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QUERÉTARO. El estado de Querétaro sustituirá unos 750 mil kilowatts de energía tradicional por generación solar, principalmente en el sector industrial, más sistemas de generación distribuida.
Lo anterior, como parte de la estrategia estatal por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la descarbonización de la economía local.
El secretario de Desarrollo Sustentable del gobierno queretano, Marco del Prete, identificó que el sector que mayores emisiones tiene en el estado es el del suministro eléctrico, seguido del transporte y en tercer lugar el industrial.
En 2020, Querétaro tuvo emisiones totales por 12 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), el doble de lo que registró en el año 2000.
Para 2050, se estima que este volumen llegará a las 32 millones de toneladas, dijo Del Prete.
En el mismo año, todo el país produjo unas 770 millones de toneladas de CO2e, dijo para dimensionar.
Durante una conferencia dictada en el marco del Primer Foro Internacional de Energía, organizado por la Agencia Estatal de Energía local y el Clúster de Energía de Querétaro, el funcionario comentó que la administración local ha planteado cuatro estrategias para reducir las emisiones en el sector industrial.
Dichas estrategias son la producción de energía renovable en sitio; producción y uso de combustibles renovables; producción de calor renovable en sitio, y eficiencia energética.
“No es que la industria contamine”, aclaró Del Prete. “La industria genera CO2 como parte del metabolismo en sus procesos”, precisó.
En este sentido, expuso que, además de la sustitución de la energía tradicional por sistemas fotovoltaicos en casa habitación, comercio e industria, el gobierno de Querétaro también ha establecido dos estrategias.
Por un lado, está el impuesto al carbono, un mecanismo que, contra lo que podría pensarse, no está destinado a la recaudación, sino a incentivar a las industrias para que inviertan en sistemas más limpios y eficientes, subrayó De Prete.
En Querétaro se cobran 580 pesos por tonelada de CO2, el más alto del país, cuando otras entidades solo recaudan 40 pesos.
El secretario explicó al respecto que la intención no es que las industrias lo paguen, sino que hagan las inversiones necesarias en procesos más limpios.
“El impuesto no es recaudatorio, es un impuesto compensatorio”, insistió.
Por otro lado, la administración local ha establecido el sello Bajo en Carbono, un mecanismo que certifica a las empresas que han reducido sus emisiones; sin embargo, también permite que puedan acceder a descuentos en el impuesto ambiental.
“Si los sellos no tienen un incentivo económico, no sirven de nada”, reconoció Del Prete.
En su exposición, confió en que ambos mecanismos permitirán que las empresas asentadas en Querétaro sean más competitivas y puedan cumplir con sus compromisos ambientales.