Desde el inicio de su administración, el presidente López Obrador ha dicho que su gobierno impulsa proyectos de gas natural, principalmente para la generación eléctrica, porque en el neoliberalismo “compraron mucho gas” y, pues, ahora hay que usarlo.
Pero lo cierto es que también en este gobierno se están autorizando proyectos de terminales de licuefacción de gas natural (GNL) que no tienen relación con el consumo interno, sino más bien para desahogar la excesiva producción del sur de Texas que está encontrando salida en los puertos mexicanos para su venta a Asia y otros destinos, más a partir de la moratoria impuesta por la administración Biden a nuevos proyectos y exportaciones de GNL, pero no por ducto.
Dos de las terminales son Puerto Libertad y Guaymas, en Sonora. La primera de Mexico Pacífic y la segunda de Amigo LNG.
El tema es que organizaciones ambientalistas ya están viendo que tanto proyecto con tanto gas podría generar importantes emisiones y quieren ver el tema ya con la próxima presidenta. ¿Los oirá?
Subsidios. CFE entra al quite
En eso de tener contenta a la gente no hay nadie más hábil que la 4T. Le explicamos.
El presidente de la República anunció apenas el viernes pasado que el subsidio eléctrico a 5 estados del Noroeste del país saldrá de las utilidades de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Pero, según entendemos, es un subsidio adicional al que la Secretaría de Hacienda ya considera en el presupuesto de egresos de la federación de cada año.
En 2023, las finanzas públicas aportaron un monto muy por encima de los 100 mil millones de pesos anuales y en la presente administración se han modificado los criterios para ampliar el beneficio a esos estados bajo el argumento de las altas temperaturas que, hay que decirlo, en estos tres últimos años han estado bravas.
Pero al parecer, a la Hacienda de Rogelio Ramírez de la O ya no le alcanzan los centavos para andar manteniendo bajas las tarifas eléctricas, por lo que la CFE de Manuel Bartlett Díaz levantó la mano para salir al quite con las utilidades de la empresa.
No es que seamos malpensados, pero vemos que la CFE ya anda con el cinturón apretado para sus propios proyectos, ¿y todavía va a regalar recursos? Es duda.
Ebrard, en contracorriente
A pesar de los discursos de su ahora jefa sobre la soberanía energética y de la (mayor) incertidumbre que genera la inminente reforma al Poder Judicial, Marcelo Ebrard Casaubón no quita el dedo del renglón en sus intentos por despertar un mínimo de interés y, sobre todo, confianza entre los inversionistas privados.
Ahora ungido como el próximo secretario de Economía, el ex canciller está retomando su proyecto de impulsar la electromovilidad de la mano de quien se deje. La semana pasada les tocó oírlo a empresarios japoneses.
Recordemos que en su paso por la Secretaría de Relaciones Exteriores, firmó un convenio muy ambicioso con la Universidad de California para dar auge al tema de los vehículos eléctricos. No estaba mal, pero se ha tomado su tiempo.
Ojalá ahora logre convencer a la comunidad inversionista extranjera. Pero también, ojalá que el liderazgo de Claudia no le falle.