en todo caso.