Ya pasó más de un mes desde que finalizó el parlamento abierto en el que se discutió la reforma eléctrica, algunas cosas se repitieron sin cesar y otros temas que, en mi opinión tienen una alta importancia para el desarrollo del sistema eléctrico nacional, poca mención tuvieron y son necesarios para enfrentar los retos que vienen para el SEN.
Aprendiendo del pasado para dejarlo atrás
Cuando comenzó a abrirse el sector eléctrico mexicano en 1992, el abasto o suministro de energía se quedó reservado para el Estado como un servicio público. Cualquier esquema tenía que obedecer a esto a la hora de ser establecido.
De ahí que, por ejemplo, los esquemas de Productor Independiente de Energía y Pequeño Productor únicamente podían vender su producción contratada a la Comisión Federal de Electricidad. ¿Y los autoabastos?
Los autoabastos solo podían abastecer a consumidores que no fueran considerados servicio público (industria principalmente) y a los consumidores que fueran parte de la sociedad de autoabastecimiento.
De ahí surge toda una serie de escenarios que tienen que preverse y establecerse. ¿Qué sucede si tengo excedentes de energía? No puedo venderlos a nadie, únicamente podría vendérselos a CFE. ¿CFE pagaría por esa energía? Si paga por ella, ¿cuál sería el precio al que la compraría? ¿Qué sucede con los faltantes de energía? No podría comprarlos a otro autoabasto, únicamente a CFE.
Debido a la restricción de reservar el abasto de energía al Estado, forzosamente cualquier interacción con la red eléctrica tendría que pasar por CFE y ésta tendría que ser parte de la compraventa.
Hoy en día este diseño ha sido corregido para todos los nuevos consumidores que quieran generar su electricidad. Hoy en día, si un abasto aislado tiene un excedente, deberá ser despachado para producir por el CENACE, como cualquier otra central, y vender sus excedentes de energía al mercado de corto plazo, a un suministro calificado o a otros centros de consumo a través de un suministro calificado..
“El plantear volver a reservar el abasto de energía al Estado, como establecen los cambios a la Constitución, nos regresa a tener que implementar esquemas como el autoabasto del que tanto se quejan actualmente”.
El plantear volver a reservar el abasto de energía al Estado, como establecen los cambios a la Constitución, nos regresa a tener que implementar esquemas como el autoabasto del que tanto se quejan actualmente. Mantener la competencia en el suministro es algo necesario.
Eso sí, considero necesario que se establezca un régimen de migración de autoabasto al mercado actual. Es contraproducente tener dos esquemas de abasto de electricidad operando en paralelo. Migrar todos los esquemas legados puede tener dos beneficios: terminar esta discusión sobre los autoabastos, pero sobre todo, reforzar el esquema de mercado, que aún tiene mucho por darnos.
Preparándonos para el futuro
Se habló mucho de la importancia de la transición energética, de la adopción de energías renovables. Pero la justa medida de este reto no se ha dimensionado. Si queremos una mayor cantidad de renovables, necesitamos tecnologías complementarias que brinden la confiabilidad al sistema para su integración y eso es algo que se ha dejado de hacer en los últimos años.
Se requieren una serie de servicios complementarios, como la regulación primaria y secundaria, o control de voltaje o potencia reactiva. Actualmente se paga a las centrales térmicas por dar estos servicios. Y el mercado de servicios conexos aún está implementado a medias, por lo cual el costo real de estos servicios no se ve reflejado.
Si queremos tener cada vez más participación de renovables, necesitamos incentivar también inversiones en tecnologías que den estos servicios y así no depender en gran parte de las centrales térmicas convencionales.
La regulación actual tiene, en el papel, diversos mecanismos que faltan por ser implementados y que pueden incentivar estas nuevas tecnologías, como establecer zonas de potencia y de reserva, los esquemas de demanda controlable o los casos de excepción donde quien genere esta necesidad los pague. De esto es algo que he hablado ya anteriormente desde el almacenamiento (https://energiaadebate.com/almacenamiento-para-la-transicion-energetica/) y la responsabilidad de los generadores (https://energiaadebate.com/servicios-conexos-y-la-responsabilidad-de-los-generadores/)
Y a eso hay que sumar el importante rol que van a tener los grandes consumidores en la integración de tecnologías para que desde los centros de consumo podamos dar esta certidumbre.
Muy poco de esto se discutió en el parlamento ni formó parte de la plática en los foros, pero es algo necesario para poder aspirar a una mayor participación en las energías renovables en el sistema, reducir emisiones, tener precios más estables en la electricidad e impulsar a nuestra industria eléctrica hacia los retos en el corto, mediano y largo plazo.
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