El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció un plan para vender 15 millones de barriles de petróleo crudo en el mercado internacional adicionales a los que inyecta ese país, con el objetivo de reducir el precio global del hidrocarburo, y ayudar así a que bajen los precios de la gasolina en la Unión Americana.
El anuncio ocurre en medio de dos factores principales. Por una parte, a principios de este mes, el grupo ampliado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) que incluye a Rusia, y es liderado por Arabia Saudita, anunció un recorte en el tope de producción dentro del organismo de dos millones de barriles, la baja más importante en 22 años.
Desde la perspectiva de Estados Unidos, este movimiento indica que Arabia Saudita está tomando partido por Rusia, lo que generó temores sobre un nuevo incremento en el precio de las gasolinas.
En segundo término, el presidente Biden enfrenta las elecciones intermedias de su primer mandato, mismas que se realizarán el próximo 2 de noviembre.
Durante el anuncio, el mandatario estadounidense señaló que la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha impulsado los precios internacionales del petróleo y la gasolina, después de que habían caído 30 por ciento desde su máximo de este año.
El mandatario también pidió a las empresas energéticas, así como a las refinerías y las estaciones de servicio de Estados Unidos, que utilicen sus ganancias, que están en máximos históricos, para invertir en la producción.
Advirtió que pese a los esfuerzos del gobierno, los precios no están cayendo lo suficientemente rápido.
El objetivo del plan del presidente Biden es inundar el mercado de petróleo para evitar incrementos en el precio que puedan afectar de nueva cuenta a los consumidores y las empresas.
El mandatario aseguró a las empresas de upstream que, en caso de que exista una disminución exagerada en el precio del petróleo, el gobierno comprará el hidrocarburo para evitar afectaciones en sus utilidades.