Hans Joachim Kohlsdorf * para Energía a Debate
Quisiera tomar distancia, tratar de presentar unas consideraciones sobre el sistema eléctrico y alejarme de recriminaciones entre el sector privado y el público. Aclaro de inicio que soy un ferviente defensor del Estado de derecho y el respeto a los contratos, leyes y normativas. Ante las divergentes visiones sobre el sector, permítanme presentar algunos aspectos que espero nos lleven a la reflexión.
Desde el punto de vista del sector privado, independientemente de que siempre se haya actuado conforme a leyes y normativas, podemos resaltar algunos aspectos:
1) En la época pre-Reforma, desde los años 90 hasta el año 2014, tanto generadores como usuarios firmaron acuerdos de largo plazo con base en un Marco Regulatorio muy exitoso que, para fomentar la construcción de nuevas centrales eléctricas, facilitó el uso de la red de Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el aprovechamiento del respaldo del sistema en general. La construcción de estas centrales evitó mayores fallas del sistema. Muchos aún recordamos la importancia de tener generadores de emergencia en todas partes. La ampliación de la generación y de líneas de transmisión redujeron estos requerimientos.
2) En una serie de ampliaciones de plazos algo controvertidos, se continuaron otorgando extensiones a “permisos legados” para iniciar construcciones o cambiar cargas hasta en pleno año 2020.
3) Las reglas pre-Reforma y luego las reglas de las subastas promovieron la construcción de centrales eléctricas en zonas donde, en un ambiente “normal” de decisiones empresariales no sehubiera invertido en tantos proyectos de generación. El incremento de la oferta de generación y la consecuente caída de los precios marginales locales (PMLs, como indicador de precios de mercado) primero en zonas como Sonora, Mexicali y Chihuahua y después en muchas regiones del país como Nuevo León, La Laguna y Aguascalientes, son un claro indicador del mercado señalando el exceso de oferta.
4) La acumulación de grandes proyectos solares concentrados en zonas geográficas limitadas creó aún más estrés, tanto en las redes de transmisión como deprimiendo los precios de mercado. La acumulación de generación solar y la caída de los precios de mercado en Aguascalientes a partir de mayo 2019 ejemplifican este impacto.
Tabla 1. Permisos de Generación en Aguascalientes (> 100 MW)
5) La solidez financiera siempre es un buen indicador de estabilidad de un negocio. Muchos proyectos de generación están apalancados a niveles del 70% y 80%, algo que en otros negocios casi no se da y cuentan con financiación considerable por parte de la banca de fomento gubernamental.
6) Muchas secretarías de Desarrollo Económico fomentaron inversiones en generación a nivel estatal como si cumplieran un fin en sí mismas y no las consideraron como un medio para prestar un servicio crítico al sector empresarial: el tener energía a precios competitivos para atraer inversiones productivas en nuevas fábricas o en desarrollos comerciales y residenciales. Normalmente lo primero que hace un inversionista privado, es asegurarse de que el mercado, es decir clientes concretos, demandan su producto. Después realiza la inversión y rara vez obtiene compromisos de compra a largo plazo, por importante que sea el monto de la inversión. Muchos conocemos la expresión “location, location, location” como principal factor para invertir.
Suficiente ya con esta lista, que seguro algunos de mis “3 lectores” pueden considerar un memorial de agravios.
¿Qué hacer?
1) El sistema eléctrico requiere de soluciones tecnológica y financieramente exigentes. Como un indicador, vemos nuevamente un crecimiento en las instalaciones de plantas de emergencia en empresas y desarrollos inmobiliarios.
2) Estamos viviendo un momento de grandes cambios tecnológicos en el sector, definamos cómo aprovechar las nuevas tecnologías: redes inteligentes, micro-redes, generación distribuida, ya sea fotovoltaica o cogeneración, almacenamiento de energía, mini hidros, etc.
