¿Se imagina usted que en México haya dos secretarios de Energía, dos directores generales de Pemex, o dos directores generales de la CFE? Al menos es algo parecido a lo que propuso el analista financiero Mario di Costanzo hace unos días en un esquema que llamó “gabinete sombra”, esto es, un grupo de expertos en cada rama que vigile las acciones de los miembros del gabinete presidencial de Claudia Sheinbaum Pardo.
El argumento se basa en que, derivado de las pasadas elecciones, se acabaron por completo los contrapesos de poder a los que aspira toda democracia, toda vez que el partido oficialista Morena arrasó con mayoría en el Congreso de la Unión junto con sus aliados, además de que la nueva jefa del Ejecutivo prometió llevar a cabo el Plan C que es reformar el Poder Judicial para que los ministros sean electos por voto popular.
Di Costanzo sugirió que el “gabinete sombra”, para el cual propuso nombres como el del ex secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, y del ex secretario de Turismo y ex diputado Enrique de la Madrid Cordero, explicaría al pueblo qué es lo que estaría haciendo mal el gabinete formal y por qué estaría mal.
Nosotros, por lo pronto, ya estamos haciendo nuestra lista. ¿Qué nombres incluiría usted y en qué cargos?
Claudia, a pagar deudas ajenas
Todavía no acaba la fiesta por el triunfo en las urnas de la Cuarta Transformación pero ya se notan ceños fruncidos en algunas caras.
Y es que, al parecer, el presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene pensado soltar del todo el poder, por un lado, y por el otro, el equipo de Claudia Sheinbaum Pardo ya está pensando en destetar a la próxima presidenta del país.
El aún jefe del Ejecutivo federal dijo que si se lo pide Sheinbaum, o él lo ve necesario, seguirá participando en la política y de pasadita también abrió la puerta a que sus hijos se integren al nuevo gobierno; pero el coordinador del equipo de transición de Claudia, Juan Ramón de la Fuente, ya salió con que no habrá sumisión ante López Obrador.
Si usted lo ve bien, el escenario para Sheinbaum Pardo no está nada fácil. Tan solo la piedrita en el zapato en el que se ha convertido Pemex podría pasar la factura de sus deudas para que todos los mexicanos paguemos los 40 mil millones de dólares que el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dijo que serían absorbidos por las finanzas públicas. Pemex se endeuda, todos pagamos y Claudia tiene menos dinero.
Tan solo en los próximos tres años, la petrolera debe cubrir un monto por 21 mil millones de dólares, un monstruo que se dejó crecer en los últimos seis años.
Con razón el equipo de la nueva presidenta dejó de bailar.
El IEPS en gasolinas
Los que no están muy contentos son los automovilistas del país. Ya son cuatro semanas consecutivas en que el gobierno federal no concede ni un punto porcentual de estímulo fiscal al pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en gasolinas y diésel, por lo que el precio de venta al público se mantiene alto a pesar de que los precios internacionales del petróleo han bajado.
Según datos de Hacienda que dirige Rogelio Ramírez de la O, en el primer semestre de 2024 el gobierno federal recaudó 108.5 mil millones de pesos por IEPS, considerando que la mayor parte de este impuesto proviene precisamente de los combustibles automotrices. En este año electoral, ese monto significó más o menos un incremento de 61 por ciento con respecto al mismo periodo el ejercicio previo.
Lo cierto es que el precio promedio nacional de las gasolinas tipo Magna y Premium, así como del diésel, para venta al público ha aumentado 22.58 por ciento entre 2018 y abril de 2024.
Con estas cifras, mejor vaya usted ahorrando para comprar un auto eléctrico.