3) Atraer inversión para generar más demanda en regiones con excesos de generación y PMLs bajos.
¿Qué hacer en conjunto?
Tanto el sector público como el privado deben reconocer la validez de una serie de argumentos de la contraparte y tratar de buscar soluciones conjuntas que promuevan el bien común y el desarrollo del país.
Propuestas desde el sector privado:
1) Para corregir la debilidad de las redes debemos invertir en baterías y otras tecnologías inteligentes y así evitar que nuestros proyectos de generación desestabilicen la red. Debemos buscar como trasladar excesos de oferta de energía a horarios con menor capacidad de generación.
2) Atraer nuevos clientes (léase usuarios), algo muy normal para cualquier empresarioy para las secretarías de desarrollo económico de los estados. Las labores comerciales exitosas caracterizan a emprendedores exitosos.
3) El sector privado debe buscar a corto plazo clientes para sus excedentes eléctricos y atraer inversiones de sectores con altos requerimientos de energía como:
- Actividades de nearshoring que buscan concentrar las cadenas productivas dentro de Norteamérica.
- Centros de datos que aprovechan las oportunidades de la Nube y el data mining.
- Agroindustria (http://www.cimarron.com) y cadenas de fríos y congelados, etc.
4) México tiene una gran plataforma industrial e importantes materias primas como litio y grafeno. Regiones como Jalisco, donde ya hay una importante presencia de la industria eléctrica y electrónica, pueden fomentar la fabricación de componentes electrónicos, desde inversores, conectores y motores eléctricos hasta baterías.
5) El presupuesto público es limitado y los empresarios y empleados no pueden (ni quieren) pagar más impuestos. Pero los gobiernos pueden crear marcos regulatorios que fomenten nuevas industrias. El énfasis actual se debe dirigir a crear mercados nacionales para productos que también sean fácilmente exportables. Por ejemplo: las normas ambientales pueden promover la reducción de emisiones y así impulsar la movilidad eléctrica o la captación de biogás para su aprovechamiento en la generación distribuida.
6) A nivel local, los empresarios generadores y consumidores de energía pueden definir los requerimientos de las redes regionales que les permitan a ambos beneficiarse. Hoy cada proyecto de generación o nuevo parque industrial enfrenta de manera individual la precariedad de la red y los altos costos requeridos para inversiones en refuerzos de ésta. Los industriales y los desarrolladores de parques industriales y desarrollos comerciales y residencialestampoco pueden realizar sus proyectos por los altos costos de interconexión a la red. Aprovechando a nivel regional la figura de una “temporada abierta” el monto de las inversiones requeridas se debe distribuir entre todos. La CFE debe ser la beneficiaria, dueña y operadora de estas inversiones en el fortalecimiento de las redes.
Algunos ya se habrán dado cuenta durante la lectura de este artículo, que todas estas son medidas que no sólo afectan al sector eléctrico, sino también son propuestas que promueven nuevas oportunidades de negocios para contrarrestar el impacto de la actual crisis económica. Claro, al ser yo un fiel creyente en el emprendedurismo, recomiendo sólo ejemplos de soluciones que no requieren que el gobierno gaste más dinero. Creo firmemente que buscar soluciones con cargo al erario público no debe ser el enfoque del sector empresarial.
Regresando al sector eléctrico y a manera de conclusión, todos los países que han implementado reformas en dicho sector las adaptan constantemente a las nuevas exigencias y buscan resolver los problemas y distorsiones que se van generando. Los empresarios no debemos tratar de regresar al año 2018 y estar en contra de cualquier cambio.
Por otro lado, el sector público puede tratar de no implementar cambios unilaterales y así evitar grandes demandas que pongan en riesgo la estabilidad económica del país.
Seamos conscientes de que el sector eléctrico actualmente presenta distorsiones creadas por todos los participantes. Es responsabilidad de todos nosotros buscar e implementar soluciones que impulsen el desarrollo social y económico del país.